Puede que no ocupe titulares ni se convierta en trending topic pero en el deporte es necesario también tener las reflexiones de un deportista cuando no gana. La forma de afrontar la derrota de Tessy Ebosele, o en este caso una mala actuación en forma de eliminación, es muy valioso para conocer la otra cara del deporte, esa que convive siempre con la victoria, el triunfo y todo lo que le acompaña al verbo ganar.
Tessy Ebosele acababa el Europeo de Roma tras quedar con su 6,47m muy lejos del 6,70m requeridos para pasar a la final. Muy decepcionada con su eliminación, no se escondió y su paso por la zona mixta es un ejemplo de como un deportista digiere los malos días. “Vaya chasco” comentaba nada más coger el micro, para ausentarse después un momento a coger un pañuelo “para no llorar en cámara”.
Las razones de un mal día
Cuando intentaba buscar las razones por las que la saltadora no completó un buen día a pesar “de haber entrenado muy bien”, comenzaba con un “me ha faltado chispa, los nervios me han jugado una mala pasada pero para mal” comparando esa sensación en el cuerpo que en lugar de mantenerla activa, se había sentido “aplatanada”. “En el ultimo salto que lo he intentado recuperar me he quedado super lejos” proseguía la atleta alavesa.
“Esta temporada me ha costado” repitió hasta en más de cuatro ocasiones Tessy Ebosele, pero ahora no quiere que esto le pase factura para lo que viene por delante. Aprender de los errores y mejorarlos es una de las claves de su sincero discurso post derrota.
Cuando le preguntaba el periodista si pensaría en Roma la semana que viene “pensaré en él porque creo que una mala competición no es un obstáculo sino una motivación más para seguir hacia delante. No me voy a quitar mérito”.
“Me queda seguir compitiendo y esperar a que salga. Esta competición es de las mas importantes de la temporada, ahora tengo que analizar lo que me ha salido bien para seguir hacia delante porque no me queda otra, no me voy a quedar estancada aquí“, continúo Ebosele. “Estoy aquí rodeada de gente buena, me voy a juntar a ellos a ver si se me pega algo” bromeaba ya quitándole hierro al asunto y sin tener que usar el pañuelo, a lo que ella respondía con un espontáneo “la próxima vez sólo gloss, para estar guapa”.
“Es verdad que no soy la que más contenidos subo a redes” deslizaba una Tessy Ebosele que hace unos meses reflexionaba en sus redes sobre el poco permiso que se daban las personas para mostrarse débiles en malos momentos. “Creo que estar mal forma parte de la naturaleza humana, buscar siempre la felicidad es un autoengaño” escribió.
Una trayectoria meteórica
El pasado mes de febrero, Tessy Ebosele, con sólo 22 años, se subía al segundo cajón del podio logrando ser subcampeona de Europa en Budapest. La discípula de Pedroso quedaba por detrás de Fatima Diamé en una de sus mejores actuaciones continentales. Para este Europeo de Roma ya clausurado y tras el que la delegación española se ha traído ocho medallas, tenía grandes expectativas para la saltadora que con su eliminación se han visto frustradas.
La trayectoria como atleta de Tessy Ebosele empezó cuando con doce años su madre le dijo que estar tumbada en el sofá no era durante más tiempo una opción, así que tras reconocer que “las pelotas me daban miedo” eligió el atletismo y aunque creía que iba a optar por la velocidad, sus entrenadores le orientaron hacia el salto de longitud, donde como atleta sub-20 fue plata en el Mundial de triple salto.