Si la embajada alemana te cita para entrevistar a la gran Steffi Jones, lo mínimo es corresponder con puntualidad alemana. Son las nueve y cuarto de la mañana del día en el que la Eurocopa 2024 arranca en el país donde ahora mismo estamos, aunque alojado en la calle Fortuny de Madrid.
Steffi Jones (Frankfurt 1972), pionera del fútbol femenino mundial contagia su energía mientras posa para nuestro fotógrafo en los jardines de la delegación mientras sostiene el balón oficial que hoy nos medirá ante Croacia.
Aunque ella no pretenda considerarse un referente, lo cierto es que lo es, porque sus títulos (un Mundial y tres Eurocopas con su selección) y su trayectoria, abrió muchas puertas a las generaciones venideras. Hoy embajadora de fútbol del Ministerio de Asuntos Exteriores germano para la Euro, sigue luchando para que el fútbol femenino sea un lugar más justo y una verdadera profesión en el futuro.
Gracias por recibir a Artículo14 en un día tan importante para el fútbol europeo como es el arranque de la Euro2024
¡Estoy muy emocionada! Con el panorama que estamos viviendo en los últimos tiempos en Europa respecto al clima, las guerras, tanto odio… que seamos capaces de celebrar algo que es un deporte tan grande, pero también que hace posible que todos nos sintamos unidos y que vivamos los valores del deporte. Esto es una oportunidad fantástica para demostrarlo.
Ud ganó un Mundial y tres Eurocopas con Alemania cuando el futfem no era lo que es en el presente, ¿Cómo está viviendo el devenir del fútbol femenino en esta última década?
En mi opinión, el fútbol femenino ha cambiado en los últimos 10 años, tanto en términos deportivos como en términos de profesionalidad. Realmente ha mejorado y eso se nota en las condiciones de entrenamiento y en todo lo que supone el equipo alrededor de las jugadoras así como la competencia. El rendimiento ha crecido increíblemente. Eso significa que en países como España, Francia o Inglaterra han invertido mucho.
El hecho de que también se estén promoviendo medidas para igualar las primas entre el fútbol masculino y femenino es importante. No es la cuestión más prioritaria en este momento pero sí la de crear un panorama en el que las jugadoras puedan sobrevivir de su profesión.
Tanto en el Mundial del pasado verano en Australia y Nueva Zelanda como la Champions femenina el pasado 25 de mayo estamos viendo ese crecimiento en las gradas, que pasos cree que se deben seguir dando?
Creo que tanto las jugadoras profesionales en activo como las que lo hemos sido tenemos una obligación. La de mostrarnos más, tener más visibilidad, no sólo en el campo, fuera de ellos también. Hacer promociones, tener cobertura en los medios, trabajar en colegios, para transmitir todo lo que que está vinculado con esta profesión.
Esto no es una lucha entre mujeres y hombres en el ámbito del fútbol, esto es pensar en el fútbol femenino como un deporte en sí mismo. Yo me hago la pregunta, ¿Cómo podemos lograr que las jugadoras puedan sobrevivir con su sueldo y tener una pensión en el futuro cuando se jubilen? Creo que es crucial para que las niñas y jóvenes vean el fútbol no sólo como un deporte sino como una carrera a la que dedicarse.
El reto, al menos en Alemania, es que el fútbol femenino sea algo adicional a la Federación masculina, al ser la misma Federación no es cien por cien seguro que el dinero les llegue a ellas, por eso la creación de una liga femenina sería una gran iniciativa.
Es un gran referente para el fútbol femenino que inspira a muchas mujeres, ¿En quién se inspiró Steffi Jones?
¡No puedo ser un referente, soy ya muy mayor!, (risas). Crecí sin referentes femeninos, admirando cuando era pequeña a Franz Beckenbauer y a Pelé. Pero en 1989 vi por primera vez al equipo nacional femenino jugar y a partir de ahí empecé admirar a Silvia Neid y a Martina Voss- Tecklenburg. Aquellas jugadoras eran las verdaderas porque hasta 1970 estaba prohibido que las mujeres jugasen al fútbol de forma profesional. Ahora en España hay muchísimas, las jugadoras de la selección española son todas ídolos.
“Se nos pedía que fuésemos más sexys, y yo pensaba: ¡Esto no es un desfile de modelos!”
En ese contexto que nos muestra, ¿Que dificultades encontró en aquellos primeros años como jugadora?
Lo primero el prejuicio. Esa era la gran dificultad, porque de las niñas se esperaba que hiciesen deporte pero no fútbol. Y por otro lado a nivel de reconocimiento. Era muy difícil que a las futbolistas se las reconociese como tal.
Se nos pedía que fuésemos más sexys, con shorts más cortos, o camisetas más ajustadas. Yo pensaba: ¡Esto no es un desfile de modelos!
A ningún hombre le pedirían eso…
Efectivamente. Y hay otro punto importante de desigualdad, porque existen muchos hombres que son entrenadores de equipos femeninos pero al revés no ocurre. No hay entrenadoras en los equipos masculinos. Cuando las hay (en Bundesliga hay una, igual que hay una árbitra) son las excepciones, no es la normalidad.
Ha sido jugadora, pero también seleccionadora del conjunto nacional durante 4 años. ¿Cómo ve las nuevas medidas de la FIFA para que las futbolistas puedan conciliar mejor con su maternidad?
Son muy importantes estas medidas porque yo como jugadora tuve que tomar durante mis años profesionales la pastilla anticonceptiva. Es importante que ahora puedan ser madres. Por otro lado, que se tenga en cuenta el ciclo menstrual de las jugadoras, y que se puedan adaptar a él, ya que está demostrado que eso puede prevenir lesiones.
Por otra parte el tema de la familia.En el caso de los hombres, se da por sentado, porque tienen más dinero, que sus familias pueden venir. Pero no en el caso de las mujeres. En ese sentido los países escandinavos y también EEUU están demostrando que es posible un cambio.