En este local de Portland, en el estado de Oregón, no se habla ni de Lebron James ni de la estrella del fútbol Lionel Messi. Tampoco de los resultados de la Superbowl o de las Grandes Ligas. Aquí son protagonistas la jugadora Angel Reese, la tenista polaca Iga Swiatek, la boxeadora puertorriqueña Amanda Serrano o las futbolistas Alex Morgan y Megan Rapinoe, entre muchas otras féminas.
La original idea fue de la migrante vietnamita Jenny Nguyen, miembro de la comunidad LGBTQ+, quien después de perder las esperanzas en su carrera como jugadora de baloncesto a causa de una lesión, encontró consuelo en la cocina.
Nguyen asegura que su infancia en Portland no fue exactamente la mejor, pero que el amor por el baloncesto fue un gran bálsamo. “Mi familia es de Vietnam, así que ahí ya iba contra la corriente de muchas maneras, además, siendo lesbiana, también luché por encajar, como muchos niños lo hacen”, relató para Artículo14.
“Basé mi identidad en el baloncesto por muchos años”, dice Nguyen al recordar lo que significó decirle adiós a ese deporte luego de sufrir la rotura del ligamento cruzado anterior dos semanas antes de su primer partido universitario. “Nunca había pensado en la vida después del baloncesto, así que cuando me lesioné, pasé por una depresión muy fuerte”, recuerda.
Durante su proceso de recuperación, la joven encontró una nueva fuente de felicidad al preparar los platos vietnamitas que su madre solía hacerle en su infancia, entre ellos, sus costillas de cerdo estofadas favoritas. Con solo una pequeña cocina en su residencia universitaria y algunas herramientas simples, Nguyen halló consuelo en los sabores familiares.
Tras varios años, el amor por el deporte y la pasión por la cocina dieron como resultado la creación de este acogedor pub con paredes cubiertas de madera y fotos de atletas femeninas. Los clientes aquí pueden disfrutar de cócteles especiales como el original Título IX, que hace alusión a Ley de Enmienda Educativa de 1972 que prohibía la discriminación por razón de sexo en actividades educativas financiadas por el gobierno federal, así como las jugosas costillas al estilo vietnamita o las alitas de la “Tía Tina”.
Un bar único en el mundo
“Siempre quise esto, tener un espacio al que cualquiera perteneciera o se sintiera representado”, insiste al reconocer que su motivación principal fueron los niños y niñas. Entre risas, Nguyen recuerda la vez que con sus amigas recorrió sin éxito la ciudad para encontrar un lugar que transmitiera el campeonato de baloncesto femenino de la NCAA de 2018.
“En un bar había 32 televisores y ninguno estaba transmitiendo el juego. Cuando le preguntamos al camarero si podían cambiar de canal, lo hicieron, así que procedimos a ver lo que resultó ser uno de los mejores juegos que había visto, pero pronto me di cuenta que solo nosotras lo estábamos siguiendo”, dijo.
El SportsBra recibe habitualmente a protagonistas del deporte femenino
Con orgullo, Nguyen asegura que su bar es único en el mundo, aunque reconoce que no fue fácil desde muchos aspectos, incluido el acceso a las transmisiones de estos juegos, cuyo 95 por ciento está dedicado al deporte masculino. “Necesitas acceso a los medios y juegos en la televisión para que la gente los vea. Si piensas en la falta de cobertura de deportes femeninos televisados incluso hace cinco años, no creo que hubiera sido posible entonces, y mucho menos hace 10 o 15 años”.
The Sports Bra no solo transmite deportes femeninos, también trabaja con proveedoras y trabajadoras femeninas, pues su objetivo es ser un espacio donde se “apoye a tantas mujeres como sea posible”. Tras dos años de apertura, cumplidos en febrero pasado, el bar de Nguyen ya está en la mira de grandes inversores como el cofundador de Reddit y esposo de la tenista Serena Williams, Alexis Ohanian.
“Me agradeció el darle a sus niñas, a quienes les encanta el deporte, un lugar donde se sientan que pertenecen”
El objetivo es expandir la idea a nivel nacional e internacional a través de franquicias. “Me puse en contacto con Jenny cuando el Bra se volvió viral”, contó Ohanian al portal Fast Company. Para él, el deporte femenino, y todos los aspectos de su ecosistema, representan una oportunidad de negocio en crecimiento. “El momento parece perfecto”.
Por ahora, Nguyen sueña con seguir sumando momentos especiales, “grandes y pequeños”, como un partido de Serena Williams que atrajo tanta gente al bar que muchos terminaron viéndolo desde afuera. “Cuando Serena golpeaba la pelota, se podía escuchar caer un alfiler. Y cuando ella ganaba un punto, el vidrio temblaba en el marco de la ventana debido a lo fuerte que todos estaban gritando”.
Pero también espera los momentos más pequeños e incluso más gratificantes, como cuando después de la apertura un papá llevó a sus dos hijas en medio de lágrimas. “Me agradeció el darle a sus niñas, a quienes les encanta el deporte, un lugar donde se sientan que pertenecen. Nunca olvidaré eso”.