Sarah Storey: cambió la natación por el ciclismo y sigue ganando medallas en sus novenos JJPP

La británico Sarah Storey sigue siendo una gran referencia del deporte paralímpico, más aún después de haber conseguido en París su 29ª medalla, en la que es su 9ª participación en unos Juegos Paralímpicos y tras haber cambiado la piscina por la bicicleta

Sarah Storey celebrando su medalla de oro en los JJPP de París 2024 @DameSarahStorey

Treinta y dos años después de su debut en unos Juegos, los de Barcelona’92, en los que ganó como nadadora seis medallas, la británica Sarah Storey, reconvertida en ciclista desde hace dieciséis, ha vuelto a demostrar en París el idilio que mantiene con el podio, agrandando su leyenda con un nuevo metal más convertida en una referencia del movimiento paralímpico. A sus 46 años, sigue estando al máximo nivel demostrando el pundonor, sacrificio y espíritu de superación que posee.

Nació con el brazo izquierdo poco desarrollado al quedar atrapado por el cordón umbilical en el útero. De niña descubrió la natación y su talento innato la llevó a los Juegos Paralímpicos de Barcelona. Pero ese fue solo el primer paso de una historia que la ha llevado a sus novenos Juegos Paralímpicos en París, lejos de aquel debut con solo catorce años en la ciudad catalana, donde asombró al mundo con seis medallas (dos oros, tres platas y un bronce).  Pero dio un gran cambió en 2004, cuando una infección de oído que le impidió nadar varios meses le hizo replantearse el futuro, y decidió pasarse al ciclismo, donde ha seguido alargando su leyenda.

Una vida de leyenda

Iba a terminar su carrera en Tokio 2020, pero una petición de su hijo, Charlie, que quería verla en unos Juegos, la hizo cambiar de opinión, y le salió bien. Y tras su llegada a la capital francesa dijo que los resultados marcarían los pasos a seguir después, y visto lo visto, le queda cuerda, ya que ha mostrado que tiene un don para la victoria. En la contrarreloj en ruta, la británica demostró que sigue siendo la número uno, ganando con superioridad, aventajando en 4.69 segundos a la francesa Heidi Gaugain, que se llevó la plata, y 38.33 a la australiana Alana Forster, bronce.

Este nuevo oro se une a la amplia colección de medallas que tiene en Juegos Paralímpicos y que alcanza las 29 repartidas en 16 de natación, ocho en ciclismo de ruta y cinco en pista. Y ahora, su leyenda se agiganta aún más en la ciudad francesa al convertirse en la única deportista de cualquier disciplina en haber ganado una medalla en las nueve ediciones de los Juegos Paralímpicos desde Barcelona 1992 hasta París 2024.

Un legado a su altura

La huella que está dejando Storey es enorme y en Gran Bretaña su nombre es una referencia. Tanto que en 2008 fue galardonada con un premio Laureus y nombrada Oficial de la Excelentísima Orden del Imperio Británico; en 2012 Dama en la lista de Honores de Año Nuevo de la Reina; en 2015 un tramo de carretera en Stockport pasó a llamarse Storey’s Way. Incluso fue nombrada deportista paralímpica de la década 2010-2019 por el Daily Telegraph y en 2020 fue nombrada Deportista Paralímpica del año por The Sunday Times.

Todos esos reconocimientos le sirven para ir dejando un legado de inspiración, algo que le preocupa. “El legado deportivo es muy importante para garantizar que los niños pequeños puedan ver a quiénes pueden admirar y cómo pueden ingresar a los clubes y desde las bases del deporte”.

Y es que la voz de Sarah Storey es muy influyente dentro del movimiento paralímpico y por eso cada paso que da y cada vez que alza la voz es escuchada. La leyenda es una gran defensora de la igualdad y la inclusión, dos aspectos que hacen mejor a una sociedad y a los que ella siempre ha tratado de contribuir con su granito de arena.