Rosario Ureña, nacida en 1960 en Granada, tuvo múltiples vocaciones durante su infancia, pero pronto se decantó por dos grandes pasiones que marcarían su vida: el deporte y la medicina. Su llegada a Madrid fue el inicio de una trayectoria destacada; comenzó a entrenar a equipos de Baloncesto y formó parte de la primera promoción de especialistas en medicina del deporte, una especialidad que no existía cuando terminó su carrera. Como jugadora de equipo, Rosario lleva siempre esta filosofía como bandera, demostrando que el trabajo conjunto y la colaboración son esenciales en su ámbito profesional. Reconoce que el trabajo constante ha sido una máxima y en su deporte no ha encontrado más que respeto, pero “en algunas disciplinas deportivas deberían avanzar para aceptar a las mujeres dentro de sus equipos en puestos de liderazgo“.
En los Juegos Olímpicos de París 2024, su equipo médico está compuesto por un extenso grupo de profesionales experimentados, entre los que destaca también la médico Manuela González. Rosario dirige de manera eficaz la oficina médica del Comité Olímpico Español dentro de la Villa Olímpica. Con un enfoque cariñoso pero profesional, Ureña y su equipo se aseguran de que los atletas españoles reciban la mejor atención posible, preparando y gestionando cada detalle con esmero y dedicación. Resumir su trayectoria en dos frases es imposible ya que ha formado parte de los servicios médicos en seis Juegos Olímpicos, Juegos Mundiales, Juegos Mediterráneos, Juegos Europeos o Festivales Olímpicos de la Juventud, junto con infinitas competiciones FIBA. Ureña, además es directora de un centro de salud especializada como médico de familia.
Juan José Muñoz, Manuela González, Chema Calvillo, Rosario Ureña y Cesáreo Lopez en la Villa Olímpica
P: ¿Cómo se introdujo en el mundo del deporte y cuál fue su primer contacto con la medicina deportiva?
R: “Como todas las niñas, de pequeña tenía varias vocaciones, pero a los 14 años empecé a jugar al baloncesto en mi instituto de Granada. Años más tarde y, a pesar de no existir ningún médico en mi familia, me decanté por la medicina. De esta manera uní dos pasiones: deporte y medicina. Llegué a Madrid como entrenadora de baloncesto y médico. Recuerdo que, en 1986, año en el que me casé, me decanté por la especialidad de medicina del deporte. Se celebraba en la capital el Campeonato del Mundo y conocí a gente de la FIBA y a partir de ahí, asistí a un congreso de medicina deportiva y comencé a colaborar en la parte médica. Estas casualidades y reuniones me llevaron a involucrarme cada vez más.”
P: ¿Cómo se da el salto para estar dentro de los Juegos Olímpicos?
R: “Gracias a todos estos conocimientos, especialidades, cursos, colaboraciones con el deporte nacional, internacional, etc, dieron lugar a que en 2003 entrara en la comisión médica del COE. Recuerdo que en Atenas 2004, cambió mucho la normativa antidopaje y yo era experta en su normativa. El jefe de los servicios médicos del COE, Silvio Rubio, necesitaba a alguien que manejase ese tema y entré.”
P: ¿Cómo cambió la normativa antidopaje en 2004?
R: ” Fue una época muy exigente para educar a la gente y evitar errores intencionados. Había normativas específicas para distintos usos de medicamentos, como la insulina, por ejemplo, y procedimientos enfocados a evitar el dopaje.”
P: ¿En cuántos Juegos Olímpicos y en qué otros eventos deportivos ha trabajado?
R: “La verdad que no llevo la cuenta. Pero he estado en seis ediciones de verano de Juegos Olímpicos, Mundiales, Juegos Europeos, Juegos Mediterráneos, Festivales Olímpicos de la Juventud Europea, un montón. (ríe). Además, soy supervisora de la FIBA en torneos europeos preolímpicos masculinos y femeninos, por lo que estoy en activo siempre.”
P: ¿Cuál ha sido la situación médica más complicada a la que ha enfrentado en unos Juegos Olímpicos?
R: “Inicialmente, la situación más difícil es cuando un deportista no puede seguir compitiendo por una lesión. Vienen con grandes expectativas y decirles que no pueden continuar por el riesgo que conlleva, es lo más duro, tanto para ellos como para nosotros.”
P: ¿Cómo se preparó su equipo médico para los Juegos Olímpicos de París 2024?
R: “Todas las personas que vienen tienen un gran bagaje, con experiencia en múltiples Juegos Olímpicos y diferentes deportes. Hemos hecho reuniones técnicas para explicar las normativas, guías de dopaje, guías médicas y de farmacia, asegurándonos de que todos estén al día con los procedimientos. Tenemos áreas de experticia complementarias y hacemos reuniones diarias para centralizar la información médica y gestionar incidencias.”
P: ¿Qué novedades o avances en la medicina deportiva están implementando para estos Juegos?
R: “Estamos en contacto con otras delegaciones para estar al tanto de las novedades. En fisioterapia, el equipamiento es muy bueno. Los fisios están muy contentos con todos los avances. Contamos con lo que nos proporciona la Policlínica con tecnología avanzada como cámaras hiperbáricas y bañeras de agua fría. También aprovechamos los contactos españoles en la organización para facilitar nuestro trabajo.”
P: ¿Qué protocolos de emergencia han establecido para manejar situaciones críticas durante los Juegos?
R: “Hemos establecido un protocolo de seguridad muy grande. Además, la Villa cuenta con teléfonos de emergencia, desfibriladores y equipos de entubación distribuidos por todo el complejo. Además, hay ambulancias disponibles las 24 horas para cualquier derivación necesaria.”
P: ¿Qué medidas están tomando para enfrentar los desafíos climáticos que podrían afectar a los atletas?
R: “Afortunadamente, el clima en París no es tan diferente al de España en verano, aunque hay calor y humedad. Contamos con baños de agua fría y mucho hielo para la adaptación. No es tan difícil como cuando se compite en Japón o Brasil, donde el cambio horario y climático es más significativo. Aquí, la adaptación es más sencilla y no nos enfrentamos problemas como el Zika (Río 2016) o el COVID-19 (Tokio 2020).”
P: ¿Cómo abordan la salud mental de los atletas durante estos Juegos?
R: “La mayoría de los atletas ya tienen sus psicólogos, pero como médicos, hacemos mucho acompañamiento y orientación. Hemos montado espacios de relajación y mindfulness, siguiendo la importancia que el Comité Olímpico Internacional da a la salud mental. Contamos con Pablo Del Río como experto en la materia y, si detectamos cualquier problema, estamos preparados para intervenir.”
P: ¿Qué estrategias están utilizando para prevenir lesiones comunes en los atletas olímpicos?
R: “Trabajamos en colaboración con las federaciones, que tienen programas preventivos bien planificados. Ofrecemos tratamientos de fisioterapia para descargar y prevenir lesiones. Cada atleta llega con su plan de descanso, comidas y entrenos bien organizado para minimizar el riesgo de lesiones. Además, proporcionamos apoyo adicional con equipos ortopédicos específicos, como medias de compresión y musleras, entre muchas otras cosas.”
P: ¿Cuál ha sido su mayor logro o la mayor satisfacción en su carrera trabajando en la medicina deportiva y en los Juegos Olímpicos?
R: “Tener la oportunidad de formar parte de este equipo y ayudar a los deportistas es mi mayor satisfacción. El sentido de pertenencia y contribuir a que los atletas alcancen sus logros es indescriptible. Aunque a veces hay tristeza cuando un atleta no consigue sus objetivos, la felicidad de verlos triunfar es inmensa.”
P: ¿A qué desafíos específicos se ha enfrentado como mujer en el ámbito médico deportivo?
R: “Formar parte de las primeras mujeres en este campo es un reto en sí mismo, ya que aproximadamente solo el 5-10% de las que iniciamos logramos ejercer en el ámbito deportivo. Aunque al principio somos muy pocas, con el tiempo nos vamos fortaleciendo. Es crucial no tener miedo. Yo siempre me he sentido muy respetada, incluso en comisiones internacionales donde la representación de género es casi paritaria. Aunque al principio puede sentirse un poco de soledad, no he percibido diferencias significativas entre compañeros. Es cierto que históricamente se prefería a los hombres en equipos, pero eso ha ido cambiando gradualmente.”
P: ¿Cuál es su perspectiva sobre el acceso de las mujeres a roles de liderazgo en el deporte y la medicina deportiva? ¿Faltan más mujeres en estos roles?
“El número de mujeres en la medicina del deporte ha ido en aumento, y cada vez es más común encontrar mujeres en equipos masculinos porque somos profesionales y el género no debería importar. Personalmente, no he encontrado barreras en mi deporte que impidan a las mujeres acceder a roles de liderazgo, pero reconozco que en otros deportes todavía existen obstáculos. Algunas disciplinas aún necesitan avanzar más para aceptar la presencia de mujeres en equipos masculinos. Sin embargo, las barreras se están rompiendo poco a poco y el cambio es palpable.”
P: ¿Qué iniciativas considera más efectivas para promover la igualdad de género en el deporte?
R: “Es fundamental proporcionar oportunidades. A las mujeres les diría que no teman aprovechar cada oportunidad que se les presente. Aún existe un temor arraigado debido a factores culturales y educativos, pero si eres profesional, la gente te respeta. Es vital que desde dentro del sistema promovamos y mentoreemos a las mujeres, ayudándolas a ganar experiencia y ascender a niveles nacionales e internacionales. Debemos trabajar para que más mujeres lleguen a esos niveles y se sientan capacitadas para asumir roles de liderazgo.”
Rosario Ureña, con su pasión y dedicación, ha dejado una marca indeleble en la medicina deportiva y en los Juegos Olímpicos, siendo un pilar fundamental en cada evento en el que ha participado.