La de Valerie Tarazi es una de esas historias inspiradoras que necesita un mundo lleno de guerras y tristezas. A pesar de los desafíos y dificultades por los que está pasando Palestina en la actualidad, esta joven nadadora ha logrado representar a su país ante los ojos del mundo, llevando consigo un poderoso mensaje de resistencia y determinación.
Valerie Tarazi, de 25 años, es la joven que portó la bandera de Palestina en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París en el desfile de las naciones participantes a lo largo del Sena, representando a una delegación palestina que cuenta con ocho deportistas.
De origen palestino cristiano, Tarazi vive en Estados Unidos y se graduó en la Universidad de Auburn. Además de aficionada al arte y las manualidades, practica natación desde los cuatro años y ha competido en otros deportes como el hockey y el tenis. Es un icono de la natación en Palestina, habiendo ganado dos medallas de oro, tres de plata y una de bronce en los Juegos Árabes celebrados en Argelia en 2023.
Nacida en Chicago, Illinois, siempre ha querido representar a Palestina, un país por el que compite con orgullo en estos Juegos Olímpicos, mientras muchos de sus familiares, residentes en la Franja de Gaza, sufren en estos momentos uno de los momentos más oscuros de su historia.
A pesar de la tristeza que siente por lo que ocurre en Palestina, o precisamente por ello, Tarazi pretende con su participación elevar la moral del pueblo palestino. Apenas al llegar la delegación olímpica palestina al aeropuerto Charles de Gaulle, Tarazi dijo a France Press: “Mi abuelo nació y creció en Gaza. Cuando quiso regresar, no pudo. Todavía tengo muchos familiares allí y, lamentablemente, muchos han fallecido. Es muy difícil, pero es la razón más importante por la que llevamos la bandera”.
En una entrevista reciente con la cadena irlandesa RTE, Tarazi comentó: “Lucho todos los días de mi vida para representar a Palestina. Me entreno en mi universidad y llevo la bandera palestina en mi gorro todos los días”. Continuó con tono enérgico: “No elegí irme, mi abuelo no eligió irse de Gaza, nos echaron de allí y no podemos regresar. Nuestra casa sigue en Gaza, cerca de Rafah, y no tenemos ni idea de qué le ha pasado”.
Valerie nunca ha visto Gaza, pero la ama por las historias que su abuelo le contaba. Sueña con visitarla, aunque tras la guerra israelí, que ya dura diez meses, si alguna vez logra ir, quizás no reconozca los lugares de los que le hablaba su abuelo, pues todo ha sido destruido.
En el ámbito deportivo, Tarazi declaró a la revista Northern Herald de Illinois: “Solo quiero disfrutar y tener una experiencia increíble. No espero nada loco, pero llevo seis meses entrenando para esta carrera y espero lograr mi mejor tiempo personal”.
Valerie Tarazi no es solo una deportista palestina que porta los colores de su país en eventos internacionales, sino un símbolo de esperanza y fuerza frente a las adversidades. Con su determinación de representar a Palestina en los Juegos Olímpicos, envía un mensaje claro al mundo de que los palestinos, pese a los desafíos, están presentes y activos en todos los ámbitos. La participación de Valerie en los Juegos Olímpicos de París no es solo un logro deportivo, sino un reflejo de la voluntad de todo un pueblo que lucha por sus sueños y se enfrenta con orgullo a todas las dificultades. Cada vez que Valerie nada, lo hace con el espíritu de una nación que anhela libertad y paz.