¿Por qué los tenistas tienen que vestir de blanco en Wimbledon?

¿Conoces la historia detrás de la norma de vestir de blanco en Wimbledon? Desde luego, no tiene desperdicio para los amantes del tenis

Vestir de blanco en Wimbledon - Deportes
Carlos Alcaraz (izquierda) y Markéta Vondroušová (derecha) en la pasada edición del torneo Artículo 14

En el mundo del tenis, pocos torneos se destacan tanto por sus tradiciones como Wimbledon. Este prestigioso evento es conocido por ser el más antiguo del deporte, pero también por una norma que ha resistido el paso del tiempo: la obligación de que los tenistas vistan de blanco. A lo largo de los años, esta regla ha suscitado tanto elogios como críticas, pero sigue siendo una característica distintiva del torneo. Este artículo explora el origen de la norma de vestir de blanco en Wimbledon y su explicación.

El origen de la norma de vestir de blanco en Wimbledon

La tradición de vestir de blanco en Wimbledon data de 1877, año en que se celebró la primera edición del torneo. En la Inglaterra victoriana, donde nació esta norma, las manchas de sudor eran consideradas una falta de decoro. El blanco, al ser un color que disimula mejor las manchas, se convirtió en la elección obvia para los organizadores que buscaban mantener una apariencia pulcra y elegante en los jugadores.

Lo que comenzó como una preferencia por la elegancia se institucionalizó rápidamente en una regla estricta. Desde 1963, el reglamento del torneo estipula que los jugadores deben vestir predominantemente de blanco. Sin embargo, ha habido alguna permisividad en cuanto a pequeños detalles de color. No obstante, en 1995, el All England Club, organizador de Wimbledon, endureció aún más esta normativa al exigir el uso del “blanco puro”. Esto implicaba que cualquier pieza de vestimenta visible durante el juego debía ser completamente blanca, incluyendo elementos como gorras, muñequeras y calzado.

¿Por qué los tenistas tienen que vestir de blanco en Wimbledon?

Un partido disputándose en la pista central del torneo londinense

La normativa alcanzó su punto álgido en 2014, cuando se estableció que incluso las suelas de las zapatillas debían ser blancas. Y que cualquier ribete de color no debía superar el centímetro de ancho. Esta estricta política ha generado controversias y ha sido desafiada por varios jugadores a lo largo de los años.

¿Alguien ha desafiado la norma de vestir de blanco en Wimbledon alguna vez?

Uno de los ejemplos más notorios de resistencia a esta regla es el caso de Andre Agassi, quien en los años 90 se negó a participar en Wimbledon debido a su desacuerdo con la normativa del vestuario. Agassi, conocido por su estilo rebelde y colorido, consideraba que la regla de vestir de blanco en Wimbledon coartaba la expresión personal de los jugadores. No fue hasta 1991 que decidió someterse a la norma y participar en el torneo.

A pesar de las críticas y desafíos, la regla de vestir de blanco en Wimbledon ha permanecido inalterada. Los organizadores del torneo sostienen que esta normativa preserva la tradición y añade un nivel de sofisticación y unicidad a Wimbledon que lo distingue de otros torneos del Grand Slam.

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