El reciente lanzamiento del uniforme femenino de atletismo de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos 2024 por parte de Nike ha generado una oleada de controversias y ha reavivado un debate crucial sobre el sexismo en la vestimenta deportiva. Este tema no es nuevo, las cosas como son. Históricamente, las atletas han luchado por llevar uniformes que respeten su comodidad y dignidad. La sexualización y el espectáculo no pueden entrar dentro de las propuestas. Sin embargo, los nuevos uniformes presentados para los Juegos Olímpicos de París 2024 parecen haber ignorado estas demandas, provocando una intensa reacción tanto de atletas como del público en general.
Un conflicto en evolución en pleno 2024
El escenario deportivo femenino ha sido testigo de múltiples batallas contra los uniformes considerados sexistas. Desde el equipo de gimnasia de Alemania optando por enterizos hasta los tobillos hasta las multas impuestas al equipo femenino noruego de balonmano por rechazar el uso de bikinis. Por no olvidar la elección de pantalonetas en la Copa Mundial Femenina de la FIFA por razones de “justicia menstrual”. Estos episodios reflejan un clamor constante por uniformes que no solo sean funcionales, sino que también respeten la integridad y la comodidad de las deportistas.
El leotardo femenino presentado recientemente ha sido criticado por su corte excesivamente alto y revelador. Especialmente, en la zona del pubis. El uniforme femenino de atletismo para Estados Unidos en los Juegos Olímpicos 2024 parece estar más preocupado por la estética que por la funcionalidad y el respeto hacia las atletas. Las reacciones de atletas destacadas como Tara Davis-Woodhall y Lauren Fleshman, quienes expresaron su consternación y rechazo hacia el diseño, evidencian un descontento profundo con la dirección tomada por Nike en este aspecto.
La imagen del uniforme femenino para París 2024 habla por sí sola:
¿Es innovación o se trata de un caso de sexismo?
Nike afirmó que el diseño fue producto de consultas con las atletas y que buscaba representar las diversas identidades y comunidades. Sin embargo, la realidad mostrada en las respuestas sugiere una desconexión entre la intención y la percepción. El hecho de que este diseño en particular haya sido presentado en un maniquí —en lugar de por una atleta en la cumbre de Innovación Nike Air en París— ya plantea interrogantes sobre la confianza en la aceptación del uniforme por parte de las deportistas.
La federación de atletismo de EE.UU. (USATF) ha indicado que el polémico leotardo es solo una opción dentro de una colección más amplia. Por lo visto, la elección final sobre qué vestir recaerá en las atletas. Este argumento, aunque es válido, no aborda completamente el problema central. Nadie ha respondido todavía por qué este diseño fue incluido en primer lugar.