Enfilamos la calle de la Mina de Guadalajara camino de la alta escuela de Artes Marciales “Meguro Castilla” donde nos ha había citado nuestra protagonista, Karla Benítez. A raíz de toda la repercusión que ha obtenido Illia Topuria en los últimos meses y especialmente tras ganar el título de campeón mundial de peso pluma, en Artículo14 tuvimos la curiosidad de saber quién era su homóloga femenina. Obtenida la respuesta, fuimos a conocerla al lugar donde entrena y forma a otras luchadoras.
Allí encontramos a unas veinte mujeres de edades y ocupaciones muy dispares a las que el MMA había unido. Algunas profesionales entrenaban para las competiciones venideras, otras amateurs, tan sólo por el hecho de hacer deporte y pasar un buen rato. Lo que si tienen en común es la energía con la que afrontan esas clases. Todas quieren aprender de la mejor: Karla Benítez.
Cuando llegamos, detiene la clase para saludarnos. Una vez dejada en manos de una compañera, nos acomoda en el despacho para poder hacer la entrevista mientras de fondo siguen retumbando los sacos y las instrucciones en tailandés.
Un destino inesperado
Buscando un destino mejor, Karla Benítez salió de Venezuela en el año 2000 rumbo a España. Tenía 20 años y una personalidad apocada y asustadiza llenaban sus escasos 50kg de peso. Karla recuerda como en el colegio cuando otras niñas se metían con ella “acudía llorando a la clase donde estaba mi hermana Nancy para que me defendiese, ella se los comía, pero yo no era capaz de hacerlo sola”. Lógicamente lo último que esperaba era que algunos años después el destino le hubiese reservado ser la peleadora de MMA más laureada hasta la fecha en nuestro país. “Ahora mi familia y mis amigas alucinan, no lo pueden creer” dice entre risas.
“Yo creo mucho en el destino, y esto estaba para mí. Lógicamente ha habido mucho esfuerzo detrás, pero esto me lo tenía reservado la vida a mí”.
Su defensa personal ya no es un problema. “Ahora voy tan tranquila por la calle. Por eso le recomiendo este deporte a todo el mundo, te hace ir pisando fuerte, soy una leona”. Eso le ha dado el MMA a ella, la confianza y el valor de saberse capaz de todo. Pero matiza, esa seguridad nunca mal empleada. “Quien no conoce este mundo se piensa que no hay respeto, que somos agresivos. Pero es todo lo contrario, aquí hay muchísimos valores, es una filosofía de vida. Me dicen que soy un arma blanca, pero si no te metes conmigo jamás emplearía la fuerza”.
De la niña de Venezuela a la mujer que es ahora, han pasado veintiún años peleando a nivel profesional. Pero a Karla este deporte le llegó completamente por casualidad “y por amor” puntualiza. “Yo siempre me había imaginado de bailarina o de periodista” pero la noche que fue con su amiga Belitza a una discoteca de Barcelona, no imaginaba que la vida le daría un vuelco. “Allí conocí al que hoy es mi marido y padre de mi hija, Chinto Mordillo, que trabajaba como jefe de seguridad de la sala. Él me introdujo en el mundo de las artes marciales”.
Fue flechazo instantáneo. “Podría haber salido bien o haber salido mal. Me quedé embarazada tuve a mi niña y cuando mi hija tenía ya seis meses, mi marido me regaló unos guantes para pegarle al saco, así que empecé a entrenar con ellos, pero no sabía ni saltar a la comba“. Pronto se enamoró de este deporte, tenía 23 años y junto a su marido, empezó poco a poco hasta recorrer el mundo por los rincones donde el MMA era más popular, “a mí me conoce todo el mundo porque me he peleado con todas, chinas, holandesas, ucranianas, tailandesas”. La joven Karla pasó a ser la “Guerrera de Dios” el apodo con el que se le conoce en el mundo de las artes marciales.
Sin miedo
Cuando le preguntamos por el miedo, se sorprende. “Miedo en el ring no he pasado jamás, la adrenalina no te deja sentir el dolor, un puñetazo te despierta y te mete más en el combate, luego ya sí, igual tienes que meter las tibias en hielo porque las tienes inflamadas, pero arriba, la mentalidad le puede al dolor” .
Su palmarés habla por sí sólo. Dos veces campeona del mundo, dos veces campeona de Europa y campeona panamericana entre otros muchos títulos nacionales. Más logros que el famoso luchador que nos trajo hasta aquí. Cuando se lo mencionamos, sonríe ampliamente diciendo “¡Pues aquí tienes a tu Illia Topuria!”. “Él es muy bueno, un gran talento. Chinto Mordillo le hizo debutar en 2015 en un Arnold Classic y ahí empezó su trayectoria”.
El efecto viral de Illia Topuria nunca se produjo con Karla. “Será por la redes sociales que no existían cuando yo ganaba” piensa en voz alta. Pero la ola de visibilidad sí que ha hecho que muchos tengan más interés en la MMA. Su lucha, más allá de las jaulas de pelea es que el CSD reconozcan las artes marciales mixtas como deporte y puedan tener su propia federación. Quizá si eso llega, le pille lejos ya a Karla y lo vea desde el prisma de entrenadora. “Ya no hago tantas peleas. Ahora ya soy más selectiva, elijo mejor los combates, me hace feliz también entrenar a mis alumnas”.
Campeonato de España en Valladolid
Este fin de semana Valladolid acoge el Campeonato de España de MMA en La Flecha. Karla Benítez acudirá como entrenadora y seleccionadora nacional. Zegna Krantic (en la foto superior) será uno de los atractivos en la categoría femenina.
En un fin de semana lleno de emociones, el parque de la concordia de Guadalajara quiso también ayer brindarle a Karla Benítez su particular homenaje. Su labor como profesora y su trayectoria como competidora le han valido este reconocimiento. No es un DNI express en el despacho de la Moncloa ni salir en `El Hormiguero´, pero sentirá el calor de una ciudad que le agradece su entrega diaria.