En el mundo del automovilismo, dominado tradicionalmente por hombres, la figura de Maria Teresa de Filippis es un símbolo de fuerza y de coraje. Como la primera mujer que compitió en una carrera de Fórmula 1, de Filippis no solo rompió barreras de género en el motor. También estableció un precedente que desafiaba las nociones convencionales de lo que las mujeres pueden hacer en esta industria. Su vida es una historia de determinación, habilidad y el indomable espíritu de desafiar lo establecido. Un unicornio dentro de la fantasía de este deporte.
Inicios apasionados
Nacida en una época (1926) en la que las carreras de coches eran vistas casi exclusivamente como algo masculino, Maria Teresa de Filippis desarrolló una pasión por la velocidad y la competición a una temprana edad. Después de la Segunda Guerra Mundial, mientras Italia aún se recuperaba del conflicto y redefinía su identidad, de Filippis encontró en el automovilismo una forma de expresión y libertad.
A pesar de la inicial reticencia de su familia, y especialmente el escepticismo de sus hermanos, Maria Teresa de Filippis aceptó el desafío y rápidamente demostró que tenía tanto el talento como la determinación para competir. A los 22 años, ganó su primera carrera, un trayecto de 10 kilómetros que significó el inicio de su notable carrera.
El en el automovilismo de Maria Teresa de Filippis
Su éxito en las carreras locales atrajo la atención de los principales actores de la industria. En 1954, su habilidad indiscutible la llevó a inscribirse en el campeonato italiano de coches deportivos, donde terminó en segunda posición en la general. Este logro no pasó desapercibido y poco después, Maserati, uno de los equipos más prestigiosos de la época, la contrató como piloto de fábrica.
Con Maserati, Maria Teresa de Filippis no solo compitió en Italia, sino que también participó en pruebas internacionales, incluidas varias carreras de resistencia que fortalecieron su reputación como una competidora formidable.
Rompiendo barreras en la Fórmula 1
El momento culminante de su carrera llegó en 1958, cuando Maria Teresa de Filippis se alineó en la parrilla de salida en el Gran Premio de Bélgica, convirtiéndose en la primera mujer en competir en una carrera de Fórmula 1. Su participación fue parte de la competición, sí. Pero también fue un desafío audaz a las normas y expectativas de la sociedad sobre las mujeres en el deporte.
Durante su tiempo en Fórmula 1, Maria Teresa de Filippis participó en cinco Grandes Premios, logrando tomar la salida en tres ocasiones y alcanzando su mejor resultado, un décimo lugar, en Bélgica. Después de ella, solo hemos tenido a otras cuatro mujeres en Fórmula 1:
- Lella Lombardi (1974 – 1976)
- Divina Galica (1976 – 1978)
- Desire Wilson (1980)
- Giovanna Amati (1992)
Desde luego, aún queda mucho por hacer.