Una de los grandes clásicos de los Juegos hace su aparición, tardía, el primero de agosto. La marcha española está a buen recaudo, gracias entre otros, al buen hacer de María Pérez. En el virtual de medallas, las estimaciones la daban por favorita. Dirigiendo junto a Álvaro Martín y Ana Peleteiro a la delegación española de Atletismo, Pérez puede subir a lo más alto del podio en estos JJOO de París, tras un amargo cuarto puesto en Tokio 2020.
Parte como doble campeona del mundo en 20 y 35 km marcha, en un mundial que consiguió arrancar la sonrisa de todos, cuando reivindicaba la poca atención mediática que sí se había llevado la selección femenina de fútbol el pasado mes de agosto.
Para estos Juegos, llega “sin dolores y con ganas”, tras un 2024 lleno de piedras en el camino. “Después de competir en A Coruña pillé tres virus y ha costado recuperarse”, reconocía la marchadora en una entrevista concedida a EFE. Además del virus, una lesión le ha lastrado su preparación. “Por suerte no llegué a operarme. Estuve cuatro meses lesionada, empecé más lenta que el resto, pero volví con motivación y ganas. De estar a un paso del quirófano y al final no pasar por él y poder estar en los Juegos Olímpicos creo que es positivo” confesaba la granadina.
“Me gusta lo que hago pero me centro más en la salud. A la vuelta de Budapest (Mundial de 2023) lo pasé mal porque el dolor seguía y no me recuperaba. Hasta que no dieron con lo que tenía fue un poco duro”. Por suerte, su presente pasa por centrarse en volver a dar el máximo, aunque, que todos los focos estén puestos en ella como gran esperanza de la marcha femenina, no le genera presión. “No me produce nada. Estoy contenta de estar en los Juegos y al final somos personas que lo dejamos todo por nuestro deporte, como cualquier compañero. Todos nos dejamos la piel y podemos hacer grandes cosas. Creo que hay que seguir soñando y no perder nunca esas ganas de seguir soñando”.
Objetivo: medalla
La atleta de 28 años confiesa sin problema cual es el objetivo que se marca en estos Juegos. “Quiero conseguir el mejor resultado posible y tener una medalla olímpica, algo con lo que sueña cualquier deportista. Luego que pase lo que tenga que pasar. Yo trataré de seguir trabajando otros cuatro años más para llegar a los siguientes Juegos”, comenta pensando ya en Los Ángeles 2028 a los que llegaría con 32 años.
Una medalla que le gustaría compartir, como hizo en Budapest con su familia y amigos, que estarán junto a la afición española en las calles de la capital francesa para animar a toda la delegación española. “Cuando los resultados van, el barco va lleno. Cuando no van, va vacío. Esto es así. No solo en el deporte, sino en la sociedad en general. Son momentos que sirven para conocer a la gente en general y ver de qué pie cojea cada uno”, reflexiona la granadina sobre el cambio que observa cuando la victoria se transforma en derrota.
La polémica con las mínimas
Con una sinceridad poco habitual en los deportistas de élite a la hora de comentar polémicas, más aún cuando estas afectan a sus propias disciplinas, María Pérez opina sin tapujos sobre las polémicas mínimas que tanto ruido han hecho en estos meses previos.
“Creo que hay que ir todos a una, no echarse mierda unos compañeros a otros. Es verdad que hay que hacer las cosas bien hechas desde todos los puntos de vista. Hacer las mínimas son difíciles y si nos lo ponen más difícil desde las instituciones es peor. No todos tienen las mismas posibilidades de ir a la Liga Diamante o a otras grandes pruebas. Me parece bien que haya mínimas pero habría que ser objetivos con todas las disciplinas. Es difícil porque al final nunca vamos a estar todos de acuerdo pero creo que habría que escuchar a los deportistas” concluye la marchadora.