La presencia de mujeres en los altos cargos gestión deportiva no ha sido muy común en los últimos años. Patricia Rodríguez (San Sebastián, 1982) es uno de los pocos casos aislados en España. Ella es la primera mujer en haber dirigido un club en español de Primera.
En días en los que presidir la RFEF, o al menos presentarse, parece una tarea no reservada para quien no esté dentro de las territoriales, Rodríguez ofrece a Artículo14 su visión de una Federación y de un sistema arduo para quien quiera proponer cambios.
Una oferta por Infojobs
Una oferta de Infojobs en el año 2014 del Eibar mientras trabajaba en la multinacional Price WaterHouse Coopers en la que llevaba nueve años, le cambió en 180 grados el rumbo de su profesión. “Apliqué sin ningún tipo de esperanza porque era mujer, y no era nada habitual en esos años que hubiese mujeres, pero me seleccionaron para ser la directora financiera del club”, nos comenta en una charla en la que repasamos una vida profesional al frente de hasta tres clubes de Primera.
Un lustro en el Eibar
Llegó a Ipurúa sin conocer muy bien la industria del fútbol, ni ser muy futbolera, “yo venía de un mundo que no tenía mucho que ver, me puse mucho las pilas, traté de absorber mucho conocimiento, de aprender, de escuchar mucho, y de adaptar lo que yo traía”, en sólo dos años fue promocionada Directora General, donde estuvo hasta 2019.
Cinco años en los que vivió casi de todo. “Fue tremendo, el primer año vivimos un descenso deportivo, pero no administrativo porque el Elche no cumplió las normas de control económico, así que permanecimos en Primera. Tuvimos que aportar mucha información, asistir a más de un juicio para lograr la plaza. Gestionamos la ampliación de capital, en más de 69 países distintos con 10.000 accionistas”, recuerda.
2015 además, vivió también el cambio que supuso para los equipos de fútbol el ingreso de los derechos televisivos. “Los ingresos del Club pasaron a crecer de una manera exponencial, por lo que tuvimos la capacidad de poner en marcha muchas más iniciativas”, explica Rodriguez.
Ese rara avis de ser mujer pronto empezó a disiparse “al principio, había determinadas formas de actuar, que cuando hablaba yo, no se escuchaba de la misma manera, pero luego fue todo cambiando”, nos explica.
Durante esos cinco años el Eibar pasó por muy buenos momentos, como el de ser el tercer equipo español en relevancia en el mercado japonés gracias a la joven perla Inui, “o la compra de terrenos para la construcción de la Ciudad Deportiva. y dejamos de ir de campo en campo a entrenar. Fueron unos años en los que no éramos muchos pero la pasión y las ganas se vieron en los resultados”, admite.
Pero también por muy malos. Ese no ascenso que dejó al Eibar en Segunda fue el más amargo para Patricia. “Lo viví con el director deportivo y lo sufrimos muchísimo”, recuerda.
Concurso de Acreedores, pandemia y cambio de propiedad
Tras su paso por el equipo vasco, llegó la oferta para ser la Directora General del Elche, un club en el que viviría exactamente lo contrario a lo cosechado en Ipuria. “Eso fue lo que más me atrajo, era una situación que no había vivido aún. Pasamos por todo, un ascenso, una pandemia y un cambio de propiedad”, recuerda. Durante esta etapa volvió a derribar una nueva barrera: ser la primera vicepresidenta de LaLiga.
Allí vivió el que recuerda como el partido de su vida. “El único día que no he podido contener las lágrimas en público fue con el ascenso del Elche en Girona. No podía parar de llorar. Fue muy especial. Era salir del concurso de acreedores, con todo lo que eso significaba”.
Cuando le preguntamos si cree que los jugadores son conscientes de todo lo que hay detrás, económicamente hablando, no generaliza. “Hay muchos que sí se interesan. Que incluso te piden consejo sobre negocios que están montando o sobre inversiones. Yo creo que es bueno que los futbolistas conozcan la situación por la que están pasando sus equipos. Se implican mucho más”.
Su visión del fútbol femenino
Ahí, diferencia mucho en cuanto a ellos y a ellas. “Las futbolistas saben que tienen muy difícil poder vivir del fútbol así que desde que empiezan se interesan por su plan B“, explica Patricia Rodríguez. Eso lo vivió muy de cerca en el Granada, donde el equipo femenino se salvó in extremis la temporada pasada.
Entiende los apuros por los que pasan muchos clubs independientes y lamenta que puedan verse abocados a la quiebra. “Los que tienen el masculino detrás pueden destinar más al femenino, ahí es donde se están viendo las desigualdades. Querer ir demasiado rápido puede ser perjudicial. Es una pena que clubes que han nacido con esa vocación y tradición que han creído siempre en el futbol femenino vayan desapareciendo o descendiendo. A nivel de clubes se les debe dar la importancia que tiene el fútbol femenino”
¿Presidir la RFEF?
Como gran gestora de la industria del fútbol, le preguntamos si se presentaría a la presidencia de la RFEF, que celebra elecciones el próximo 16 de diciembre, ella no duda. “No tiene ningún sentido perder el tiempo en eso. Es imposible. Es absurdo perder fuerza y energía porque no va a ningún lugar. Ese cambio no se quiere. Los que están no tienen ningún interés en que nada cambie. Creo que quien presida saldrá de la propia estructura federativa”, afirma convencida.
“Sería la primera en alegrarme en que un cambio se produjese”. “Si viniese alguien de fuera entiendo que el ánimo sería el del cambio y esos cambios no sé si son los que desean las personas que están dentro”, asegura.
“El fútbol mueve muchísimas cosas, es una Federación muy atractiva para muchos intereses“, acaba recalcando.
Su presente
Hace dos años Patricia Rodríguez fundó BARE (2023) junto a dos socios, “nos dedicamos a dar servicios asesoramiento gestión deportiva, planes de refinanciación, tratamos situaciones complicadas a nivel económico”, entre sus clientes algunos clubes a nivel nacional y otros sudamericanos.
Su emprendimiento lo combina con la parte docente, como profesora del Máster de Gestión Deportiva de LaLiga, y también con la presidencia del control económico de la ACB. Un espejo para ese veinte por ciento de las mujeres que han optado por ese camino en nuestro país. Con su ejemplo, llegarán más.