La jefa de las árbitras de España es Yolanda Parga. Empezó de adolescente, llegó a pitar en Segunda División. Una final de Champions femenina, dos mundiales y dos JJOO figuran en su CV. Su fortaleza se ha forjado en un mundo que hace treinta años era casi exclusivo de hombres. Hoy saca pecho por las suyas y por una profesión que ama por encima de todo.
¿Cómo una niña de pronto dice, quiero ser árbitro?
A mí me viene de familia, mi padre era árbitro, tenía primos árbitros y siempre me encantó el fútbol, me focalicé en la figura del árbitro, me gustaba sobre todo porque se trataba de impartir justicia. Siempre me fijaba en García de Loza, hasta que unas Navidades vi un partido amistoso pitado por Carolina Domenech, y ese fue un gran referente para mí. Luego tuve la suerte de coincidir con ella y luego ya hicimos una gran amistad.
Entonces yo le seguí mucho de chiquitita porque veía los partidos de mi padre. Mi referente femenino fue Carolina Domenech, que pitó un partido amistoso unas Navidades entre Atlético y Real Madrid. Empecé a los 13 años y hasta hoy. El arbitraje me ha cambiado la vida, me lo ha dado todo. Me hizo madurar muy rápido, asumes mucha responsabilidad desde muy joven.
¿En esos primeros años en los que empezaste en un mundo tan masculinizado, qué dificultades se encontró?
Yo siempre digo que alguien tiene que abrir puertas para que las que vengan por detrás y yo, en este sentido, creo que he abierto puertas. Yo me acuerdo de ir a pitar a Galicia a un pueblo de la costa. ¡Imagínate, hace 30 años!, fue todo un evento.
Pero yo para las críticas tenía un don, porque en la banda claro escuchas más todo lo que dice el público. Si se metían conmigo, me hacía más fuerte y a partir de ahí, ya me centraba en lo mío. Pero es triste que por la calle alguien te insulta y le puedes denunciar, pero en un campo te llaman hija de… y parece que está aceptado.
Una vez terminado el partido, ¿volvía a verlo?
Si tú haces un partido bueno, es genial. Pero cuando tú perjudicas a un equipo porque puede pasar, porque somos humanos, tienes que tener la capacidad de tirar para adelante. Los árbitros somos humanos y viajamos con el error en la maleta. Cuando tenemos tele cerca, lo primero que haces es mirar las jugadas y si te has equivocado te duele un montón.
Primero porque perjudicas a los equipos y también porque nosotros nos jugamos lo nuestro cuando salimos al campo. En determinadas categorías, hay informadores en todos los partidos que te ponen una nota y eso es lo que a final de temporada te ubica arriba, en el centro, o incluso para descender. Nos jugamos mucho.
Y luego está la famosa nevera…
Sí, pero bueno, para que te metan en la nevera tienen que ser errores técnicos, no de reglamento.
También le han buscado las cosquillas con su vida personal. Eso tampoco debe ser nada fácil
¿Sabes lo que pasa? ¿Que si tú no tienes pelo y sales a arbitrar te van a llamar Calvo si? Tú llevas con un orgullo que te mueres un lunar, aquí te dicen, vaya pedazo de lunar más horroroso que llevas. A mí me han intentado buscar las vueltas a nivel personal, pero yo soy súper feliz y a nivel laboral también.
El pasado mes de enero el encuentro amistoso entre el Inter de Miami y el Al-Hilal fue pitado por una mujer. ¿Cree que fue una decisión política o por meritocracia?
Creo que cuando se da un paso así es porque debe estar preparada, y si es así no lo veo como una utilización. En España tenemos muchas ganas de que haya una árbitra de centro. Ya tenemos una asistente en la categoría profesional masculina, y es porque está muy cualificada. Guadalupe Porras ha trabajado muchísimo para llegar ahí. No por el hecho de ser mujer vamos a dar el salto, porque nos echaríamos piedras sobre nuestro tejado. También creo que la van a mirar un poco más, la van a evaluar más.
Hablando de preparación, ¿Lo está Ud para dirigir a los árbitros de España?
Yo creo que tengo capacidad para trabajar por el arbitraje en el puesto que sea. Creo que soy trabajadora. Y porque creo mucho en el arbitraje. Pero la persona que tenemos ahora mismo es la que tiene que estar. Cuando no esté esa persona, ya veremos. Todo podría ser.
Muchas jugadoras públicamente han pedido que la Liga F tenga VAR. ¿Lo veremos en el corto plazo?
Yo tengo a mis árbitras preparadas por si eso ocurriese. Pero depende de las instalaciones y económicamente no se si los clubes lo pueden afrontar o no. No es lo mismo un arbitraje clásico que lo que cuesta un partido con arbitraje de VAR.
No podemos tener un VAR con la producción televisiva que tenemos ahora mismo en la Liga F, hay muy pocas cámaras. No tendríamos imágenes para poder revisar las jugadas. Imagínate la cantidad de cámaras que tiene la producción televisiva que hay en un partido de Primera División masculina.
En la final de la Copa de la Reina sí que habrá VAR porque ese partido depende de la Federación.
¿Qué balance hace del nivel arbitral de esta temporada?
Ver para poner nota me parece complicado para poder sacar una, pero es cierto que a lo largo de la temporada tuvimos una jornada especialmente más complicada, pero yo creo que en líneas generales hay una mejora muy grande. Yo creo que el nivel es bueno, tenemos errores pero no he visto en toda la temporada un partido que se escapa o un descontrol absoluto.
¿En qué se diferencia pitar al masculino que al femenino?
Diría que el femenino es más respetuoso. Hay muchas menos simulaciones, hay menos rojas directas por ejemplo. Y en las gradas ese respeto también se vive y se respira. No recuerdo ningún partido en el que haya sentido vergüenza entre la afición de lo que se estaba diciendo, algo que tristemente sí he vivido en el masculino.