Laura Martínez cumple con una regla no escrita entre los deportistas de élite: hay una grandísima mayoría de ellos que se enrolaron en su disciplina por “culpa” de un hermano mayor. Seguro que la madre de Laura Martínez no imaginaba cuando llevaba a su hijo de siete años a las clases de judo, que su hija pequeña acabaría representado a España en los actuales Juegos de París. “Yo empecé a trastear en el tatami con 3 años y hasta el día de hoy”, confiesa la madrileña, que nunca se vio como las demás chicas de su edad, “no era una niña de jugar con las barbies”.
En una de las primeras competiciones recuerda como tuvo que competir contra un niño mucho más grande que ella, “al final le gané y él acabó llorando y yo con mi bolsa de chuches”, recordaba la judoca para el canal de Youtube Joseph Michael.
Ese espíritu luchador le ha ido acompañando a lo largo de toda su carrera. Y aunque el deporte es su vida, lo ha compaginado con su carrera de Fisioterapia en la Alfonso X el Sabio, que acabó el año pasado. “A veces salía de casa a las seis de la mañana y llegaba a las once de la noche, han sido unos años duros, he llorado mucho y en algunas épocas pensé en dejarlo todo” reflexionaba Martínez.
El sacrificio es algo intrínseco a un deportista de élite, pero si además es en artes marciales, hay muchos otros obstáculos en el camino. Laura Martínez compite en -48kg, algo que implica tener que dar dos o tres kilos menos de su peso habitual para poder competir “de normal peso 50 o 51, así que a veces el día de antes tengo que dejar beber agua para poder dar el pesaje”.
Tras haberse quedado por muy poco fuera de los Juegos de Tokio, en París quiere resarcirse, “ahora que estoy clasificada voy a por la medalla”, reconoce.
Tras una carrera muy prometedora acude a sus primeros JJOO tras haber logrado su primera medalla en un Grand Slam, un logro que le hace creer en sus posibilidades. Buscará acabar con una sequía de medallas en España para el judo femenino, la última fue en Sídney 2000, hace 24 años.
Mireia Benito
“Yo venía de la nada” confesaba Mireia Benito (Llorenç del Penedes, 1996). “Nadie en mi entorno había vivido del ciclismo”, y sin embargo, ahora se ve a las puertas de disputar una contrarreloj en la que luchará por el podio.
“He tenido que ir trabajando y mejorando y siempre he tenido muy presente que hay que disfrutar del camino. La ciclista catalana ahora quiere disfrutar de una experiencia única, que además comparte con todos los que le han ayudado a llegar hasta París. “Estar aquí es un premio a todo el trabajo que llevamos haciendo mucho tiempo y creo que también es un regalo para todos los que nos apoyan. Entrenadores, familia y amigos están con nosotros durante toda la temporada, que a veces no es fácil, y poder estar en París es una manera de decirles que todo su apoyo tiene recompensa” explicaba Benito en la rueda de previa previa organizada por el COE.
Su palmarés le avala. Es doble campeona nacional, dominadora de la disciplina en España, profesional desde 2023 de la mano del AG Insurance-Soudal. La catalana hubiese preferido un recorrido más ondulado, pero en París la entrega estará por delante del diseño de la crono.
“He intentado llevar el cuerpo al límite, he estado entrenando todo lo que he podido en altura y estoy con muchísimas ganas y motivación. Creo que por mi parte he hecho la mejor preparación posible y veremos donde nos pone la carretera”, señala convencida la ciclista de 27 años.