Laura Martínez ha terminado su competición en París de la mejor manera posible. A su meritorio quinto puesto se suma la petición de matrimonio que le ha hecho su novio esta misma mañana, a los pies de la Torre Eiffel.
La madrileña ha compartido el momento en el que por sorpresa, su pareja, el también deportista de élite Josan Aranda, se arrodillaba mostrándole un anillo mientras ella escribía en un post de Instagram, “Sí quiero”. Sin duda, los Juegos Olímpicos son mucho más que deporte y nos regalan también momentos muy especiales en la vida de los atletas.
Los comentarios de felicitación no se han hecho esperar. “Estos Juegos no los olvidaréis”, “no había escenario más bonito” , “qué seáis muy felices os lo merecéis”, rezaban algunos de ellos.
Laura Martínez Abelenda inauguraba el sábado la competición de judo femenino, pasando a las semifinales y acabando en un fantástico quinto puesto, 13 en el ranking mundial, empezaba derrotando en el primer combate a la chilena Mary Vargas Ley, en el segundo de octavos a la serbia Milika Nikolic, número 6 del mundo y en la batalla por las semis a la kazaja Abiba Abuzhikinova, número tres del mundo, llegando al golden score. Todos los resultados cayeron del lado de la madrileña, que por momentos nos hizo soñar por la medalla, salvo la lucha por medalla, frente a la judoca francesa Boukli con todo el pabellón en contra y en una lucha muy apretada hasta el final.
Su primera incursión en unos Juegos Olímpicos, en los que no partía ni como cabeza de serie, acababan de la mejor manera posible, con un diploma olímpico rozando el bronce y un gran aprendizaje de cara a Los Ángeles 2028. Era la propia judoca quien valoraba en la cadena SER su participación reconociendo sentir tristeza y rabia por no haber logrado la medalla, pero haciendo una lectura optimista, “he luchado hasta el final, lo he dado todo, dentro de unos días seguro que valoraré esta participación”, reconocía la madrileña.
Pero sin duda, lo que no esperaba Laura, Laurita como la llaman entre amigos y familiares, es que su aventura olímpica acabase con una petición de matrimonio, en uno de los lugares más emblemáticos del mundo como es la Torre Eiffel.
Uno de los momentos que la atleta y fisioterapeuta ¡seguro que no olvidará nunca!