Laura Ester Ramos (Barcelona, 1990) nos atiende desde la costa albanesa, disfrutando de unas vacaciones necesariamente merecidas. Tras los Juegos, que han puesto el broche de oro olímpico a su temporada para enmarcar, con una Champions incluida, la que era la séptima de su carrera cerraba un año a la par de exigente y exitoso. “Es imposible ser consciente de todo lo que ha pasado este año”, comenta.
El año definitivo
El 2024 no se le va a olvidar nunca. La generación más exitosa del waterpolo femenino español se había quedado a las puertas de medalla en Río 2016 y rozando el oro en Tokio 2020. Había una espinita que querían quitarse a toda costa, para cerrar un ciclo olímpico a la altura de su palmarés en Mundiales y Europeos. El 10 de septiembre tras ganar en la final a Australia por 11-9 pudieron cumplir con ello.
En su normalidad son conscientes que para que se hablase de ellas tenían que ganar. “Hemos acostumbrado a la gente a podios, medallas, y eso hace que por mucho que ganemos no somos noticia”. Pero la victoria de hace un mes no era una más. Porque consiguieron el oro olímpico. Y se habló y mucho de ellas. “Ha sido increíble el cariño de la gente, cómo se ha volcado todo el mundo con nosotras. Después de tantos años intentándolo… va a pasar mucho tiempo hasta que seamos conscientes realmente de lo que hemos conseguido“.
Las horas siguientes al oro las tiene incluso borradas “son tantas emociones que no recuerdo con mucha exactitud todo, intento recordar todo desde la celebración pero lo tengo un poco borrado de haber vivido tanta alegría y tan rápido. Celebramos en la piscina y fuimos corriendo a la Villa para seguir en Casa de España. Fue una locura todo”.
En cuanto a las horas previas, Laura nos reconoce que ninguna es especialmente supersticiosa “ninguna somos muy de tener que hacer algo para que nos de suerte”, eso sí, la canción antes de salir del vestuario “la potra salvaje, que aunque la gente crea que es de fútbol nosotras la descubrimos nosotras antes”, símbolo ya de toda una Eurocopa pensaron en dejar de escucharla “luego pensamos, no no, llevamos todo el verano con ella, ahora ya hasta la fina. y mira”, comenta entre risas.
Despedidas
En mayo dijo adiós al club con el que llevaba 14 años, en CN Sabadell, y ahora lo que toca es saborear los éxitos, pensar y valorar qué quiere hacer y ser cuando aterrice de nuevo a España. “Quiero pensar bien qué es lo que quiero y una vez vuelva centrarme y saber qué va a ser de la Laura del futuro“.
Laura Ester: el comiat de la llegenda del @CN_Sabadell. @lauraesterwp ha estat la millor portera del millor equip de #waterpolo femení de la història. Marxa del #Sabadell amb 7 Champions, 12 Lligues, 11 Copes de la Reina o 4 Supercopes d’Europa. https://t.co/IyeipicBB2
— iSabadell (@iSabadellcat) May 26, 2024
Por su cabeza pasa la idea de la retirada, claro, pero también la de jugar un curso más antes de colgar el gorro. Ese que con el número 1 y su apodo `pajarito´ ha hecho vibrar a los amantes del waterpolo. “Seguramente siga jugando 1 año más, pero veremos a ver qué pasa“, nos reconoce. “Estoy viendo que es lo que quiere mi cuerpo y mi cabeza” explica la waterpolista, que aunque ya aparece inscrita en el CE Mediterrani, veremos si finalmente opta por incorporarse en el curso que empieza.
“Quiero pensar bien qué va a ser de la Laura del futuro”
A la Laura del futuro tendremos que descubrirla pero a la del pasado nos conquista con su sencillez y naturalidad. Cuenta que llegó al waterpolo por casualidad, sin saber muy bien qué era ese deporte. Ella no tuvo referentes femeninos hasta que no estuvo inmersa en las dinámicas de su club de natación.
Sin embargo, tanto ella como todas las componentes de la selección española, ahora poseedoras de un oro para la historia inspiran a muchas niñas. Para Laura Ester ese es el verdadero éxito. “Ojalá sea así, ojalá veamos a más niñas ilusionadas en practicar este deporte, eso es lo más bonito de este deporte, más que las medallas”.
A pesar de las vacaciones, Laura Ester ha seguido también los Juegos Paralímpicos. Los deportistas se apoyan y se entienden entre sí como pocas profesiones lo hacen. Por eso quiso también dar su punto de vista sobre la retirada de la medalla de bronce a Elena Congost, que le pareció “tremendamente injusto que la descalificaran por un acto de humanidad”.