Correr una maratón ya supone un desafío extremo para cualquier atleta. Pero hacerlo siete veces en siete días y en siete continentes es una prueba de resistencia que muy pocos pueden completar. Verdeliss, la influencer navarra que ha cautivado a millones con su espíritu de superación, se está enfrentando al reto más duro de su vida en el World Marathon Challenge 2025, donde está demostrando una capacidad física y mental fuera de lo común.
Sin embargo, el desgaste ya está pasando factura. El agotamiento, las dolencias musculares y los efectos del clima extremo han comenzado a hacer mella en su cuerpo. “Ahora sí, los cuádriceps me han puesto en sobreaviso del esfuerzo sobrehumano”, ha confesado en sus redes sociales, donde está narrando su odisea deportiva.
El reto de su vida: 7 maratones en 7 continentes
El pasado 31 de enero, Verdeliss se lanzó a la aventura más extrema de su carrera como deportista amateur. El World Marathon Challenge es una prueba solo apta para los más resistentes: completar siete maratones en siete continentes en una semana. Hablamos de un viaje extenuante donde el clima, el cansancio y la falta de descanso juegan un papel determinante.
Lo que empezó como un sueño personal se ha convertido en una causa solidaria. A fin de cuentas, todo lo que Verdeliss recaude en esta competición se destinará a la investigación del síndrome Menke-Hennekam, una rara enfermedad que afecta a los niños.
De la Antártida a Dubái: el desgaste empezó a ser evidente para Verdeliss
Desde el frío extremo de la Antártida hasta las sofocantes temperaturas de Dubái, Verdeliss ha tenido que adaptarse a las condiciones más adversas en cuestión de horas. Cada carrera ha supuesto un desafío diferente y ha ido dejando marcas en su cuerpo. En la Antártida, tuvo que enfrentarse a un suelo helado y resbaladizo, temperaturas gélidas y un viento helado que “calaba los huesos”. “El trabajo mental es durísimo, solo ves un desierto blanco y un silencio sepulcral”, relataba tras cruzar la meta.
Pero el contraste más brutal llegó en su segunda maratón, en Sudáfrica, donde el calor abrasador le jugó una mala pasada. “Mi único malestar es que tengo la piel carbonizada… me olvidé de aplicarme protector solar”, reconoció en redes sociales, mostrando las consecuencias en su piel tras horas corriendo bajo el sol.
Después llegaron las pruebas en Australia y Dubái, donde el cansancio acumulado y la falta de sueño comenzaron a pasar factura. “Empiezo ya a ver muchas bolsas de hielo, rollers, cintas kinesio, analgésicos… hasta un atleta haciendo la maratón en muletas”, compartía en Instagram, describiendo la escena de agotamiento que viven todos los competidores.
El esfuerzo físico no ha sido el único obstáculo. La influencer ha reconocido que uno de los mayores desafíos ha sido la dificultad para dormir entre maratones. Viajar en un avión con mínimas comodidades, adaptarse a diferentes husos horarios y no poder descansar adecuadamente ha hecho que cada nueva prueba sea aún más dura.
“Mis piernas me han puesto en sobreaviso”
Tras completar seis maratones en tiempo récord, Verdeliss ha admitido que sus piernas ya han empezado a darle señales de alarma. “Ahora sí, los cuádriceps me han puesto en sobreaviso del esfuerzo sobrehumano”, ha reconocido, dejando entrever el tremendo desgaste muscular que está sufriendo.
En Dubái, además, tuvo que lidiar con un revoltijo estomacal que le obligó a sacar fuerzas de donde no las tenía: “He tenido que sacar la leona que llevo dentro”. Este tipo de problemas son habituales en pruebas de resistencia extrema, donde el cuerpo experimenta un estrés físico y metabólico brutal.
A pesar de todo, su mentalidad sigue siendo la de una guerrera. En sus publicaciones sigue mostrando su determinación por completar el reto, aunque reconoce que ya está en el límite de su resistencia. Hoy se enfrenta a su última batalla.