El mundo del deporte vivió uno de sus episodios más agridulces el pasado 20 de agosto de 2023. La hazaña deportiva de un Mundial para enmarcar quedaba eclipsada por un hecho sin precedentes por parte del máximo dirigente de la RFEF, Luis Rubiales. Las periodistas Paloma del Río, Susana Guasch o María José Hostalrich son algunas de las profesionales del medio deportivo que han querido participar en nuestras dos jornadas de debate para analizar todo lo acontecido y cómo ha cambiado el mundo del fútbol a raíz del beso no consentido.
¿Cómo recordáis aquella final y la entrega de medallas?
Paloma del Río: Lo primero que me paso por la cabeza al verlo fue, ¿pero esto que es? Yo inmediatamente lo extrapolé a la entrega de medallas del masculino, ¿Es que a alguien en su sano juicio se le hubiera ocurrido dar un beso? La respuesta era no, entonces ¿Por qué lo hacen con las mujeres?
Susana Guasch: No me di cuenta de nada, era una entrega de medallas, me entero después, cuando me metí en Twitter y vi el revuelo que se empezó a formar. Rubiales ha dado un beso a Jenni Hermoso, pues con sorpresa y consciente de que se iba a armar una gorda. A Rubiales le habían consentido de todo. Había medio caído en desgracia y los mejores tiempos habían pasado y así fue.
María José Hostalrich: yo en aquellos momentos estaba escribiendo una columna de opinión para un periódico, para ABC. Y lo recuerdo como algo que me sorprendió. Me sorprendió mucho. No sabría valorar si con asco, con sorpresa… me sorprendió. Lo primero que pensé es: ¿pero que qué hace este?. Poquito a poco lo fui sedimentando, y cuando fui añadiendo cuestiones, cuando fuimos poniendo contexto a todo lo que había pasado, pues ahí me di realmente cuenta de la dimensión que suponía ese tipo de agresión. Es decir, que ya no solo fue el beso, sino todo el aderezo, el intentar convencerla de que no lo dijera. La escena del palco. En fin, todas esas cosas que lo único que hicieron fue empeorar lo que ya era una auténtica barbaridad.
¿Ha cambiado el mundo del fútbol a raíz de ese episodio?
Paloma del Río: En ese momento se montó un revuelo impresionante, quedó oscurecido por completo el éxito deportivo que supone que la selección consiguiese un Campeonato del Mundo, la gente hablaba y hablaba y el éxito deportivo que es impresionante pues no se ha reconocido. La sociedad abrió los ojos, pero abrió los ojos sorprendentemente porque ha habido mucha gente que yo he oido decir, no es para tanto. Me gustaría que esa gente que lo minimiza pensara que el jefe de su hija le plantase un beso en los labios, que lo pensaran. A ver si con su hija lo consienten y con los demás no.
Susana Guasch: Creo que es el mismo, es un señor que mete la pata y se monta el follón. Creo que no habrá ningún señor de club o federación que se le ocurra darle un beso a nadie en una celebración, mujeres o hombres, es una patochada. No olvidemos la rascada de sus partes en el palco junto a la Reina. Nadie había hecho una cosa semejante. Ni lo habíamos visto ni lo veremos.
María José Hostalrich: Yo creo que nos hemos vuelto más sensibles, que ya somos capaces de detectar lo que nunca debe ser. Y sí, desde ese punto de vista fue un shock social. Fue algo que nos dimensionó y nos ajustó a la realidad. La gravedad de determinadas conductas, ya no solo de gente con una jerarquía, sino en la sociedad. Nos hizo pensar cuántas veces no habíamos presenciado escenas así en nuestros trabajos, con nuestros amigos, en la vida cotidiana. Yo creo que sí, que ha cambiado el mundo del fútbol. En tanto que nos ha hecho más sensibles a este tipo de conductas, pero no lo suficiente.
¿Creéis que cobró una nueva dimensión el consentimiento?
Paloma del Río: La dimensión que adquiere la palabra consentimiento no ha cambiado. Es consentimiento mutuo, por parte del individuo A y el individuo B. Si uno no da el consentimiento está claro que uno invade el espacio social y la intimidad del otro. No se puede consentir.
Susana Guasch: Creo que ha estado claro desde el primer momento. Esto no se puede hacer.
María José Hostalrich: No estoy muy segura. Creo que no. Sí que nos ha hecho darnos cuenta de que hay cuestiones que son ineludibles. O que hay fronteras que no se pueden atravesar nunca. Y que el hecho de que trascendiera tanto a nivel internacional incluso, sí que nos ha hecho dimensionarlo. Pero en realidad, a ver, hace poquito hemos podido comprobar como en Arabia las mujeres de los jugadores del Mallorca, los aficionados entre comillas, les han sometido a situaciones que por parte de algunos mandatarios españoles, concretamente de la Federación, el presidente de la Federación y demás, no han visto que sea una cuestión de agresión sexual ni moral a nadie. Esto me hace pensar que realmente no nos damos cuenta de que hay cosas que es que no haría ni falta decir que no, que hay cosas que son intolerables, que hay cosas que no se pueden consentir. Cuando uno confunde lo que es un acoso con lo que es molestar a alguien, pues algo no funciona. Ahí hay una de hay una disensión, ahí hay algo que no ha quedado claro. Y eso es lo que lo que se debería conceptuar bien y acotar bien para que no vuelva a suceder. Asumir que eso es muy grave y que no debe suceder. Es una cuestión puramente cultural.
¿Qué podemos sacar de positivo de todo lo que ocurrió?
Paloma del Río: Creo que de todo esto lo positivo que podemos sacar es que hay comportamientos que hay comportamientos que la sociedad está empezando a rechazar. Se seguirán dando porque yo no creo que la sociedad cambie en tres años tan radicalmente, pero que a este tipo de gente ahora se les señale y se les ponga en evidencia, me parece fenomenal. Y que aprendan que hay cosas que no se pueden hacer. Estamos en el siglo XXI.
Susana Guasch: Fue un episodio vergonzante. El respeto está por encima de todo. Quedó retratado. En el mundo del deporte hemos sacado en claro que hay que cuidar las formas y saber el terreno que pisas.
María José Hostalrich: Pues yo creo que fuimos conscientes por primera vez en mucho tiempo y a nivel general, de que hay cosas que no se pueden tolerar y de que lo que sucedió entre Jenni y Rubiales fue una agresión sexual por parte de un señor. Eso es lo que ocurre. Eso es lo único que yo saco de positivo, lo único. Creo que el hecho de que en esos mismos momentos, incluso a posteriori, haya gente que todavía lo justifique diciendo “bueno, tampoco es para tanto”, demuestra que todavía queda mucho camino por recorrer. ¿Positivo como positivo? Pues que nos concienció, nos hizo tocar con los pies a tierra y darnos cuenta de que realmente teníamos un problema como sociedad. Eso es lo único que más puedes sacar de positivo de una situación así.
¿Qué creéis que falta por hacer en materia de igualdad?
Paloma del Río: Muchísimas. Solo hablar del mundo del mundo del deporte, que haya igualdad de equipación, de salarios, de fisios, de nutrición, de horarios de entrenamiento, que las mujeres deportistas en España tengan las mismas posibilidades de entrenamientos y la misma proyección que tienen los hombres. Y eso no se da. Empezando por la cantidad de problemas que hay para firmar el convenio femenino de fútbol. Y quitar una serie de clausulas que son capantes como la de la maternidad. Te quedas embarazada y ya no te cubren y ya te despiden, donde se ha visto esto. En cualquier empresa la mujer que se queda embarazada tiene una protección y en el mundo del deporte no, vamos contra corriente. SI esto sale a la luz, y los organismos, las federaciones lo convenios lo hacen pues bienvenido sea, pero en materia de igualdad queda mucho. no podemos levantar el pie del acelerador porque sino vamos a retroceder mucho.
Yo me he jubilado pero estoy todo el tiempo informándome, instruyéndome, para seguir dandole luz a todo esto, y que tenemos que ir corrigiendo. Lo que antes era permitido y lo que antes parecía una broma ahora es vergonzante.
Susana Guasch: Después de un año y medio hay que seguir perseverando en esto. Es una pelea que exige un día a día de vigilancia y apuesta por las buenas formas, las buenas costumbres y el respeto. Todos somos iguales.
María José Hostalrich: Queda mucho por hacer en materia de educación, diría yo. Queda mucho por enseñar todavía y queda mucho por concienciar. Generalmente lo que ocurre, ocurre de hombres a mujeres. No digo que no suceda también en el caso inverso y que eso se ve como gracioso, como algo aceptado y aceptable. Lo que sucede es muy grave, a una persona forzarlo a que te bese o intentar besarla cuando no quiere, eso es grave. Eso, de hecho, es un delito. Y eso tenemos que darnos cuenta de que tiene que ser concebido como tal.
Pero que en tanto que haya una sola persona en esta sociedad que piense que “bueno, pues tampoco fue para tanto”, habrá trabajo por hacer. Nunca es suficiente todo lo que se haga en aras de mejorarnos como seres humanos. Por tanto, ¿se ha avanzado? se avanza lentamente, claro, faltaría más. Por eso somos una sociedad evolucionada. Pero queda todavía mucho recorrido por hacer. Insisto, sobre todo y especialmente a nivel cultural y a nivel educacional. Esto se enseña en las escuelas y en las familias. Que un no es un no, y que hay cosas que no se deben hacer jamás sin pedir permiso.