Lamine Yamal es la estrella de la Euro. Su talento innato con el balón combinado con una juventud casi inédita (cumplirá 17 años el próximo 13 de julio) le ha hecho ser el futbolista a seguir. Algunos le comparan con Neymar, otros observan como ha batido los récords de precocidad del mismísimo Leo Messi, y él, nos regala de vez en cuando esa parte más del niño Lamine que del adulto Yamal.
En cuanto a su entorno, Lamine Yamal procede de una familia multicultural en la que su abuela paterna Fátima, ha tenido una gran importancia a la hora de enseñarle los valores y la cultura de su Marruecos (Lareix) natal. “Un día cuando llegaba de jugar del parque con mucha mucha hambre mi abuela me preparó de merienda las pastas marroquíes con un poco de té y ya no quería otra cosa” confesaba el joven Lamine con una sonrisa divertida en una entrevista para GQ.
Su abuela y su madre, Sheila Ebana, son sin duda las mujeres de su vida. Su progenitoria, procedente de Guinea Ecuatorial, ha hecho lo propio con los orígenes maternos de Lamine, llegando a reivindicarlos en alguna ocasión “mi hijo es ecuatoguineano y me duele que digan que no es así, de pequeño le llevé allí” escribía en sus redes el pasado año. De hecho el futbolista comentó recientemente que fue un destino que “le sorprendió mucho”. Unas raíces que Lamine Yamal también recuerda cuando le preguntan por sus comidas favoritas “el arroz con salsa de cacahuete es uno de los platos típicos guineanos, me gusta mucho”.
Es innegable que Lamine Yamal es un chico familiar, la anécdota que revelaba sobre la bufanda que le acompañaba a todas horas es muestra de ello. “Olía a mi madre, a mi padre, a mi perro y la llevaba a todos lados. Me encantaba olerla”.
Lo cierto es que tanto su lugar de nacimiento, Mataró como sus orígenes familiares han creado una fusión de la que Yamal se siente muy orgulloso. De hecho, su celebración, ese 304 que muestra cada vez que anota gol, significa el código postal del barrio de Rocafonda (08304).
Orgulloso de su distrito, también de haber podido aunar a toda familia cerca de él. La mejor muestra de ello, el día que firmó su renovación con el FC Barcelona, el pasado 2 de octubre. Toda la familia quiso estar en un día tan señalado. Su abuela posaba agarrada de su mano mientras la instantánea reflejaba un sueño cumplido. A la salida, las declaraciones de una orgullosa Fátima a los medios congregados fue la imagen del día.
Con su firma, se convertía de facto en jugador de la primera plantilla culé tras cuatro años en La Masía, y el sueldo millonario intrínseco a ese contrato, le permitió, entre otras cosas, comprar una vivienda a su madre, a su padre y a su abuela, todos en la provincia de Barcelona. Aquel fue el primer paso en la meteórica trayectoria del extremo, quien acaba de firmar un contrato con Adidas cuya imagen de campaña es precisamente ese 304, santo y seña del joven Lamine.
Datos de récord
En esta Euro, en el encuentro entre Croacia y España, Lamine Yamal se convirtió en el jugador más joven en debutar en el torneo continental con 16 años y 338 días.
En LaLiga ya los había batido también, fue el jugador más joven en debutar aquel 29 de abril ante el Betis, y también el menor de la competición en anotar cinco goles. Su entrenador lleva avisando un tiempo, “es diferencial, marcará una época”, no se equivocaba Xavi Hernández. Hoy veremos de nuevo el siguiente episodio de su fulgurante historia.
Si hoy, con el 19 a la espalda, Lamine marca en el España – Francia volverá a archivar otro récord, el futbolista más joven en anotar en un campeonato que data desde 1960. Seguramente lo celebrará con baile y con su inseparable Nico Williams, y con tres números que incluyen Rocanfonda, Guinea Ecuatorial y Lareix.