Las historias deportivas que suelen contarse tienen final feliz. Pero algunas, como la de Conchi Bellorín tienen el valor en haber sabido suplir la derrota y reconvertirla. “Los deportistas aprendemos a ganar después de perder muchas veces”. Una de esas veces, quizá la más amarga, fue la que vivió en el tatami olímpico en 2012. El paso de la judoca extremeña por los Juegos de Londres 2012 fue mas agria que dulce, ya que en su primer combate fue eliminada “A mi rival la había ganado en los torneos previos. Iba ganando el combate y faltando doce segundos perdí bastante la concentración, me bloquee y me consiguió marcar un ippon que en judo significa que quedas descalificada”.
Un paso efímero que hoy reconoce que “sólo lo he podido ver una vez más” porque aún habiendo pasado doce años sigue sintiendo dolor. Sin embargo, Conchi Bellorín ha hecho casi más por el deporte español fuera que dentro de los tatamis. “Yo no he sido super talentosa, no he tenido una medalla olímpica pero he luchado mucho, toda mi vida ha sido una historia de superación”.
Su lucha le llevó a poder participar en unos JJOO “aquello es como vivir una burbuja durante quince días, la ilusión que sientes cuando te llega la equipación, el desfilar en la ceremonia de la inauguración o vivir en la Villa Olímpica junto a los demás deportistas, fue un lujazo”, reconoce Conchi que quienes más le impresionaron fueron los jugadores de baloncesto norteamericanos “les veías y te impresionaban”.
Destinos cruzados
Para llegar hasta allí se remonta al 1992, cuando vio por televisión los Juegos de Barcelona, (los primeros en los que una mujer competía en judo) y supo que quería ser parte de todo aquello. Ya había tenido contacto con su deporte a través de una actividad extraescolar. En esos JJOO organizados en España, tuvimos también a la primera mujer en coronarse con una medalla olímpica de nuestra historia. Ella, Miriam Blasco, era también judoca y su destino estaría unido al de Conchi Bellorín. Porque la inspiración de Blasco le hizo viajar hasta Alicante para formarse cerca de ella. En el día que ella competía en Londres 2012 el destino quiso que fuese la propia Miriam Blasco quien estuviese en la cabina de retransmisión narrando su combate. “Fue una casualidad muy bonita. En este mundo circula la energía y pasan estas cosas”. Intentó prepararse para los Juegos de Río 2016 donde quizá hubiese podido quitarse la espinita de Londres, pero una lesión del ligamento cruzado anterior truncó por completo sus aspiraciones. Ella ahora hace una reflexión “La vida es como un tablero de ajedrez, un día te toca ser peón y otro reina”.
“La mujer en el deporte no tiene su lobby”
Su particular tablero le tenía reservado un futuro brillante. Bellorín fue la primera mujer en ser Directora de Deportes de una Comunidad Autónoma, lo fue en 2016 en Extremadura. Desde ese momento su vida ha estado muy focalizada en dar al deporte su sitio dentro de la sociedad a través de diferentes proyectos. Pasó también por el Consejo Superior de Deportes, en donde junto a María José Rienda (primera mujer en haber llegado a ese cargo). Hoy, desde el programa de becas ADO dirigido por Jennifer Pareja trata de sumar su conocimiento para garantizar el bienestar de los deportistas de élite.
Cuando le preguntamos en materia de igualdad porque las mujeres aún no ocupan esos cargos directivos, Bellorín no lo achaca a un sólo aspecto, “queda mucho por hacer. No te puedo decir una sola cosa en concreto porque son muchas en conjunto, es que hay que pensar que la mujer llega al deporte muy muy tarde. La mujer no tiene ese espacio reconocido oficialmente”. También en cuanto a la preparación de las deportistas “En la forma de entrenar tampoco se tenía en cuenta el propio ciclo o la naturaleza de la mujer, pero todo tiene que ir evolucionando” y añade “la mujer en el deporte no tiene su lobby”, pero añade “yo lucho cada día por cambiar eso”.