Adriana Cerezo contagió su alegría a todo el pabellón del Gran Palacio de París, al salir a pelear en la categoría de -49kg de Taekwondo, contra la iraní Mobina Nematzadeh. Ya en Tokio 2020 consiguió la plata olímpica con 17 años y las expectativas eran altas. El fuerte nivel impuesto, a pesar del cartel de favorita, complicaba su combate. Con una altísima calidad de potencia y rapidez en sus piernas, buscaba romper la distancia con su contrincante iraní, pero ésta la tenía aprisionada desde el primer minuto.
Intentó golpear con todas sus fuerzas, pero no lograba acortar la distancia y la iraní logró tocar el peto de la española. No empezaba bien el primer combate. Debía remontar el segundo asalto y, en todo caso, ganar el tercero. Arrancó el segundo combate y el enfrentamiento de las deportistas mantuvo a los espectadores al borde de sus asientos. Cerezo buscaba el hueco, peleaba, saltaba y sabía que tenía que hacerlo muy bien para su pase a la final, pero el estilo agresivo y controlado de Nematzadeh la consolidó líder en el gran Palacio.
Cerezo, ante un público muy exigente, cerró con su puño ante los ataques de pierna de la iraní. Buscaba con todas sus fuerzas tocar la cabeza y lo consiguió, pero la respuesta fue enorme y a falta de un segundo, el combate ya estaba perdido. Finalizó su opción de oro en estos Juegos Olímpicos, pero su sonrisa y positividad se mantendrán muy altas ya que Mobina Nematzeadeh disputará las semifinales contra la que gane la china Guo Qing y la turca Kavurat Dincel. Cerezo puede ir a la repesca y luchar por el bronce si la iraní alcanza la final.
Adriana es una de las grandes del Taekwondo español. Para muchos jóvenes deportistas en España y en todo el mundo, su desempeño en París 2024 ha sido una muestra de su maduración y desarrollo como atleta. Con tan solo 21 años, Adriana Cerezo tiene un futuro brillante en el taekwondo internacional. Su espíritu competitivo, junto con su talento innegable, auguran más éxitos en los próximos años y posiblemente en futuros Juegos Olímpicos.
Tras su combate declaró que “es fantástico ver a todo el público que se vuelca contigo al salir a combatir“. En cuanto al combate declaró que “no pude darla, ojalá se meta la iraní en la final y pueda pasar a la repesca por el bronce“.
Más tarde señaló que “no he hecho el trabajo que tenía que hacer. Me da mucha rabia tener que depender del trabajo de otra persona que se meta en la final para poder optar yo a un bronce. Ahora toca atarnos los machos para que no se repita“, dijo la subcapeona olímpica de Tokio.