Quizá el nombre de Charlene Wittstock no les suene tanto, pero si mencionamos nombre actual, no hay ninguna duda. Charlene de Mónaco, antes de ser princesa tuvo una carrera prometedora como nadadora, llegando incluso a ser atleta olímpica.
Puede decirse que la natación le cambió la vida a la joven Charlene, que nació el 25 de enero de 1978 en Bulawayo, Zimbabue, y se mudó a Sudáfrica cuando tenía 12 años. Su madre Lynette Wittstock, era buceadora e instructora de natación, por lo que para la pequeña el agua era parte de su vida desde muy temprana edad.
Antes de llegar a de llegar a la máxima competición deportiva a nivel mundial como son los Juegos Olímpicos, había representado a Sudáfrica en varios campeonatos nacionales. Su mayor logro llegó en el año 1998, cuando en los Juegos de la Commonwealth, deslumbro obteniendo una medalla de plata.
Dos años después, Charlene cumplió el sueño que a su madre le había arrebatado la guerra civil en su país y llegó a disputar una prueba olímpica, la de relevos en la categoría 4×100, en los Juegos de Sidney 2000, donde llegó a quedar en la quinta posición. Aunque para los siguientes JJOO no llegó a clasificarse, en 2005 representó a la Universidad de Pretoria, y en 2007 se proclamó campeona nacional de Sudáfrica.
Sin embargo, una lesión de hombro, muy común entre los nadadores de élite le impidió prepararse para Pekín 2008.
Del deporte a la realeza
La natación unió a Charlene y al Príncipe Alberto, porque fue precisamente en el año 2000, cuando en una competición previa a los Juegos de Sídney celebrada en Montecarlo cuando se conocieron. Las piscinas del Marenostrum fue el primer lugar donde muchas crónicas de la época relatan como el príncipe quedó impactado por la belleza de la nadadora sudafricana.
Seis años más tarde, en la ceremonia de apertura de los Juegos de Invierno de 2006, fue el lugar elegido para hacer su primera aparición pública y consolidar así una relación que ya llevaba años fraguándose. Cuatro años después se anunció su compromiso Se casó con el príncipe Alberto II el 1 y 2 de julio de 2011 en una ceremonia civil y religiosa, respectivamente. La boda fue uno de los eventos más destacados del año en el principado. El 10 de diciembre de 2014, Charlene dio a luz a mellizos, el príncipe heredero Jacques y la princesa Gabriella, quienes son primero y segundo en la línea de sucesión al trono monegasco.
Una Fundación destinada a la natación
La Princesa Charlenne de Mónaco dejó la natación a nivel profesional, pero a partir de su matrimonio real, en 2012, se puso manos a la obra para contribuir en el mundo del deporte. Para ello nació su Fundación Charlene de Mónaco, que ha tenido siempre por objetivo apoyar a deportistas sin recursos además de contribuir a la seguridad con programas específicos de seguridad en el agua y prevención de ahogamientos.
“En el mundo actual podríamos tener a niños con magníficas capacidades que podrían haberse convertido en estrellas del deporte, pero que no tuvieron los medios suficientes ni las instalaciones necesarias para poder entrenar. Por ello, se ha convertido en una prioridad para mí apoyar a la próxima generación de jóvenes atletas y transmitirles los valores deportivos que comparto con mi marido, el príncipe Alberto de Mónaco” explicaba la princesa en el momento de la creación de su ONG la cual presidía mientras su marido, el soberano monegasco ejercía de vicepresidente.
No es la única `royal´en haber participado en unos Juegos. La lista, de hecho, es bastante amplia y en nuestra familia real, el entonces Príncipe de Asturias, ahora Felipe IV participó en Barcelona´92 al igual que la Infanta Cristina de Borbón, también su madre, la Reina Sofía, participó como reserva para su Grecia natal en los Juegos Olímpicos de 1960 en vela.