Puede ser que la perfección pase factura. Quizás también, que Simone Biles fuese la primera deportista de élite en visibilizar la salud mental en el alto rendimiento. En unos Juegos donde el mundo entero estaba reponiéndose de una pandemia terrible, donde no había por primera vez espectadores y los deportistas estaban aislados en la Villa Olímpica, ella puso sobre la mesa que la mente puede también decir basta en el mejor momento deportivo.
En los Juegos de Río de Janeiro de 2016 los pocos que no conocían su nombre, se sumaron a la Biles-manía. Los cuatro oros con los que volvió a Estados Unidos tras sus primera experiencia olímpica, la colocaban como la primera atleta de la historia norteamericana en cosechar tal número de medallas en unos únicos Juegos. Además de consagrarse como icono de perfección en su deporte, Biles hizo que su minoritario deporte empezase a ser seguido por miles de personas incluyendo a los fans más jóvenes.
Como no podía ser de otra forma, su regreso está siendo uno de los mayores reclamos de estos JJOO, y será tres años después de haber tomado la decisión más difícil de su vida.
Cuando saltaron las alarmas
Nadie había tenido la valentía de no presentarse a una prueba olímpica. Muchos no lo entendieron, creyendo que era un capricho o los nervios jugando una mala pasada. “Si no me hubiese sentido competitiva por supuesto habría comparecido, pero era mucho más que eso”, confesó. La ansiedad se apoderó de ella hasta el límite de perder tres de sus cuatro pruebas olímpicas de Tokio. “Es un milagro que aterrizara de pie en el ejercicio de barra” comentaba a posteriori la atleta. “Nunca debí volver a unos Juegos después de lo que había vivido como atleta en los últimos siete años. No era mentalmente capaz” confesaba a The New York Magacine el 27 de septiembre de 2021.
En Tokio, Rusia se llevó la medalla de de oro y el equipo estadounidense perdía mucho más que una presea. Se quedaba sin su icono. Biles dijo adiós sin saber si regresaría. Y el mundo se quedó sin saber si la gimnasta en activo más laureada de la historia con 32 medallas entre mundiales y JJOO, volvería alguna vez a competir.
Simone practicaba gimnasia artística desde los ocho años. En su primera competición nacional el “American Classic” que se celebró en Texas en 2011, ya empezó a sonar su nombre. La verdadera catapulta llegó cuando dos años después, en 2013, teniendo sólo 16 años, se colgó dos oros en el campeonato del mundo. El mundo se quedó asombrado por el talento de una pequeñísima atleta (mide 1,42m) de Ohio y la perfección de sus ejecuciones. Cuando se convirtió en campeona olímpica en 2016 parecía que el techo Biles no llegaría nunca, pero tan sólo dos años después, en enero del 2018 pasó por uno de los episodios más complicados de su vida, cuando junto con otras gimnastas de la federación estadounidense, denunció haber sido víctima de abusos sexuales por parte del médico de la selección, Larry Nassar. Ha sido este año cuando la justicia les ha dado la razón tras haber archivado el caso durante años y hasta 30o deportistas serán indemnizadas por aquel terrible error.
En ese momento su momento deportivo no se vio lastrado, siguió ganando y fue campeona del mundo en Stuttgart tanto a nivel de equipos como individual, llegando a ser la gimnasta más laureada de todos los tiempos superando a la bielorrusa Vitaly Scherbo. Con los Juegos de Tokio como siguiente gran cita en la que seguir agrandando su leyenda, Biles se vio obligada a abandonar.
En sus años de retiro, Simone Biles se casó con el jugador de la NFL Jonathan Owens, lanzó su propia marca, consolidó sus logros y se tomó el tiempo necesario para sopesar qué decisión tomaría. Algunos creían que no volvería, y de hacerlo, que no competiría con la fiereza que la antigua Biles lo hacía. Pero en diciembre del pasado año, Simone Biles volvió a entrar en la historia siendo la primera mujer en lograr realizar un doble salto Yurchenko, el considerado de mayor dificultad del mundo. Su hazaña hizo que el salto quedase rebautizado como Biles II, lo que le valió entre otras cosas, ganarse el premio Laureus 2024. “He luchado y he sobrevivido” dijo para la revista Time.
Documentar el regreso más esperado
Netflix y el Canal Olímpico Internacional han confirmado que están rodando tres nuevos documentales que prometen audiencias millonarias. Uno de ellos estará centrado en Simon Biles. Desde el anuncio, sus fans cuentan las horas para conocer el presente de la atleta.
A menos de 75 días para dar inicio a los Juegos de París, ella será sin duda uno de los mayores alicientes y allí estarán las cámaras de su equipo de documental para registrar de primera mano todo lo que conlleve ese nuevo capítulo para el deporte mundial.
“No soy la próxima Usain Bolt o Michael Phelps, soy la primera Simone Biles” dijo en una ocasión, y vaya si lo cumplió.