La historia de Billie Jean King, la tenista que lo cambió todo

A las puertas de celebrarse el torneo de naciones del tenis femenino, recordamos la historia de la mujer que da nombre a la Billie Jean King Cup

Billie Jean King posa con el trofeo de ganadora de "La batalla de los sexos" @billiejeanking

Con disciplina y esfuerzo todo es posible. Es probable que ese fuera uno de los primeros aprendizajes de una pequeña californiana que nació en noviembre de 1943, fruto del amor entre un bombero y una ama de casa que vendía cosméticos por catálogo buscando llegar a fin de mes. Esa niña era Billie Jean King.

Billie Jean jugaba al tenis desde pequeña, pero no fue hasta cumplir los 24 cuando se dio cuenta de que algo debía cambiar. Era 1968, el año en el que, por primera vez, el torneo más prestigioso del tenis mundial, Wimbledon, entraba en la Era Open o, lo que es lo mismo, dejaba de ser un torneo amateur para empezar a dar dinero a los ganadores y a ser televisado mundialmente.

Moverse como un hombre

Tras 9 años como amateur, la estadounidense empezó a jugar delante de una audiencia de millones. Su carácter dentro de la pista y su juego no dejaban indiferente a nadie. Su estilo intransigente estaba hiriendo sensibilidades y, frecuentemente, se escuchaba a los espectadores recriminarle que dentro de la pista se movía como un hombre.

Haciendo caso omiso a las críticas, Billie Jean conquistó su tercer torneo de Wimbledon, el primero como profesional. Al recibir su merecido premio se dio cuenta que a ella tan sólo le correspondían 750 libras, mientras que Rod Laver, campeón masculino, iba a recibir 2000. Momento que supondría un punto de inflexión para la estadounidense, que confesó que creía que ambos cobrarían la misma cantidad.

Las nueve originales

A raíz de esto, en un movimiento considerado radical, Billie Jean y otras ocho jugadoras crearon un circuito de tenis femenino profesional propio. Era conocido como ‘The Original nine’ (‘Las nueve originales’). Estas nueve jugadoras se fueron de gira por América jugando por grandes cantidades de dinero y recibiendo las críticas de sus compañeros de profesión. La gran mayoría de los tenistas masculinos defendían que las mujeres no merecían ganar tanto dinero como los hombres.

Billie Jean King continuó cosechando triunfos profesionales mientras luchaba por la igualdad en su deporte. En 1973 ya había conquistado nueve torneos de Grand Slam en la modalidad individual y ese mismo año, sobre la hierba de Wimbledon, consiguió lo que aún nadie ha podido igualar: ganar en una misma edición el torneo individual, el de dobles y el de dobles mixto.

Fue un hito sin precedentes, aunque, aun juntando todo el dinero que le correspondía como campeona de todas las modalidades, su premio fue menor que el del campeón masculino individual.

La batalla de los sexos

La popularidad de la tenista americana era cada vez mayor, pero su lucha por la igualdad suscitaba duras críticas. Entre ellas, las de Bobby Riggs, un exnúmero 1 del tenis mundial que retó a Billie Jean en lo que se conoció como ‘La batalla de los sexos’.

La estadounidense, pese a mostrarse algo reacia en un principio, aceptó el reto. La presión para Billie era enorme, tenía mucho que perder, pero la tenista no estaba dispuesta a ello.

Nadie quería perderse esta batalla, más de 30.000 personas ocupaban las gradas y hasta 90 millones de espectadores lo siguieron a través de la televisión. Además, había 100.000 dólares en juego, aunque a la americana sólo le importaba el reconocimiento mundial. Para ella, perder era como retroceder 50 años en su lucha por la igualdad.

Ambos entraron en la pista como auténticos héroes. Billie Jean King lo hizo montada en una litera a lomos de cuatro hombres, pero, lo que más llamó la atención, fue cómo el narrador presentó a la que era una de las leyendas del tenis, para él: “una jovencita muy atractiva que, si se dejara crecer el pelo hasta los hombros y se quitara las gafas, podría presentarse a una audición de Hollywood”.

Billie Jean King estaba más que acostumbrada a esos comentarios y, quizá por ello, no le influyeron y pudo derrotar, sin mucha complicación, a Bobby Riggs, por un contundente 6-4, 6-3 y 6-3 en apenas 57 minutos. “Era importante ganar si queríamos que la gente se tomase el tenis femenino y a las mujeres en serio”, declararía la tenista años más tarde.

Tras este acontecimiento, el US Open anunciaría que repartiría la misma cantidad de dinero a hombres y a mujeres, siendo así el primer Grand Slam en hacerlo.

El logro más importante

Dos años después de esta gesta, Billie Jean se retiraría del tenis profesional conquistando su sexto Wimbledon, el último de los doce Grand Slam (individuales) que consiguió. Su palmarés es envidiable, pero más allá de eso, “lo que hizo es el logro más importante en la historia del deporte femenino”, palabra de John McEnroe.

Por todo ello, el mundo del tenis da las gracias por haberla tenido en el circuito y la homenajea poniéndole su nombre a uno de los torneos más prestigiosos del mundo, La Billie Jean King Cup, el ‘mundial de tenis femenino’, torneo, que la americana conquistó siete veces como jugadora y hasta cuatro como entrenadora.