La coach de Peleteiro: “Ana tiene una autoestima muy alta. No salta por el aplauso”

Rebeca López charla con Artículo14 sobre el trabajo que lleva haciendo durante los últimos cuatro años con la atleta gallega

La medallista olímpica Ana Peleteiro jamás ha escondido que va a terapia. De hecho, es una de las mayores defensoras de ello. “Yo creía que podía ser mi propia psicóloga hasta que me di cuenta de que no” reconocía la atleta gallega en 2021. Desde ese momento siempre ha recomendado a su coach Rebeca López, con la que Artículo14 se sienta hoy a charlar.

Desde que están juntas han llegado muchos éxitos deportivos, compartieron los últimos JJOO de París, donde Rebeca se trasladó para seguir de cerca a la gallega en su segunda experiencia olímpica. Su medalla más reciente el oro en el Europeo de Holanda y el bronce en el Mundial de China han finalizado la temporada indoor de manera brillante, pero también ha pasado recientemente por capítulos duros, en los que la atleta ha reconocido sufrir mucho odio a través de las redes sociales.

Ana Peleteiro junto a Rebeca López en los JJOO de París
@rebecalopez_coaching

Rebeca ¿Qué es exactamente un coach deportivo y cómo puede ayudar en el alto rendimiento?

Quiero explicar lo primero que yo no hago terapia, hago acompañamiento. Los psicólogos son los que hacen terapia porque tratan patologías, yo trabajo el apoyo, el acompañamiento, el crecimiento. Empecé a trabajar con opositores para las pruebas físicas, como con bomberos o policías. Y desde ahí fui desarrollando todas las herramientas que utilizaban los procesos del deporte, a partir de ahí es donde yo empiezo a recibir muchos deportistas a pesar de que mi especialidad era coaching personal y luego programación neurolingüística e hipnosis.

La autoestima es un punto central en mis procesos. Además me enfoco mucho en las creencias limitantes que afectan al desempeño de los deportistas. Es clave encontrar qué estoy creyendo a nivel consciente e inconsciente y qué me está limitando. Y trabajo re programando, es decir, quitando esa creencia y cambiándola por una que me potencie en lugar de que me limite.

Hay otras herramientas como la visualización, o el acompañamiento en el duelo cuando se produce una lesión importante o la retirada deportiva.

¿Cómo comienza el trabajo con Ana Peleteiro? Ella siempre ha reconocido e incluso promovido que la gente vaya a terapia.

Nosotras nos conocemos porque yo tenía la consulta en la clínica de fisioterapia de mi exmarido, que era su fisioterapeuta cuando ella vivía aquí en Guadalajara.

Entonces, mi exmarido siempre decía, “Ana, ve a hablar con Rebeca”. Y después de la pandemia hicimos una comida en el campo y allí nos conocimos. Dimos un paseo en el que conversamos mucho. Y después de ese paseo me dijo que quería tener una sesión conmigo y empezamos a trabajar.

Ella es una persona muy segura de sí. Ana tiene muy buena autoestima, y eso es muy importante. Las personas cuanto mejor autoestima tienen, más capaces son de hablar de sus debilidades.

Ella lo cuenta con naturalidad (el hecho de ir a terapia) porque ella no siente miedo de dejar de valorarse a sí misma, ni de que nadie la deje de valorar, por tener dificultades como tenemos todos.

Ana Peleteiro es una de las mejores atletas del panorama nacional. Sin embargo ha tenido algunos episodios en los que ha recibido muchas críticas y comentarios ofensivos en redes. ¿Trabajáis también esa parte?

Claro, lo hemos trabajado. A mí me ha asombrado lo fuerte que es y cómo ha manejado todo esto. Cuando eres una persona segura, cuando tienes una red también segura de personas que te quieren como ella tiene, todo esto se supera mucho más fácilmente.

El hate nos afecta a todos y el que diga que no le afecta es mentira, porque somos seres sociales. En su caso, sobre todo, hemos puesto mucho el foco en que ella no salta por el aplauso. Ella salta porque le apasiona, luego lógicamente, el aplauso nos gusta a todos. El reconocimiento es muy importante para el ser humano.

A mí me gusta mucho llevarles a la infancia, a conectar con la pasión que sienten cuando empiezan a saltar, a correr o a nadar. Centrarse en la idea de que yo compito para mí, conmigo, por el placer de llevar mi cuerpo al límite, por el placer de dar el 100%.  Por otro lado, conectar mucho con que la  opinión que de verdad te importa es la de la gente que te conoce y que te quiere.

Entonces, como ahí ella tiene muy buena red, tiene una relación con sus padres, con sus tíos, primos, amigas, y por supuesto con su pareja. Ana se conecta mucho con que haga lo que haga, y digan lo que digan, ella llega a su Galicia y tiene todo el amor del mundo. No puedes darle tu poder a a quien no te conoce de nada.

Las personas que insultan por redes, claramente no están satisfechas con su vida. Si tienes una vida plena, no sientes ningún tipo de placer en ese acto, todo lo contrario. Te garantizo que muchos de los que hacen comentarios negativos, son algunos de los que luego le piden una foto, porque lo que quieren es atención.

Cuando comes un día con ella te das cuenta, todo el mundo la para, todo el mundo quiere fotos. Y ella, además, suele atender a todo el mundo.

Muchos de los haters de Ana Peleteiro, son adultos con un niño interior que no ha sido atendido, que ha sido completamente ignorado, y que han aprendido que cuando se portan mal, les hacen caso.

El hecho de que ella haya querido visibilizar esos episodios que ha vivido me imagino que también tiene una intención de concienciar.

Ella es una persona con las ideas muy claras. Además, tiene un sentimiento de justicia muy arraigado. Esto le mueve mucho y defiende lo que ella cree, y a mí eso me parece muy valiente.

¿Por qué sigue siendo un tabú para muchos deportistas reconocer que tienen ayuda con terapia?

Aquí creo que depende también del sector. Mi trabajo es confidencial, entonces yo no digo con quién trabajo. De los 40 clientes que tengo, aunque no sea una muestra muy grande, quizá los que pertenecen al mundo del fútbol muestran menos en redes el trabajo que hacemos. Deportistas de otros deportes sí que me cuelgan en redes o me agradecen públicamente. Los futbolistas o los entrenadores no lo hacen tanto.

También creo que es porque el hombre ha tenido una crianza muy dura con una gran invalidación emocional.

Al lo menos mi generación, creo que todos hemos crecido muy invalidados emocionalmente, y nos cuesta mucho hablar de esto, incluso conectar con que estamos sintiendo ciertas cosas. Pero el hombre aún más. Se les ha impedido sentir pena, tristeza o miedo, en cambio, se les permite el enfado, ¿no? Esa es la puerta de salida. Y les cuesta más admitir que se sienten vulnerables.

 

 

 

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