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La cara no tan oculta del deporte

PARÍS, 04/08/2024.- La jugadora española Carolina Marín llora tras retirarse, debido a una lesión, de su partido de semifinales de bádminton femenino individual de los Juegos Olímpicos de París contra la china Bing Jiao He en el pabellón a Chapelle Arena este domingo en la capital francesa. EFE/ Miguel Gutiérrez

No se puede dejar de hablar de Carolina Marín, aunque hayan pasado días, su lesión, su llanto y el de su entrenador, de su familia y amigos, de todos los que la vimos colocándose una rodillera intentado seguir. Una Carolina más determinada y más arrolladora que nunca dispuesta a pelear por lo que hubiera sido su segunda medalla de oro. Esa cara tan fea del deporte que no podemos ignorar, que sucede más a menudo de lo que creemos, incluso antes de llegar a los tan deseados Juegos. Desde 2008, cuando el COI comienza a hacer estudios estadísticos al respecto, se mantiene una cifra de entre 12 y 14 lesiones por cada 100 atletas. Por tanto, pedir al COI una medalla de bronce para ella es un impulso loable que no tiene cabida.

Tanto exige el deporte de alto nivel que debemos considerarnos afortunados los deportistas que no hemos tenido serios problemas físicos. Se lleva el cuerpo a la máxima exigencia, con una precisa preparación de manos de auténticos especialistas, y cada vez más, ayudados por la investigación y la tecnología que permite saber, por ejemplo, que tiempo de descanso y activación se necesita, que bebida con electrolitos y sales se adapta a cada deportista según su organismo, su nivel de sudoración, que comer y cuando para rellenar esos músculos.

Parte de nuestro oro de Barcelona 92 vino de la mano de los médicos y la innovación, pues ya hace más de 30 años a unas chicas normales y corrientes nos empezaron a medir el lactato y la velocidad de carrera para la mejora progresiva, la grasa corporal, la cantidad de hidratos y proteínas ingeridas, la capacidad cardiaca basal, y variados y múltiples controles en el Centro de Alto Rendimiento. Nos enseñaron a comer como deportistas de elite, dispusimos de fisiólogos, psicólogos y sofrólogos, con ejercicios de visualización de nuestra técnica y actuación en el terreno de juego. Y otras muchas peculiaridades e increíbles inventos diseñados para hacernos mejorar, planteados por nuestro entrenador José Brasa y el equipo técnico. A todos ellos, siempre gracias.

Carolina ya es historia del deporte español por su carrera y su ejemplo de superación, por hacer del bádminton español un deporte más popular, más seguido y reconocido internacionalmente. Dejemos que el tiempo nos borre esa imagen de desgarro y que ella vuelva a donde quiera volver.

Aunque es difícil pensar que un deporte poco popular se consolide y crezca después de una medalla olímpica, ya que los focos y la atención mediática desaparece de nuevo durante cuatro años, siempre es más fácil abrir las puertas de instituciones y responsables políticos, que les reciben orgullosos en sus localidades de origen.

También resulta más sencillo si el deporte en sí mismo no requiere de caras infraestructuras para su desarrollo. Por eso quiero creer que la plata de Gracia, Vega, Sandra y Juana, (vaya subidón), las mosqueteras del 3X3, si va a popularizar más aun este deporte de calle tan divertido.

Lo que sí creo de verdad es que sea quien sea el deportista español que participe e incluso destaque en estos Juegos de Paris, va a ayudar a crear buenos hábitos y sentimientos de orgullo y pertenencia entre los jóvenes que siguen en las redes sus perfiles y su parte más humana.

Y aquí en Paris hemos visto como aparecen nuevos deportes en el programa olímpico como el break dance, algo que no gusta a los seguidores más clásicos, en ese propósito necesario por parte del COI de no perder el atractivo entre los jóvenes. También es parte de su agenda estratégica, incluir nuevas disciplinas y modalidades mixtas que buscan favorecer la igualdad en la competición.

Vemos cambios en las normas de ciertos deportes que a veces provocan quejas por no parecer muy justas. Lo ideal sería que se consiguiera la mayor equidad posible, pero la capacidad limitada de atletas en los Juegos, y su establecido sistema de clasificación y elegibilidad en cada deporte a veces no lo consigue. No parece justo que el ciclismo en ruta permita a un equipo tener a cuatro ciclistas y otro solo alcance a clasificar a un corredor que no tendrá apoyos ni muchas opciones de estrategia y éxito.

Si de conseguir mayor objetividad se trata, también cada vez hay más deportes que buscan la justicia a través de la tecnología facilitando el trabajo de jueces y árbitros: el vídeo umpire, la IA en las repeticiones, la implantación de sensores y cámaras aéreas o subacuáticas que analizan los movimientos al milímetro, permitiendo lograr una mayor una mayor objetividad en las puntuaciones de natación artística y gimnasia.

Y hablando de justicia…podría hablar de la polémica que ha surgido durante estos Juegos en el boxeo femenino, pero es un tema muy complejo que requiere mucho trabajo y apoyo por parte de todos los estamentos deportivos para que el deporte femenino ,que tanto esfuerzo esta haciendo para consolidarse, no tenga que retroceder varias casillas.