Susana Rodríguez: una historia de lucha contra lo imposible

Susana Rodríguez se convirtió en campeona paralímpica en Tokio 2020 y ahora, tres años después y con 36, busca sumar su segundo oro en París

Susana Rodríguez celebrando junto a su guía una victoria @iadeporte

Susana Rodríguez es un emblema con mayúsculas del deporte paralímpico español, ya que fue campeona olímpica en Tokio y no solo por eso, si no porque, al igual que la mayoría de sus compañeros de delegación, tiene una grandísima historia de superación que la ha llevado a estar donde está ahora mismo, en la cúspide del triatlón adaptado mundial. Y por todo eso, ahora llega a París mucho más veterana, con 36 años, y soñando con hacerlo muy bien. De hecho, su objetivo es “ser mejor que en Tokio”, y pese a las dificultades, intentar estar lo más arriba posible, porque por muy favorita que parezca, el recorrido es el mismo para todos los participantes, pero espera “poder repetir presencia en lo más alto”.

Una vida de esfuerzo

Susana Rodríguez tiene 36 años y su discapacidad viene del albinismo que padece. Esto es una enfermedad que se da en la pigmentación de la piel, que causa que el pelo y la piel sean muy muy blanco. además, esta patología también causa daños en la vista, como es su caso. Pero eso no la frenó en su afán deportivo, y empezó a nadar con 4 años. No contenta con eso, a los 10 años ya empezó a competir, y con 12 años, decidió que iría a los Juegos Paralímpicos algún día. En vista de buscar su sueño, intentó ir a los Juegos de Londres en 2012, pero no pudo por un error en su inscripción.

Ese golpe fue demasiado para ella, tanto que cambió por completo de vida y lo dejó todo, incluso el deporte y se centró en un nuevo reto, el de estudiar medicina. Y de nuevo lo logró. Solo que cuando parecía que ya había dejado de lado el deporte, apareció en su vida el triatlón adaptado. En él, además de su especialidad, nadar, también tenía que hacer bicicleta y correr. Y otra vez, esto no la frenó. Tanto que se adaptó a las mil maravillas a hacer las tres modalidades juntas, y la suerte le sonrió esta vez. La gallega vio que en 2016 sería un deporte paralímpico y volvió a soñar con competir.

Un sueño cumplido en Tokio

En su lucha por conseguirlo, ganó premios en muchas competiciones. Y llegó a lo que quería, los Juegos Paralímpicos, en Río de Janeiro, donde quedó  quinta. Y para darle aún más mérito, entre los vuelos y los entrenamientos, Susana preparaba los exámenes de su carrera. Tuvo horarios muy duros, ya que madrugaba para entrenar, trabajaba y luego volvía a entrenar. Pero todo tuvo su premio, en Tokio, cuando ganó la medalla de oro. Y ahora en París busca repetirla.

Muy clara sobre la polémica del Sena

Si algo tiene Rodríguez es que no se calla una, y en este caso ha tenido mucho que decir en París sobre el río Sena, donde ya hubo mucha polémica por nadar en los Juegos Olímpicos y en los Paralímpicos va a ser más de los mismo. Y ella tiene clara su opinión. “Tiene que primar que el deportista pueda ejecutar con total seguridad para lo que lleva tres años trabajando. Sobre la contaminación, parece curioso que no se pueda entrenar pero que el día de la carrera de se pueda correr. Con la corriente, si ya hubo problemas en los Juegos Olímpicos, imagina en los Paralímpicos, han hecho un plan B, están trabajando mucho, pero hasta la madrugada del día anterior no se podrá saber nada”.

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