¿Qué significan los cinco aros de los Juegos Olímpicos?

Los Juegos Olímpicos de la era moderna tienen muchos símbolos a lo largo de su larga historia, pero hay algunos que predominan por encima del resto, y entre ellos destacan los aros olímpicos, de los que vamos a desglosar su significado

Juegos Olímpicos de París 2024 - Precio entradas
La Torre Eiffel espera con ganas la llegada de los Juegos Olímpicos de París 2024 (EFE)

Los Juegos Olímpicos ya están aquí y es que desde esta semana se disputan en París y van a convertir a la capital francesa en el centro de atención de todo el mundo, además de que todos los deportistas, que llevan cuatro años preparándose a conciencia para el evento, van a darlo todo para conseguir una medalla que les aúpe al estatus de historia de sus países. Como historia tiene la cita olímpica, que desde el año 1896, en su etapa moderna se han disputado, quitando algún año interrumpido por las Guerras Mundiales. Y en esos casi ciento treinta años no son pocos los símbolos que han acabado convertidos en emblemas, y como tal vamos a destacar algunos de ellos. Sobre todo el más utilizado de ellos, los aros olímpicos.

El significado de los aros Olímpicos

El símbolo más icónico de los Juegos Olímpicos, tiene un significado especial que simboliza totalmente el espíritu de los mismo. Se trata de cinco anillos entrelazados, cada un o de un color distinto y que son reconocidos instantáneamente en todo el mundo, por lo que se han convertido en lo que son, la mejor representación del evento, de la forma más simple posible. Para conocer su dignificado hay que ir hasta la Carta Olímpica, más concretamente hasta el artículo 8, en el que se explica que los aros olímpicos representan “la actividad del Movimiento Olímpico y representa la unión de los cinco continentes y el encuentro de atletas de todo el mundo en los Juegos Olímpicos”.

Además, los colores de los aros olímpicos son azul, negro, rojo -arriba-, amarillo y verde-abajo-. Viene de lejos, pues este logotipo hizo su primera aparición en 1913. Su creador fue el gran impulsor de los Juegos Olímpicos de la era moderna, el Barón Pierre de Coubertin, aunque no tuvo ocasión de usarlo en ‘su juguete’ por primera vez hasta 1920 debido a la I Guerra Mundial. Además, no se quedó aquí, pues la combinación de colores gustó mucho, hasta el punto de que se convirtió en un símbolo del deporte a nivel mundial, y en 1927 la Unión Ciclista Internacional la adoptó, en el mismo orden, para su icónico maillot arcoíris de campeón del mundo. Ese que ahora mismo lleva Mathieu Van der Poel, y es un icono ciclista. De hecho, en todas sus pruebas mundiales, en todas las modalidades se usa.

Bandera y símbolos olímpicos

No es el único símbolo, pues los aros olímpicos, también forman parte de otro muy importante, la bandera olímpica. La cual consiste en un fondo blanco con los aros en el centro. Y esto tiene una explicación, pues según el Barón de Coubertin, los seis colores presentes en total, combinados, están presentes en todas las banderas del mundo.

El resto de símbolos olímpicos son el lema Citius, Altius, Fortius, ideado en 1891 por el francés Henri Didon, amigo personal del Barón de Coubertin, el himno olímpico, una pieza compuesta por el griego Spiros Samaras con partes de un poema de Kostis Palamas, y que fue estrenado en los primeros Juegos modernos en 1896, y la llama olímpica, que se lleva por relevos desde Olimpia, cuna del evento, hasta la ciudad que los alberga. La llama sigue siendo el emblema por excelencia, y en casa edición forma en sí misma una fiesta y un evento de gran tamaño a su alderedor.

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