Los atletas olímpicos luchan por superarse en cada prueba, exprimir hasta el máximo sus cuerpos en busca de conseguir llegar a su mejor estado de forma, e incluso batir nuevos récords e intentar lo que parecía imposible. Y todo eso lo hacen con un fin, las medallas, porque no hay nada más importante en la vida deportiva que una medalla olímpica. Los más laureados poseen una colección de medallas de oro, plata y bronce que engrandecen aún más su éxito, aunque solo el hecho de lograr una de ellas es un culmen perfecto a una carrera. Pero eso, las medallas, son mucho más que simples trozos de metal, son símbolos.
Hay muchas cosas en la vida que no son lo que parecen, y en este caso no iba a ser diferente, porque aunque esas medallas olímpicas se denominan de oro, plata o bronce, no están realmente hechas de esos materiales, o al menos es algo más difuso.
¿De qué están hechas las medallas olímpicas?
Es bastante sorprendente conocer que las medallas de oro olímpicas están hechas principalmente de plata, aunque eso sí, son fieles a su nombre y tienen un pequeño porcentaje de oro. La producción y el diseño de las medallas olímpicas se basan en reglas establecidas por el Comité Olímpico Internacional, porque las que las materias primas de las mismas se definen de la siguiente manera: en primer lugar, ,la medalla de oro, compuesta principalmente de plata con una pureza mínima del 92,5 % y bañada con al menos 6 gramos de oro puro.
En segundo lugar, la medalla de plata, al igual que la primera compuesta de plata con una pureza mínima del 92,5 %, solo que esta sin el baño. Y el tercer puesto, que se corresponde a la medalla de bronce, no está compuesta de bronce, si no de una aleación de cobre y otro metal, como el estaño o el zinc.
Tokio 2020, el espejo en el que mirarse
Las medallas que fueron otorgadas en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 fueron un paso más allá de lo que a sostenibilidad se refiere, ya que se fabricaron a partir de materiales como residuos electrónicos reciclados. Teniendo en cuenta que la cantidad de oro extraída a partir de una tonelada de teléfonos móviles es 80 veces más mayor que el de una extracción tradicional de oro, los dispositivos electrónicos ofrecen una cantidad brutal de este material.
Además, ese año en Japón, el Comité Olímpico Japonés se comprometió a reducir la huella de carbono de los JJOO, y como parte de ese esfuerzo, la producción de medallas olímpicas se vio afectada, y se reinventó, ya que se usaron componentes electrónicos reciclados para fabricar medallas ecológicas.
Para ello usaron a la ciudadanía, ya que se invitó a los ciudadanos de Japón a donar sus productos electrónicos en desuso. Y luego, se extrajeron los metales preciosos necesarios para las medallas a partir de sus desechos.
La iniciativa recibió un gran apoyo, y se dispuso un total de 18 000 cajas de recolección por todo el país. De hecho, hasta el 90 % de las autoridades locales japonesas participaron. Y es que en dos años, la iniciativa de reciclaje recolectó 78 985 toneladas de aparatos electrónicos. Hasta un total de seis millones de teléfonos móviles usados formaban parte de este conjunto. Pero no solo smartphones, si que entre los otros dispositivos donados, había PC, cámaras digitales y dispositivos portátiles de juegos.