Adiaratou Iglesias también nació en Bamako, en Mali, hace 25 años, es decir, en 1999. Y desde pequeña tenía la velocidad en su vida, pues su madre la cronometraba en todo lo que hacía, y a ella le encantaba, tanto que cuando vio a unos atletas compitiendo en la televisión tuvo claro que quería hacer lo mismo que ellos, el problema es que ella vivía en Mali y era albina, dos cosas que no casan casi con la vida y mucho menos con ser deportista profesional. Pero ahora, muchos años después, es campeona y bronce paralímpica, aunque con una vida muy diferente a la que imaginaba.
De hecho, lo ha conseguido, pero para poder lograrlo han cambiado muchas cosas respecto a lo que era aquella niña en el país africano. Y es que ahora Adi tiene pasaporte español, se entrena en el CAR de Madrid, estudia Magisterio Infantil, tiene pareja y una discapacidad visual debido a su albinismo que le permite ver un 10% que se incrementa en un 20% gracias a sus gafas. Pero su vida hubiera sido otra cosa si no se hubiese despedido de Mali con 11 años, aunque sus padres tenían una posición privilegiada en su barrio. Pero llegó a España y cambió su existencia.
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Una referencia paralímpica
Iglesias vivió el mejor momento de su carrera en los Juegos Paralímpicos de Tokio, y el pasado julio se proclamó campeona del mundo en los 200 metros y subcampeona en los 100 metros en el Mundial de Atletismo Paralímpico París. Y ahora tendrá su oportunidad de volver a besar las mieles de la gloria en estos Juegos Paralímpicos de 2024, donde tendrá mucha más competencia de la que ha tenido nunca, pero que igualmente se ve con posibilidades de volver a lo más alto y refrendarse como lo que es, una de las deportistas paralímpicas españolas más importantes y con un gran futuro por delante, a sus solo 25 años.
Además, en París va a tener algo que no tuvo en Tokio, pues a diferencia de en la cita nipona, marcada por el Covid, en la capital gala podrá contar con el apoyo de sus familiares, lo que le dará un impulso en pro de conseguir mejorar el oro y el bronce de hace tres años.