La increíble historia de superación de Adi Iglesias

Una de las grandes historias de la delegación española en los Juegos Paralímpicos de París 2024 es la de Adi Iglesias, quien a sus 25 años ha vivido casi de todo en su vida, y esconde una historia de drama y sueños detrás, hasta que se convirtió en campeona paralímpica en Tokio 2020

La atleta paralímpica española Adi Iglesias durante una competición con la selección @AdiIglesias

Adiaratou Iglesias también nació en Bamako, en Mali, hace 25 años, es decir, en 1999. Y desde pequeña tenía la velocidad en su vida, pues su madre la cronometraba en todo lo que hacía, y a ella le encantaba, tanto que cuando vio a unos atletas compitiendo en la televisión tuvo claro que quería hacer lo mismo que ellos, el problema es que ella vivía en Mali y era albina, dos cosas que no casan casi con la vida y mucho menos con ser deportista profesional. Pero ahora, muchos años después, es campeona y bronce paralímpica, aunque con una vida muy diferente a la que imaginaba.

De hecho, lo ha conseguido, pero para poder lograrlo han cambiado muchas cosas respecto a lo que era aquella niña en el país africano. Y es que ahora Adi tiene pasaporte español, se entrena en el CAR de Madrid, estudia Magisterio Infantil, tiene pareja y una discapacidad visual debido a su albinismo que le permite ver un 10% que se incrementa en un 20% gracias a sus gafas. Pero su vida hubiera sido otra cosa si no se hubiese despedido de Mali con 11 años, aunque sus padres tenían una posición privilegiada en su barrio. Pero llegó a España y cambió su existencia.

Salió de Malí para salvar su vida y pasar por un centro de menores

En algunos países de África, Mali entre ellos, hay un sector de la población que cree que los albinos son seres malditos que dan mala suerte. Incluso hay quien sale a cazarlos: si vivos dan mala suerte, muertos, sus miembros, dan buena suerte. Por eso sus padres decidieron que lo mejor que podían hacer era mandarla a España con su hermanastro, en un intentó por alejarla del peligro y de darle una vida mejor. Pero hay se encontró otro problema.
Adi llegó a un hogar desestructurado. Su hermanastro maltrataba a su novia e hizo lo mismo con ella. Tan mal fue que ambas terminaron viviendo en un centro de mujeres y  después compartieron piso, pero solo tenía 12 años y acabó en un centro de menores. Y estuvo sola, muy sola durante un largo tiempo, hasta que un ángel apostó por ella, María Lina Iglesias, quien la adoptó. Y a partir de ahí cambió su vida y todo empezó a coger forma de cara a convertirse en lo que es hoy.

Una referencia paralímpica

Iglesias vivió el mejor momento de su carrera en los Juegos Paralímpicos de Tokio, y el  pasado julio se proclamó campeona del mundo en los 200 metros y subcampeona en los 100 metros en el Mundial de Atletismo Paralímpico París. Y ahora tendrá su oportunidad de volver a besar las mieles de la gloria en estos Juegos Paralímpicos de 2024, donde tendrá mucha más competencia de la que ha tenido nunca, pero que igualmente se ve con posibilidades de volver a lo más alto y refrendarse como lo que es, una de las deportistas paralímpicas españolas más importantes y con un gran futuro por delante, a sus solo 25 años.

Además, en París va a tener algo que no tuvo en Tokio, pues a diferencia de en la cita nipona, marcada por el Covid, en la capital gala podrá contar con el apoyo de sus familiares, lo que le dará un impulso en pro de conseguir mejorar el oro y el bronce de hace tres años.

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