La gran mentira de París 2024: la llama olímpica en el pebetero

¿El pebetero de París 2024 es una prueba de que la tecnología ofrece soluciones creativas a los desafíos medioambientales o es una traición?

Llama olímpica en París 2024 - Deportes
Así fue el encendido de la llama olímpica en los Juegos Olímpicos de París 2024 Redes sociales

París 2024 se había prometido como los Juegos Olímpicos más ecológicos de la historia. Desde la elección de materiales reciclados para la construcción de instalaciones deportivas hasta el uso de energía renovable, los organizadores aseguraron que estos JJOO serían un hito en sostenibilidad. Sin embargo, una revelación reciente ha sacudido esa imagen: la llama olímpica, símbolo central de los Juegos, es una ilusión creada con tecnología LED y agua nebulizada. Y, como era de esperar, se ha desatado una ola de controversia y decepción.

¿Cómo es el pebetero de París 2024?

La llama olímpica, tradicionalmente encendida en Olimpia (Antigua Grecia) con la luz del sol y un espejo parabólico, ha sido reinterpretada por los organizadores de París 2024. En lugar del fuego real, el pebetero de estos Juegos Olímpicos utiliza 40 luces LED y agua nebulizada para crear una ilusión visual que imita el comportamiento de una llama auténtica. Esta decisión, motivada por la intención de reducir las emisiones de carbono y eliminar el uso de combustibles fósiles, ha sido defendida por Tony Estanguet, presidente del comité organizador, quien afirmó que querían “aunar algo espectacular y responsabilidad medioambiental al mismo tiempo”.

El diseñador francés Mathieu Lehanneur, encargado de crear el pebetero de París 2024, lo describe como una obra que combina ligereza, magia y unificación. El diseño también rinde homenaje a los hermanos Montgolfier, pioneros del globo aerostático, al incorporar un globo que se eleva por las noches, iluminando la ‘Ciudad de la Luz’ desde el Jardín de las Tullerías.

¿Qué piensan los amantes de los JJOO de la falsa llama olímpica?

La revelación de la llama “falsa” ha generado una mezcla de reacciones. Algunos aplauden la innovación y el compromiso de los organizadores con la sostenibilidad. La utilización de tecnología LED y agua nebulizada supone un avance en la reducción de la huella de carbono. Es una demostración de que es posible organizar eventos de gran escala sin comprometer el medio ambiente.

Sin embargo, otros critican la decisión por considerarla una traición a la tradición olímpica. La llama olímpica es un símbolo de paz y unidad que ha ardido con fuego real desde su primera aparición en los JJOO modernos de 1928. La idea de una llama que no quema ni da calor ha sido difícil de aceptar para muchos puristas y aficionados al deporte.

Un portavoz de los Juegos Olímpicos intentó mitigar la controversia, afirmando a The Telegraph que “para el movimiento olímpico, lo único que importa es el símbolo de una llama que no se apaga antes del final de los Juegos”. Sin embargo, esta declaración no ha sido suficiente para calmar a los críticos que ven en esta decisión una ruptura con una tradición sagrada.

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