Los Juegos Paralímpicos ya están en marcha en París, y durante los próximos diez días van a ser el centro de las miradas de todo el mundo del deporte. Pero en este tremendo evento es imposible no irse a la parte personal, ya que las historias que aquí se juntan son impresionantes. Y una de ellas es la de la paratriatleta española Eva Moral, que consiguió un gran bronce en Tokio 2020, y ahora, tres años después y habiendo sido madre durante el proceso, sueña con su segunda presea, pero vamos a ir más allá y a profundizar en su historia.
Una caída cambió su vida
La vida de Eva Moral transcurría con normalidad, entre su trabajo como abogada y su gran pasión, el triatlón, donde competí y entrenaba con el Trival triatlón Valdemoro. Y ya pasada la treintena se esforzaba para mejorar mis marcas y ser cada día un poco mejor, en una competición contra sí misma más que en una lucha contra el resto. Pero todo cambió hace once años.
Cuando se disponía a disfrutar de una salida en la sierra madrileña participando en una ruta ciclo turista, y tras subir el puerto de la Morcuera, decidió continuar la marcha y bajar hacia Rascafría, donde abajo esperaban al resto de sus compañeros. Pero comenzó a llover y perdió el control de la bici, con tan mala suerte que choco contra un quitamiedos, salto por encima del mismo y me precipito por un barranco de siete metros. Y ahí sufrió una lesión medular que hizo que nunca más volviera a mover las piernas.
A partir de ahí empezó un largo camino, de seis meses en el Hospital Nacional de parapléjicos de Toledo, en el que comenzó haciendo su rehabilitación y con la ilusión de continuar practicando su deporte, de volver a meterse en una piscina, de sentir el aire en la cara cuando iba en la bici y la satisfacción de finalizar y superar cada competición. Y ese fue el inicio de una vida dedicada al paratriatlón que la ha llevado a lo más alto.
Un sueño cumplido en Tokio, que se puede alargar en París
Hace tres años acudió a los Juegos de Tokyo, donde logró una tremenda medalla de bronce. El que hasta ahora es su mayor hito, y “la medalla más importante” que reina entre su extenso palmarés. Pero no solo está esa presea, si no que por ejemplo ha conseguido hitos del nivel del Campeonato de Europa de 2023, que además fue muy especial para Moral, ya que lo consiguió después de ser madre.
La maternidad llegó a su vida después de Tokyo, y el haber pasado por el embarazo y el postparto le supuso muchísimo esfuerzo. No tanto físico, que también, sino psicológico, sobre todo por lo que le costó volver a verse competitiva. El nacimiento de su hija Carmen llegó sucedido por el campeonato continental, que supuso gran cambio en su carrera. Sobre todo porque fue la competición que le devolvió el creer en sí misma y el creerse que iba a poder clasificar para París, porque no lo tenía muy claro antes de eso.
Compaginar maternidad y deporte, un trabajo durísimo
Para la triatleta la maternidad es un regalo de la vida, pero tiene claro que no deja de ser “durísimo”, en especial a la hora de conciliarlo con su deporte. Aunque es consciente de que no por ser deportista lo tiene más complicado, pues lo ve igual de difícil para todas las mujeres. Pero en su caso lo consiguió, y no solo tocó la gloria continental, si no que también se ganó cumplir el sueño de estar en París, donde va a buscar mejorar lo que consiguió en Tokio.