La selección española femenina de fútbol llegaba a los Juegos Olímpicos de París 2024 como una de las opciones más claras de medalla para la delegación patria. Las campeonas del mundo habían mostrado una tremenda superioridad los últimos 12 meses y en su debut olímpico y soñaban y aspiraban a todo, pero ya en la fase de grupos se vio que no iba a ser tan fácil, y conformen han ido avanzando los duelos esa sensación ha crecido. Ante Colombia se pasó de milagro; Brasil dio quizá la mayor paliza, tanto en el marcador como de juego que han recibido estas mujeres; y en la última bala, el partido por el bronce contra Alemania, los errores en defensa han vuelto a aparecer y eso sumado a su ineficacia ofensiva ha dejado al equipo de Montse Tomé sin medalla, en el que es el enésimo cuarto puesto español de estos JJOO.
Desde el principio se notó la necesidad de las españolas de resarcirse del tremendo palo vivido apenas 48 horas antes, y esa sensación de tener algo que demostrar se vio patente ya en los primeros minutos. El hecho de volver a tener a Alexia Putellas en el campo daba alas a las de Montse Tomé para tener el balón, y era lo que intentaban. Con ambos equipos tanteándose y buscando sobre todo evitar los errores, el centro del campo de Putellas, Bonmatí y compañía tenía la posesión, pero sin peligro.
El larguero, protagonista
Sin embargo, mientras buscaban sin éxito una ocasión de gol en torno a los 20 minutos de partido, un error de la zaga teutona dio una falta en una zona muy peligrosa que desde el primer momento cogió Tere Abelleira, y la gallega, fiel a su gran golpeo de balón, rozó el gol, pero se encontró con el larguero. Pero no hubo apenas tiempo de lamentarse, porque Alemania se lanzó en busca del gol y vivió sus mejores minutos, pero la defensa, comandada por Laia Alexandri y Laia Codina, escupía las acometidas.
Con las centroeuropeas volcadas, se crearon muchos espacios, lo que es sinónimo de peligro teniendo enfrente a Salma Paralluelo, y la zaragozana se quedó varias veces en buena posición para dar un susto, pero le faltó puntería en los metros finales. Pero en una de esas, con superioridad española, el balón quedó en pies de Aitana, que le pegó desde la frontal y se estrelló en el larguero de nuevo. La mejor ocasión del partido llegó al filo del descanso y el 0 a 0 dejó todo por decidir de cara al segundo tiempo.
Un error se paga caro
A la vuelta de vestuarios, la misma tónica, España dominando, acercándose, pero sin generar peligro, más allá de algún disparo lejano, obra de Jenni Hermoso y Salma Paralluelo, pero sin poner en aprietos a Berger, una de las grandes metas de lo que va de competición olímpica. En lugar de venirse abajo, las germanas se espolearon, y en una contra, cuando apenas se cumplía la hora de encuentro, un nuevo error a la espalda de la defensa dejó sola Brand, que se plantaba sola para marca, pero fue arrollada por Cata Coll y la colegiada no dudó, penalti. Una ocasión desde los 11 metros que Giulia Gwinn no desperdició, poniendo muy cuesta arriba la misión a las de Tomé.
Una reacción necesaria
Ya se vió con Colombia en cuartos que este equipo sabe remontar, y a por ello se fueron, pero Salma no pudo abrochar en gol la que tuvo, y a la contra, otro error defensivo, esta vez de Oihane Hernández, dejó sola a Schuller, y esta vez fue necesario un pie salvador de Cata Coll. Y a falta de 20 minutos era el momento de los cambios, o así lo entendió la seleccionadora que dio entrada a Mariona Caldentey y Olga Carmona. E hicieron efecto, puesto que un centro puesto con música por la sevillana llegó a la cabeza de Jenni Hermoso, que estaba sola y remató picado, pero se encontró con un paradón de Bergen.
Y con España acechando y Alemania buscando que se jugara lo menos posible, a falta de diez minutos entraron al campo Lucía Gacía y Patri Guijarro para intentar un imposible. Pero no hubo milagro, aunque casi; las españolas se volcaron con todo: centros, disparos lejanos, jugadas ensayadas, pero el bloque alemán estaba perfectamente cerrado y apenas tuvo que intervenir Bergen, sin embargo, en el último segundo un disparo a la desesperada tocó en la mano de una germana y no hubo duda, era penalti. Y asumió la responsabilidad la más grande, Alexia Putellas, pero desde los 11 metros se encontró con una perfecta palomita de la portera del Gotham City, y así, de la forma más cruel, se acaba el sueño de las campeonas del mundo, que se van de vacío de París.