Cuántas veces hemos escuchado eso de que el éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder la ilusión, que el mejor profesor es el error y que fallar solo forma parte del camino hacia el triunfo. Todas esas fórmulas verbales, propias de un libro de autoayuda o del feed de Instagram de un loco del fitness moderno, son tan viejas como la sobremesa en España. O como lo de que el fútbol sea el deporte rey en todo el planeta.
Hablando de fútbol, éxito y España, pocas veces se ha visto una explosión de furor con tanta onda expansiva como la de la selección española femenina. Hace unos años, el fútbol femenino en España era poco más que un deporte minoritario, algo de nicho, casi un poco alternativo. El ruido que hacía venía más de la mano institucional que del deseo de los aficionados por verlo en el campo.
En apenas un par de años, la situación ha dado un giro de 180 grados tan extremo que a nadie sorprende ya que las gradas de El Plantío en Burgos se llenaran para recibir a la selección española en su choque conta República Checa. Entradas agotadas. Estadios llenos. Las jugadoras convertidas en referentes generacionales. ¿Qué ha pasado? ¿De dónde surge toda esta ‘seleccionmanía’? ¿Cuáles son los motivos?
El triunfo de la selección española en el Mundial 2023
La victoria de España en la Copa del Mundo Femenina 2023 marcó un antes y un después para la selección española femenina y su relación con el público. El seguimiento social y mediático no solo llevó en volandas a las futbolistas para materializar su éxito deportivo sobre el campo. También les permitió mostrar todas las virtudes del deporte, contagiar la ilusión a un país y romper las barreras del género gracias a la magia del fútbol. La sensación de «esto es un principio» la tuvimos todos, tanto aficionados como futbolistas.
La reivindicación social a partir del beso de Rubiales
Otro de los motivos de la extensión mediática de la selección española femenina ha venido de la mano de la reivindicación social resultante del beso no consentido de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso. Todo lo que sucedió a partir de ese momento, desde la rebelión social hasta el apoyo institucional, pasando por la negativa de Rubiales de admitir la gravedad de sus actos y dejar su puesto como presidente de la RFEF, pudieron diluir el éxito de las campeonas del mundo a corto plazo. Pero, mirándolo con perspectiva, ha acabado transformándose en una consolidación social y cultural del fútbol femenino.
La calidad de la selección española
Sin embargo, el furor de la selección española entre los amantes del deporte rey no sería tan grande si solo fuera una cuestión política. O si la victoria de España en el Mundial 2023 hubiera sido por casualidad. No, las futbolistas de ‘La Roja’ tienen una calidad futbolística extraordinaria, y su fútbol es muy vistoso dentro del campo. Lo que motiva a los aficionados de este deporte a seguir la actualidad de España y a disfrutar de los partidos de la selección.
Definitivamente, esta generación de futbolistas tiene algo. Algo que no se puede describir con palabras ni con gestos. La conexión de Alexia Putellas, Athenea del Castillo y Salma Paralluelo, entre muchas otras, con el público es indescriptible. Parecido a lo que sucedía hace más de una década con David Villa, Fernando Torres, Iker Casillas y compañía. Esa cuestión generacional ha sido un factor determinante para esto de la ‘seleccionmanía’.
La consolidación del fútbol femenino
No obstante, a pesar de todo lo mencionado, no hay que olvidar que la consolidación del fútbol femenino en el espacio deportivo nacional también ha ayudado a que se extienda y desate la pasión que genera la selección española por todo el territorio patrio. El deporte está, poco a poco, dejando de ser algo minoritario. Todavía quedan muchos obstáculos que salvar en los próximos años, pero la situación es muy diferente a cómo estaba el panorama en 2015, por ejemplo. Y eso ha posibilitado el nacimiento de la ‘seleccionmanía’.
5) El ambiente de «algo nuevo»
Y, por último, la extensión del furor por la selección española se entiende mejor gracias a ese ambiente de novedad que inevitablemente gira en torno al fútbol femenino. Sí, es fútbol. El fútbol de siempre, el de toda la vida. Pero, al mismo tiempo, no tiene ese aire viciado del fútbol masculino. Quizás los aficionados al fútbol han redescubierto este deporte y han encontrado en esta generación de futbolistas la vía de transgresión de las barreras del género. Los prejuicios se han borrado a golpe de victorias y triunfos. Ahora, solo nos queda disfrutar. ¡Y lo que nos queda todavía!