La muerte de Hugo Sotil, conocido como “El Cholo”, ha dejado un profundo vacío en el mundo del fútbol. A los 75 años, el exjugador peruano falleció en su país natal, dejando tras de sí un legado inolvidable tanto en la selección peruana como en el FC Barcelona, donde brilló junto a Johan Cruyff. Figura clave de una generación dorada para el fútbol peruano, Sotil será recordado no solo por su talento en el campo, sino también por su carisma y humildad. A continuación, repasamos su vida y los momentos más destacados de su carrera.
Hugo Sotil fue una de las piezas clave de la mejor selección peruana de la historia, aquella que deslumbró al mundo a principios de los años 70. Junto a jugadores como Teófilo Cubillas, Sotil contribuyó a que Perú alcanzara la cima del fútbol sudamericano. Este éxito lo catapultó al escenario internacional y llamó la atención de clubes europeos, entre ellos el FC Barcelona, que lo fichó en 1973.
Sotil no solo era un futbolista habilidoso, sino también un símbolo de esperanza y orgullo para Perú, un país que encontró en su selección un motivo de unión y alegría. Su llegada al Barça marcó un antes y un después en su carrera, consolidándolo como uno de los grandes íconos del fútbol sudamericano.
La etapa de Hugo Sotil en el FC Barcelona
La relación entre Hugo Sotil y el FC Barcelona fue breve, pero inolvidable. Durante sus dos temporadas en el club catalán, el peruano dejó una huella imborrable, especialmente en la campaña de 1973-74, cuando el Barça conquistó la Liga después de 14 años de sequía. En ese equipo liderado por Johan Cruyff, Sotil se convirtió en el socio perfecto del holandés, formando una dupla letal que maravilló a los aficionados.
Uno de los momentos más icónicos de Sotil en el Barça fue su gol en la histórica goleada 0-5 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Con un remate de cabeza, a pesar de su estatura de 1,70 metros, Sotil selló una de las victorias más recordadas en la historia del club. Su conexión con Cruyff, Rexach y otros jugadores clave de la época lo convirtió en una pieza fundamental de aquel equipo campeón.
El carácter entrañable de Sotil quedó reflejado en una anécdota que marcó su paso por el Barça. Tras asegurarse el título de Liga con una victoria 2-4 ante el Sporting de Gijón en El Molinón, Sotil llamó a su madre desde una cabina telefónica para anunciarle emocionado: “¡Mamita, campeonamos!”. Este gesto de humildad y cercanía humanizó aún más a la estrella peruana.
Los problemas que marcaron su salida
A pesar de su brillante primera temporada, la etapa de Hugo Sotil en el Barça se vio truncada por problemas ajenos a su talento. En 1974, el club fichó a Johan Neeskens, lo que complicó la situación de Sotil debido a la normativa que permitía solo dos jugadores extranjeros por equipo. La directiva apostó por Cruyff y Neeskens, relegando a Sotil al banquillo mientras se gestionaba su nacionalización, un proceso que nunca se concretó.
La falta de minutos y la inactividad afectaron a Sotil tanto física como emocionalmente, llevándolo a problemas personales que precipitaron su salida del club. En 1977, regresó a Perú, donde encontró un nuevo comienzo en el Alianza Lima, el equipo de su corazón. Allí, Sotil se consagró como bicampeón nacional, reafirmando su lugar como leyenda del fútbol peruano.