Se recordará durante años. Tal vez toda la vida. Lamine Yamal hizo historia ayer en la victoria de España ante Francia (2-1) que selló el pase del combinado nacional a la final de la Eurocopa 2024. Un torneo de ensueño en el que España ha sido la mejor selección —con el permiso de Alemania— de principio a fin. Uno de los culpables de lo vistoso del fútbol patrio es este muchacho de apenas 16 años que, siendo menor de edad, metió ayer a España en otra final europea.
El gol de Lamine Yamal ante Francia fue extraordinario. Uno de esos goles que marcan una época en el fútbol, que la definen, que le dan forma. Ante Rabiot, quien había dejado entrever que Yamal era demasiado joven para una cita como aquella, el joven español de 16 años recogió la pelota a unos 30 metros de la portería de Maignan, reventó el esférico buscando el palo largo del guardameta galo, el balón golpeó en la madera y el destino hizo el resto.
Las palabras sirven de poco ante tamaña obra maestra futbolística. Veamos de nuevo el golazo de Lamine Yamal en semifinales para deleitarnos:
Explicación a la celebración del gol de Lamine Yamal contra Francia
Nada más golpear el balón, se puede ver cómo Lamine Yamal sale corriendo, como si supiera que iba a entrar nada más contactar con el esférico. Ya lo estaba celebrando. Automáticamente, sortea a Jesús Navas y a varios compañeros más. Algunos se llevan las manos a la cabeza, como es el caso de Fabián. No se lo creen. El futbolista español de 16 años va hacia la banda, se desliza por el suelo y grita “¡Vamos!” junto a los compañeros que están en el banquillo. Todos lo abrazan. Son una piña.
Cuando la situación se calma, cuando hay espacio para respirar y las repeticiones desde todos los ángulos de la obra maestra perpetrada por Lamine Yamal cesan, el adolescente español volvió a hacer el gesto que hemos visto en anteriores ocasiones, como fue el caso contra Chipre:
Puede parecer una tontería, algo baladí, casual, sin mucha importancia. Tal vez un mensaje a algún amigo del instituto, una novieta, sus padres. O quizás una promesa. Pero no. Es algo más. Son tres números: tres, cero y cuatro. Juntos forman el código 304. El código del barrio de Rocafonda, en Mataró. Su barrio. El barrio de Lamine Yamal. Su hogar. La propia Yolanda Díaz se hizo eco de ello:
Orgullo de Lamine, que celebra su gol con 304, el código postal de su barrio Rocafonda, en Mataró, y que la ultraderecha ha tildado de “estercolero cultural”. pic.twitter.com/YwIacc6wEd
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) July 9, 2024
Ojalá veamos una vez más este gesto en la final del domingo, a las 21:00 horas, en el Estadio Olímpico de Berlín.