Hoy a las 18h de la tarde se ven las caras dos de los equipos de la Liga F con realidades más diversas. Levante las Planas y FC Barcelona se enfrentan en un partido de liga en el que las azulgranas ponen la directa para cantar el alirón mientras que sus vecinas de Sant Joan Despí luchan por permanecer un año más en la máxima categoría.
Uno de los muchos aspectos que diferencia a ambos equipos es la superficie sobre la que juegan. Aunque parezca mentira, el césped artificial sí que está permitido en la primera división femenina. Algo que para la propia Liga F tiene fecha de caducidad, y es que el límite son tres años para que los dieciséis equipos de la categoría jueguen sobre la misma superficie que se le presume al fútbol profesional masculino.
Hace ya semanas que se hicieron públicas las reivindicaciones de las jugadoras de fútbol femenino. En sus reuniones con la presidenta de la Liga F, fueron muchas las futbolistas que le hicieron saber su deseo de tener una liga más competitiva. También lo han hecho ellas por su cuenta cuando han tenido ocasiones públicas. La mayor competitividad en la Primera División femenina, y el espejo que refleja las ligas inglesas, francesas o americanas, no sólo se centran en sueldos, condiciones, interés o público en las gradas. También en algo que quizá la afición no ha reparado tanto, pero que es fundamental para la práctica del deporte, su superficie.
El césped ha sido motivo de eternos debates, desde su altura, su estado, su riego… es una obviedad que influye en el juego y en los jugadores. Por ello, la federación española de fútbol creó una norma a partir del año 2022 en la que hasta la Primera REF (lo que antes era la Tercera División) tenía la obligatoriedad de jugar con iluminación y césped natural.
Pues bien, si nos vamos a la máxima categoría del futbol femenino, la liga F encontramos que esa norma no existe. Los clubes más modestos, con menores presupuestos no están obligados a hacer frente a instalaciones que exijan este tipo de cosas como si ocurre en el masculino. Esto preocupa por igual a equipos y jugadoras.
Y esto nos lleva de nuevo al partido de esta misma tarde. El Campo Municipal de Les Planes de césped sintético acoge la jornada 24 de la liga. El hecho de que no sea de hierba natural hace que las condiciones de juego cambian sustancialmente.
Hay que considerar aspectos fundamentales como las lesiones, en las que la superficie en la que se juega es crucial. Está demostrado que el césped sintético aumenta la posibilidad de rotura de cruzado en un 45%. Esta lesión de rodilla es una de las plagas que está viviendo el fútbol femenino, y que está siendo el verdadero quebradero de cabeza para los fisios, médicos y preparadores físicos de los equipos.
Otra de las imposiciones de la norma Rubiales, tenía que ver con las gradas y la iluminación. Mientras que para la tercera división en importancia se le pedía 4000 asistentes en gradas y una iluminación acorde a la magnitud del estadio, esto se les olvidó incluirlo en las exigencias para la Primera División del fútbol femenino.
En todo lo relacionado a las instalaciones y mejoras de los clubes de la Liga F, la presidenta Beatriz Álvarez da un margen de tres temporadas para que todos los equipos puedan sumarse a las exigencias que el fútbol profesional necesita como mínimos. Pero mientras eso ocurre, hay equipos que juegan cada dos jornadas en un césped no apto en la tercera masculina pero si en la primera femenina.