Era imposible ver a las jugadoras derrochando sonrisas, ritmo y felicidad y no sumarse a su fiesta. Por eso los más de 5.000 aficionados en las gradas del Johan Cruyff las corearon y aplaudieron hasta que acabaron los festejos, al menos los del campo. Porque ha sido otra noche larga para las heroínas del Barça. Motivos no les faltan porque son el equipo que más alegrías le está dando al club azulgrana. 9 Ligas, con un total de 3.000 goles anotados a su favor. Se han ganado el respeto en las altas esferas del fútbol femenino europeo y acarician la Champions y la Copa de la Reina.
Por eso sorprendió y mucho no ver en el estadio a los presidentes del Barça y de la Federación de Fútbol. Joan Laporta y Pedro Rocha se ausentaron en una fiesta que aunque haya convertido en una costumbre dentro del equipo, merece todos los honores. Como el pasillo de honor en el campo que no faltó por parte de sus rivales del Athletic de Bilbao, minutos antes de recibir una goleada de 7 goles por parte de las campeonas en un partido en el que estuvieron intratables.
Tal y como dijo ante el público que sí quiso acompañarlas la capitana Alexia Putellas: “Tenemos aquí la novena Liga del club, la quinta consecutiva. Se dice rápido, pero ha costado muchísimo”. Este equipo nunca da nada por hecho, creo que esto ha propiciado este ciclo tan ganador que estamos teniendo y os puedo decir que seguirá por muchos años”, subrayó la doble Balón de Oro, recalcando que el equipo lo da todo cada día para conseguir el póker de títulos que tiene como objetivo.
Por eso a pesar de que probablemente les dolió este menosprecio, ellas decidieron que ya tendrían tiempo de lamentaciones y reproches porque anoche lo que tocaba era celebrar.
Saltaron todas las jugadoras, una a una, al terreno de juego con toda la grada enloquecida. Y comenzó el festival. Mapi León con su inseparable bandera. La defensa primero se hizo con una pequeña y acabó ondeando la más grande que encontró en un Johan Cruyff exultante.
La música empezó a sonar y todas a entonar. Cata Coll demostró ser la mejor anfitriona posible. Además de bailar como si no existiera un mañana el “We are de Champions” y “Viva la vida”, la guardameta se agenció un tambor y no pudo parar de tocar. Mientras, se sucedían los trenecitos para un lado y para el otro del estadio y los posados con el trofeo que anduvieron paseando como si fuera ligero como una pluma. 
Sin duda se sienten orgullosas tal y como aseguró Mariona, que junto a Patri han cumplido 300 partidos en el club azulgrana. “Estamos dándole valor a lo que hemos hecho porque no es fácil”.
El míster también está firmando su despedida más dulce. Giráldez calificaba así de contundente la gesta de sus jugadoras: “han estado de 10 toda la temporada”. Nunca aflojan y lo han demostrado hoy, saliendo a ganar desde el minuto uno del partido”. Ciertamente no se jugaban nada ante el Athletic, pero el respeto que todo el mundo siente ante estas jugadoras se gana precisamente así, con actitud y no perdiendo ni una oportunidad para dar un golpe en la mesa.
A la música le siguió una lluvia de fuegos artificiales para coronar unas celebraciones que nadie quería que acabasen. Y nadie en el equipo se cansó de repetir que aún quedan dos finales por las que van a luchar. “Nos faltan dos finales” aseguraron todas las azulgrana que pasaron por los micrófonos. Tanto Giráldez como Putellas animaron a la afición a acompañarlas en Bilbao y Zaragoza. Prometieron hacer historia. A estas alturas nadie duda de que pelearán por ello, y quizás para esa fiesta nadie falte a la cita para celebrar que España cuenta con el mejor equipo de fútbol femenino de nuestros tiempos.