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Emma Carrasco y Jessica Vall, la precocidad y la veteranía de nuestra natación

Las nadadoras españolas, la más joven y la más veteranas afrontan una jornada crucial en los Juegos

El día de fin de año de 2005 llegaba al mundo en Lleida, Emma Carrasco. Ese día, Jessica Vall (1988), catalana también y bracista en estos Juegos, estaba camino de su mayoría de edad, la edad que ahora tiene Emma. París ha unido en unos mismos Juegos a dos nadadoras que bajo realidades muy diferentes, aunque del mismo club, el Sant Andreu, luchan por el mismo sueño.

El de Jessica Vall casi vio como se le escapaba de las manos cuando, por dos centésimas, no pudo clasificarse matemáticamente el pasado mes de junio en el Open de Mallorca. Tal como nos contaba a este medio, aún le quedaba una última oportunidad, en forma de invitación, algo que se materializó a los quince días de sus lágrimas en la piscina mallorquina. La catalana acudirá a sus terceros Juegos. Tras Río y Tokio, los de la capital francesa puede que sea su último torneo olímpico.

Para Emma Carrasco estar estudiando psicología le ha servido para focalizar unos objetivos profesionales que han llegado muy pronto. Campeona de Europa y del Mundo junior en 2022, sabe gestionar sus nervios y convertirlos en concentración. Su apellido rezuma natación por los cuatro costados. Su abuelo fue director de competición dentro de la Federación Española de Natación y su padre, también olímpico, participó en los Juegos de Sídney 2000. Se podría decir que Emma estaba predestinada a escribir su nombre también en la natación española.

Los integrantes del equipo olímpico español de natación (de i a d) Hugo Gonzalez, Jessica Vall, Arbidel González, Emma Carrasco y Sean Kelly ofrecen una rueda de prensa de cara a su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024, este jueves, en la capital francesa. EFE/ Chema Moya

Para Jessica Vall, Tokio supuso un ciclo olímpico extremadamente largo. Los cinco años de espera (uno más por el COVID) y la dureza de la pandemia, le hicieron replantearse las cosas. Una vez acabada su competición en la capital nipona decidió darse un respiro buscando también ser madre. Aquel día de agosto en la zona mixta anunciaba un pequeño descanso, en su cabeza estaba formar una familia. “Quedaban tres años para París, y pensé que si no llegaba estaría a tiempo de preparar otros Juegos”. Y así ocurrió. Con más obstáculos de lo que pensaba, ya que una lesión a última hora no le permitió tener una primavera tan fructífera como esperaba, lo cierto es que afronta estos JJOO como un regalo y una oportunidad de poner estos Juegos al servicio de su dilatada experiencia.

Eso sí, reconocía en la rueda de prensa previa a la competición que aún sentía esos “nervios antes de salir a nadar, eso es que me importa representar a mi país”, confesaba la nadadora de 35 años.

Justo lo que le falta a Carrasco es lo que le sobra a Vall. Por ello, el mejor consejo que le podía dar a la joven nadadora de 18 años Emma Carrasco, que disputa sus primeros Juegos, que “disfrute, que lo luche y que trabaje a diario”. Seguro que ambas lo hacen.

Los 400m estilo será la prueba de Emma Carrasco y los 100m braza la de Jessica Vall, en una jornada crucial para ambas nadadoras catalanas.

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