Las blaugrana se subieron a su flamante avión personalizado rumbo al Stamford Bridge con la mente puesta en la remontada. Tampoco tenían más opciones en la lucha por meterse en la final de la Champions que darle la vuelta al 0-1 de la ida. Pero si alguien podía, eran ellas. Son el equipo femenino más en forma del momento, están marcando una época y en las citas clave no defraudan.
Con un lleno absoluto en las gradas del estadio londinense, se han crecido y de qué manera las del Barça para meterse en su cuarta final consecutiva de la máxima cita europea, la quinta en total, tras un 0-2 en el marcador.
Jonatan Giráldez, aseguraba minutos previos al encuentro: “Sabemos lo que tenemos que hacer hoy. Sabemos que somos un gran equipo con grandes jugadoras y tenemos que dar lo mejor de nosotras para pasar y confío en mis jugadoras”
Lo sabían sin duda. Las blue tardaron 25 minutos en que la recién premiada en los Laureus, Aintana Bonmatí metiera el primer tanto. Tras un buen pase de Patri Guijarro, la Balón de Oro se sacó un latigazo que tocó en Buchanan y se coló en la meta local. Es su décimo gol en lo que va de temporada, cinco de ellos han sido en Champions. Bonmatí lo celebraba besándose el escudo del equipo. Un conjunto que empezaba su asedio total en Londres. Estaban cada vez más cómodas sobre el terreno de juego y generando más ocasiones de peligro. Las del Chelsea vieron su moral golpeada y casi agonizan cuando minutos después Salma rozó el segundo tras un jugadón entre Graham y Aitana. Pero las inglesas no son de tirar la toalla.
Lideradas por la brasileña Catarina Macario, comenzaron a llegar con peligro a la portería de Cata Coll, que tuvo que emplearse a fondo para frenar los ataques de las de Hayes.
Pero en el segundo tiempo fue clave la expulsión de Buchanan por doble cartulina amarilla a falta de media hora para el final por un pisotón sobre Patri Guijarro.
En el 54 Buchanan salió a tapar a Salma y le pisó por detrás. Amarilla para la canadiense. Y en el minuto 59, Buchanan salió al corte y pisó a Aitana. La colegiala lo vio y con su tarjeta roja sentenció el encuentro.
El partido se ponía de cara para un Barça que buscaba los espacios abiertos de la superioridad numérica a pesar de que la jugadoras blues no perdían tampoco de vista la portería de Coll. No se precipitaron. Y les llegó la oportunidad. Aitana entró en el área entre Carter y Lawrence y fue derribada. Se pitó el penalti. Y fue de nuevo la Balón de Oro la que facilitó a la sueca Fridolina Rolfö el gol a falta de 15 minutos para el final.
Con eso les bastó a las culés para consumar la remontada de su equipo (0-2) y meterse en la final de San Mamés en próximo 25 de mayo. Sus rivales serán o el PSG o el Olympique de Lyon. Será su quinta vez en una final de Champions, cuatro consecutivas. Cifras que se consuman tras esta remontada en la que todos creían porque ellas creían. Ahora les queda seguir aumentando el palmarés con el que están haciendo historia en del deportel femenino a base de épica y fútbol. Porque ellas sí pueden levantar el tercer trofeo de Champions.