Desde el barrio de Orcasitas, en la Caja Mágica, el Mutua Madrid Open se vio afectado también por la falta de electricidad. Grigor Dimitrov en la pista central Manolo Santana tuvo que detener su partido frente a Fearnley, mientras por la megafonía del torneo explicaban como la luz se había ido en gran parte de España y Portugal.
Se pedía calma, paciencia y tranquilidad a los veinte mil espectadores que habían acudido a disfrutar del tenis.
Ascensores, marcadores, pantallas y el ojo de halcón detenidos, porque sin electricidad no se podía seguir adelante.
Los espectadores optaban por ir al aire libre a las pistas exteriores donde los jugadores seguían con sus entrenos programados. Aryna Sabalenka, la número uno del mundo, decidía entrenar desde la central para poder distraer a los aficionados que habían llegado hasta la Caja Mágica. La bielorrusa no dudó en que los que habían pagado su localidad, disfrutasen de verla en acción.
Stands y tiendas cerradas
En la planta menos dos, los stands de patrocinadores y tiendas decidían cerrar momentáneamente. Sin poder pasar para cotejar sus entradas con el sistema electrónico, los tornos cerrados para los que querían acceder.
Los pasillos congregaban a los más temerosos, a los confiados, a todos aquellos que tenían algo que responder a la pregunta de ¿qué ha pasado?
“Es la profecía de San Malaquías” nos explicaba nuestro compañero de DAZN y de la radio del torneo Fran Guillén, “que anunció el fin del mundo una vez falleciese el Papa 111”, comentaba entre risas y el alboroto generalizado.
En un tono más estricto, los partidos del día tendrán que verse re programados en un Mutua Madrid Open, que ya estaba siendo curioso por la falta de españoles en pista, pero que sin duda, ha superado todas las expectativas en cuanto a novedades.
Esta edición ya será recordada como la del apagón.