Desde que se dieran a conocer los casos de positivo en dopaje de dos de las mejores raquetas del mundo, Iga Swiatek y Jannik Sinner, el temor en los tenistas ha ido en aumento.
Ambos incidentes han sido más que sonados y ambos, pese a demostrar su inocencia, fueron sancionados. En el caso del número uno del mundo se dieron las pruebas suficientes para que se evidenciara que el clostebol, un anabolizante prohibido en el circuito, entró en su cuerpo como resultado de la contaminación de un aerosol comprado en Italia. Iga también vivió algo parecido. En su cuerpo encontraron una sustancia casi irrisoria de trimetazidina, un fármaco que en dosis normales eleva el flujo sanguíneo. Cuando la investigación finalizó llegaron a la conclusión de que la cantidad era tan ínfima que se trataba de una “Ausencia de culpa o negligencia significativa”, o lo que es lo mismo era una contaminación por trazas al haber ingerido un simple agente de melatonina.
La número dos del mundo volvió a mostrar su preocupación por lo sucedido. “Pensamos en esto todo el tiempo, nos da hasta un poco de ansiedad diría. Yo lo viví de la peor forma posible, en primera persona, aunque pude salir de esa situación. El sistema no es nada sencillo, yo no tuve el control de lo que me ocurrió y sé que esto preocupa a los tenistas. Tenemos mucha presión y no es algo fácil de manejar, pero es lo que hay” .
Los tenistas, más cautos que nunca
Que dos números uno del mundo estén sancionados por dopaje no es algo corriente y menos que lo estén aun habiendo demostrado su inocencia. Es por ello que los tenistas se sienten más vulnerables que nunca y extreman sus precauciones.
“Después de los últimos casos, honestamente me he vuelto mucho más cuidadosa. Por ejemplo, si bebo agua de una botella y me voy un par de minutos no vuelvo a beber de ella, me abro una nueva. Cada vez estoy más concienciada”, reconocía la número 1 del mundo.
“Tengo que ser muy cuidadosa con lo que como, es algo bastante difícil de controlar. Todos estamos muy pendientes de esto, de tocar superficies limpias, que no haya nada raro en tu comida o en tu bebida. La verdad que es algo que me asusta. Además, conforme pasan los años en el circuito le das más importancia aún y te vuelves más protectora. Estás pendiente de que nadie toque tu botella o tu comida. Es algo que asusta, pero es lo que hay”, sentenciaba Aryna Sabalenka, al ser preguntada por un tema que concierne al circuito.
Su rival y compañera Jasmine Paolini, ponía el mismo ejemplo que la bielorrusa. “Tomamos muchos suplementos y medicamentos cuando estamos enfermos y tenemos que revisarlo todo con nuestros doctores. Asusta, ya que solemos pasar mucho tiempo fuera de casa y no sabemos lo que comemos, ya que a veces comemos en un buffet y nunca puedes saberlo del todo. Es un tema complicado, pero yo trato de hacerlo lo mejor posible, que es controlar todo lo que está en mi mano, aunque no es fácil. Incluso si tengo una botella abierta y no sé si es mía o no, prefiero no beber ya que es mejor estar segura”.
Estar disponibles 365 días al año en una franja horaria
Los tenistas pueden ser sometidos a un control antidoping en cualquier día del año. Cada uno tiene una hora al día en la que siempre tienen que estar disponibles, pase lo que pase, y totalmente localizables. Sobre este tema hablaba el actual campeón del Mutua Madrid Open, Andrey Rublev.
“Es un tema que me asusta. Tenemos que escribir en un programa dónde estaremos a cada hora del día”, explicó. “Si lo olvidas o no estás ahí es una de tres faltas. No es justo. Esto te hace vivir en un estado de estrés constante. Por ejemplo, ayer olvidé ajustar mi calendario porque vine a Madrid. Por suerte no fue a más”.
Rublev tuvo la suerte de que nadie acudió a hacerle un test justo el día en que se olvidó de actualizar su localización, pero viendo el calendario de los tenistas es más que normal que esto les ocurra varias veces al año. De haberle ocurrido tendría una falta y de llegar a tres es una sanción inmediata.
“A lo largo de los años me he vuelto receloso de tomar medicinas. Si me siento enfermo, evito tomar nada”. Las dudas llegan incluso a las comidas, hay sustancias prohibidas hasta en la carne. Te puede volver loco”, sentenciaba el ruso sin exagerar, puesto que los tenistas son advertidos de que, en ciertas regiones de Asia y América, utilizan ciertos esteroides para promover el crecimiento del ganado.
Zverev tuvo que volver del aeropuerto para no ser sancionado
“Es un proceso molesto porque tenemos que estar en un lugar determinado todos los días, dar detalles de dónde vamos a estar durante aproximadamente una hora al día. Pero al mismo tiempo, si no llegan a la hora que les dimos igual te tienes que volver”, comenzaba a narrar el alemán.
“A mí me pasó a finales del año pasado, más o menos en diciembre, cuando estaba recogiendo a mi hija en el aeropuerto de Niza. Mi franja horaria para que vengan a hacerme el antidoping es de siete a ocho y ellos llegaron a las nueve. Me llamaron y me dijeron que tenía que volver y les dije que no podía porque tenía que recoger a una niña de tres años. Y me respondieron que tenía que volver pasara lo que pasara. Eso es lo más molesto, porque es como si me estuvieran quitando un poco la libertad de vivir. Bueno, si quieres venir a mi hora, está bien, porque esa es la regla. Pero después de eso, tienes que darnos la libertad de vivir“, sentenció el número dos del mundo.