Seguro que más de uno que esté leyendo este artículo ha montado una gymkhana en su casa para entretener a sus retoños en los meses de verano que tan largos se hacen para los padres.
La energía de los niños no tiene techo pero nuestra paciencia sí. Por eso contarles que es posible encontrar una gymkhana en plena naturaleza, libre de derribo de muebles, jarrones y retratos familiares. Y además hacerlo con el encanto que supone para los más pequeños el buscar un tesoro en un mapa.
Este hallazgo se llama deporte de orientación, en donde España acaba de conseguir sus primeros logros en el mundial de Edimburgo. Una modalidad de resistencia que se suele practicar en un entorno natural, aunque también se puede practicar en pueblos o en ciudades tan pintorescas como las calles de Venecia e incluso en centros comerciales.
Consiste en recorrer una serie de puntos señalizados en un mapa en un lugar desconocido para los deportistas, tardando el menor tiempo posible. No se trata de correr como pollo sin cabeza, sino que tenemos que atravesar el terreno sabiendo leer los distintos elementos del mapa como curvas de nivel, caminos y edificaciones. Por lo que tenemos que adaptarnos a las condiciones del terreno, la meteorología y otros factores no controlables. En resumen, tenemos que ir preparados para la aventura bien sea en forma de lluvia, de senderos difíciles de atravesar, de animales por el camino o de un sin fin de sorpresas que la naturaleza nos pueda deparar.
Los puntos cartográficos se encuentran en forma de baliza de color naranja y blanco sobre el terreno. Y las únicas ayudas disponibles son una brújula y una tarjeta electrónica para registrar su paso por los puntos de control.
Permite participar a toda la familia gracias a distintos recorridos que se adaptan al nivel según la experiencia y la edad de los los orientadores. Los niños pueden comenzar a practicarla a partir de los 4-5 años acompañados de sus padres o familiares para progresivamente ir dándoles un papel más protagonista a la hora de tomar las decisiones en carrera.
En una prueba podemos encontrarnos desde niños pequeños corriendo solos por el monte a participantes veteranos que se desplazan más despacio pero leen el mapa mejor que los jóvenes.
Múltiples beneficios físicos y cognitivos
El deporte de la orientación es un divertido juego para niños y papás, y una potente herramienta educativa. La orientación además de fomentar el desarrollo psicomotriz de los niños, ejercita la percepción espacial y la capacidad para enfrentarse y resolver problemas, fomentando la independencia, superación, paciencia o autoestima de los pequeños. Porque tienen que saber leer la cartografía, decidir una ruta, memorizar, identificar los elementos del mapa en el terreno y tomar decisiones. De hecho en los países escandinavos, donde se inventó este deporte, la orientación forma parte de su modelo educativo. La orientación deportiva surgió en Suecia a mediados del siglo XIX justo con la aparición de los mapas topográficos, y nació como una forma de entrenamiento militar para mejorar la autonomía.
Un deporte en pleno auge
En España aunque es minoritaria cada vez suma más adeptos. Según la Federación Española de Orientación (FEDO), 8 millones de personas lo practican en todo el mundo (25.000 españoles cada año).
La profesionalización de la orientación
Aunque pueda parecer más un juego, la orientación es un deporte profesional, con su propia federación en España y un mundial que acaba de celebrarse en Edimburgo, Escocia. Por primera vez la selección española ha logrado un diploma con dos de sus representantes, Álvaro Casado con la sexta plaza y Nerea González con la décima.
El Campeonato del Mundo de orientación agrupará las pruebas de sprint, relevo sprint y knock-out sprint. Tras la edición de 2019, el Campeonato del Mundo alterna las pruebas de bosque en los años impares y las pruebas urbanas de sprint en los años pares. De ahí que en esta edición únicamente se compita en pruebas sprint urbanas.
La prueba sprint es la más rápida del deporte de orientación, con una prueba urbana donde el ganador realiza un tiempo de entre 12 y 14 minutos. La prueba de relevo sprint es mixta, con dos hombres y dos mujeres que salen en orden, siendo la suma de los tiempos de todos los integrantes el resultado final. Por último, el knock-out sprint es una prueba introducida recientemente, donde los deportistas disputan distintas rondas, desde clasificatoria a final, con recorridos que no superan los 8 minutos.
La selección española de orientación se ha caracterizado por su dominio de las disciplinas de sprint, donde siempre ha obtenido grandes resultados. Escocia es, además, un terreno propicio para la orientación española. En el Campeonato del Mundo de 2015, Andreu Blanes logró en Inverness la mejor posición para España en esta competición, una séptima plaza en el sprint, a escasos segundos del diploma.