El ajedrez es un deporte tranquilo, conocido por la intensidad de sus partidas, que se pueden alargar durante horas (según la modalidad) y mantener una tensión extrema gracias a que cada movimiento cuenta. Pero pese a esa idiosincracia, es ciertamente tranquilo, pues los jugadores son reflexivos y sabedores de que un paso en falso puede arruinarles la estrategia y darles una oportunidad de oro a sus rivales, se piensan muy bien cada movimiento. Pero más allá del juego en sí mismo, no es un deporte que se suela prestar a polémicas, sin embargo, esta vez sí, ya que se ha enfrentado de frente con un escándalo que ha sacudido de lleno el ajedrez mundial, el caso de acoso sexual del maestro -así se denomina a los jugadores- letón Andrejs Strebkovs.
Y es que serían hasta quince las mujeres a las que el báltico habría acosado, entre ellas a una española, la ajedrecista hispano-sueca Anna Cramling Bellón que se encuentra entre las quince víctimas, las cuales han denunciado recibir acoso sexual por medio de contenido pornográfico por parte del jugador báltico.
Y es que según una investigación del diario alemán ‘Welt’, este hombre había enviado a las quince denunciantes, mujeres y niñas, algunas de hasta 14 años, mensajes con contenido pornográfico o incluso había usado preservativos en sus mensajes, dando una sensación de miedo y de estar perseguidas a las mujeres, que durante años sintieron la presencia de este cercana de este depredador, que podía ser capaz de todo.
Una suspensión merecida, que incluso se queda corta
El diario, que recoge un informe de la Federación Mundial de Ajedrez, explica que acaba de ser suspendido durante cinco años después de que fuera declarado culpable de acosar sexualmente. Y es que según explica el organismo, Strebkovs acosó repetidamente a las jugadoras con cartas y mensajes obscenos durante un período de más de diez años y añade que “también hay rumores de que obtuvo su título de Maestro Internacional por medios injustos”. “La Fide no tolera ninguna forma de acoso o abuso dentro de la comunidad del ajedrez, especialmente cuando hay menores involucrados”, explicó el presidente de la federación, Arkady Dvorkovich, al anunciar la prohibición.
Anna Cramling afirmó en declaraciones al pódcast especializado ‘Sjakksnakk’ que “lo peor fue que se hacía pasar por otra persona cuando enviaba las cartas”. Esto hacía que fueras más difícil reconocerlo y luego que también se complicara el hecho de cazarlo para las autoridades. Abrí la carta y pensé que venía de un amigo. Es asqueroso, una locura. Es enfermizo. Me quedé completamente horrorizada y pensé: ¿Por qué recibo algo como esto?“, detalló la ajedrecista.
Y es que no tiene ningún tipo de sentido, más allá de la locura, que alguien que no tiene relación con las víctimas, más allá del deporte, sea capaz de enviar este tipo de contenido, más allá de las intenciones escondidas que pueda tener. Por eso mismo, para Cramling Bellón la suspensión se queda corta: “Debería haber recibido al menos entre 30 y 40 años. Cinco años es demasiado poco. No entiendo lo que estaba pasando. Este hombre tenía las direcciones de todas estas personas y les envió a estas jóvenes algo tan asqueroso. Es terrible”. Aunque ahora, una vez cazado y puesto en conocimiento del mundo lo que hizo, se puede atacar contra la raíz del problema.