El 23 de septiembre de 2022 saltó a los medios una polémica carta enviada por mail a la RFEF por quince jugadoras en la que renunciaban al sueño de jugar con la Selección Española si no había ciertos cambios. El plante suponía un antes y un después en el fútbol español. Jamás un bloque de futbolistas, hombres o mujeres, había rehusado a jugar con La Roja en toda la historia de la Selección.
En dicha carta se hablaban de “hechos acontecidos en la Selección que afectan a mi estado emocional” de los que la Federación dicen era conocedora. Hasta que las condiciones en las que estaba la absoluta no cambiasen, ellas no volverían a vestir la camiseta de la Roja. La polémica frase que trascendió tras el plante fue “lo echamos por nuestros ovarios”, en referencia a la destitución de Vilda que trataron de promover con esa carta.
Los antecedentes
22 días antes de los quince emails simultáneos, una rueda de prensa evidenciaba un cisma en el vestuario evidente. Por un lado Vilda y su cuerpo técnico (en el que se encontraba la actual seleccionadora, Montse Tomé y por otro las jugadoras. Comparecieron las capitanas Jennifer Hermoso, Irene Paredes y Patri Guijarro. Paredes tuvo que explicar públicamente a quienes le exigían respuestas por pedir la cabeza de Jorge Vilda.
“No pedimos su destitución, sólo trasmitimos el sentir de las jugadoras” mantenía Paredes en representación del grupo. Jenni Hermoso apostillaba, “estamos aquí defendiendo a nuestra Selección y nosotras trasladamos un mensaje de malestar“.
Pero Vilda, se enrocaba. Ninguna de sus jugadoras le había transmitido nada de eso, “lo que estáis afirmando es algo que han negado y a mi también me lo han negado” se explicaba el ex seleccionador español y actual de la femenina de Marruecos.
La respuesta de la Federación
El día 23 de septiembre ese malestar se plasmó en negro sobre blanco para el gran público, también para la Federación que emitió una respuesta para las jugadoras a través de un comunicado.
En él incidía en que no se iba a “admitir ningún tipo de presión por parte de ninguna jugadora a la hora de adoptar medidas de ámbito deportivo” y que “este tipo de maniobras se encuentran alejadas de la ejemplaridad y fuera de los valores del fútbol y del deporte y son nocivas”. “De acuerdo con la legislación española vigente, no acudir a una llamada de la selección es calificado como una infracción muy grave y puede acarrear sanciones de entre dos y cinco años de inhabilitación”, recordaba el organismo.
El comunicado de la Federación les avisaba, las jugadoras sólo volverían a la Selección si alzaban la voz para pedir perdón.
Tras el revuelo inicial, el tema cayó en el olvido y Vilda pudo confeccionar una lista para el siguiente partido contra Suecia (que se empató a 1), a los quince días de la renuncia, el día de la lista negaba cualquier aspecto antideportivo que hubiese ocurrido en las concentraciones y declaraba rotundo “se ha lanzado la piedra y se ha escondido la mano. Hay que ser valientes”, mientras les recomendaban “que asuman el error y que pidan perdón”. Tras el encuentro el seleccionador alabó a las que sí vistieron la camiseta: “No es una cuestión de posturas, es una cuestión de la selección y de la camiseta, de defender a tu país” alegó en rueda de prensa.
Exactamente un año después, los mismos medios recuperaban la carta para dar voz a esas críticas. Cuando el Mundial y el beso no consentido vislumbraron situaciones que no deberían ocurrir dentro de una Federación, la misma institución que les pedía que pidiesen perdón, empezaba a destituir cargos relacionados con la presidencia, incluyendo el del seleccionador, Jorge Vilda.
Las firmantes
Aquella carta en forma de correo electrónico fue firmada por Ainhoa Vicente, Patri Guijarro, Sandra Paños, Amaiur Sarriegi, Leila Ouahabi, Lucía García, Mapi León, Ona Batlle, Laia Aleixandri, Claudia Pina, Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey, Lola Gallardo, Nerea Eizagirre y Andrea Pereira.
De ellas volvieron Aitana Bonmatí, Amaiur Sarriegi, Laia Aleixandri, Ona Battle, Lucía García y Mariona Caldentey quienes disputaron el Mundial y lo trajeron de vuelta a España haciendo historia.
Dos jugadoras más se incorporarían más adelante. Leila Ouahabi volvió a ser llamada a finales de mayo. La jugadora del Manchester City fue la penúltima en recoger el guante de Montse Tomé y la última en hacerlo fue Patri Guijarro. Fue sin duda la sorpresa del verano y tras haber renunciado al Mundial volvió para acudir a París a disputar otro acontecimiento inédito para el fútbol femenino: los Juegos Olímpicos. La mallorquina volvía después de no haber ido ni a los partidos de clasificación de la Euro ni a la Nations League.
Este era el texto íntegro que las jugadoras enviaron a la RFEF:
“Por la presente les informo que debido a los últimos acontecimientos acaecidos en la selección española y la situación generada, hechos de los cuales son ustedes conocedores, están afectando de forma importante a mi estado emocional y por lo tanto a mi salud.
Debido a todo ello, actualmente no me veo en condiciones de ser jugadora seleccionable para nuestro equipo nacional y por este motivo solicito no ser convocada hasta que esta situación no sea revertida.
Mi compromiso con el equipo en el pasado, presente y futuro fue, es y será absoluto. Y soy la primera que deseo conseguir el máximo números de éxitos deportivos para nuestra selección.
Quedo a su entera disposición para lo que consideren oportuno siempre con el objetivo de buscar lo mejor para nuestra selección nacional”.
El papel de Alexia
En aquellos momentos Alexia Putellas no se vio obligada a firmar ni enviar un email. Ella cumplía con una lesión de larga duración, que la mantuvo hasta nueve meses alejada de los terrenos de juego. Eso hizo que Alexia no renunciase expresamente en un primer momento, pero lo hizo tras la contestación de la Federación. En la siguiente carta abierta, ya se encontraba entre las firmantes. También Jenni Hermoso, jugadora del Pachuca en aquellos momentos, apoyaba al resto de compañeras. Por lo que las 15, pasaron a ser 15+3 incluyendo también a Paredes.
Estos son algunos párrafos de la respuesta, aún más crítica de las futbolistas.
“Queremos una apuesta decidida por un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos para sacar el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras con las que consideramos que se pueden conseguir más y mejores objetivos. Deseamos lo mejor para la RFEF, para la Selección Femenina y para nosotras en particular, sin entrar en guerras públicas.
Nunca hemos pedido el cese del seleccionador como se ha comentado. Entendemos que nuestro trabajo no es en ningún caso elegir dicho cargo, pero sí expresar de forma constructiva y honesta lo que consideramos puede mejorar el rendimiento del grupo.
¿Alguien puede pensar que, a ocho meses de un Mundial, un grupo de JUGADORAS DE MÁXIMO NIVEL, que es lo que nos consideramos, se plantean esta decisión, como se ha dado a entender públicamente, como un capricho o un chantaje?”.
Una vez ocurridos todos los episodios tras el mundial, Alexia fue una de las jugadoras más contundentes tras el beso no consentido y la que comenzó ese movimiento `Se acabó´a través de su tuit el 25 de agosto de 2023.