Del Roland Garros de Garbiñe a las canteras vacías de mujeres

El 4 de junio de 2016 Garbiñe Muguruza conquistó Roland Garros convirtiéndose en la segunda mujer española en conseguirlo, tras ella el tenis femenino español se ha quedado huérfano de grandes triunfos

Garbiñe Muguruza celebra un triunfo durante las WTA Finals de 2024 EFE

Se cumplen 8 años de aquel momento mágico e histórico en el que Garbiñe Muguruza nos hizo emocionarnos cuando ganó en la final a la mismísima Serena Williams, dominadora absoluta del circuito femenino en aquellos años y número 1 del mundo. Muguruza con sólo veintidós años, descuadraba todos los pronósticos y apuestas que daban por vencedora a la estadounidense. Con su 7-5 y 6-4 aquel 4 de junio de 2016 conquistaba por primera vez en su carrera Roland Garros.

Con ese triunfo, Garbiñe Muguruza se unía al selecto club  de ser la segunda mujer en ganar en la tierra batida de la Phillipe Chatier junto a Arancha Sánchez Vicario que había ganado el mismo Grand Slam dieciocho años antes, en 1989. Muguruza dejaba sin su título 22 a Serena para igualar a Steffi Graf, y su primera reacción desde la pista central cuando le pasaron el micro fue acordarse de que ese torneo empezaba a tener un sabor español “este es nuestro torneo, de España, Rafa Nadal es el campeón y una victoria aquí es lo máximo. Para mí y para España esto es increíble, no tengo palabras para describir lo que siento” declaró emocionada la tenista. Las reacciones de la prensa de todo el país no se hicieron esperar. “Garbiñe mon amour”, era la portada del Marca, “Reina Garbiñe” la del diario As, “Muguruza conquista París” titulaba La Vanguardia y así una sucesión de portadas, titulares y vídeos en los informativos donde se podía ver a la radiante protagonista orgullosa luciendo trofeo sobre la arcilla francesa.

Garbiñe Muguruza posa con el trofeo de Roland Garros en 2016

El tenis español volvía también el del tenis femenino español a lo más alto, y se iniciaría una etapa aún más fructífera con la participación de Garbiñe en los Juegos Olímpicos, su triunfo al año siguiente en Wimbledon frente a la mayor de las Williams y la conquista de un número 1 del mundo que de nuevo le colocaba como la segunda mujer en conseguirlo después de Sánchez Vicario. Todo invitaba a soñar con una nueva era dorada de nuestro tenis, pero la gloria no duró demasiado y el huracán Muguruza se desvaneció poco a poco. Este año, en el marco de los Premios Laureus, Garbiñe dijo adiós definitivamente al tenis profesional.

El presente del tenis femenino español

Los dos últimos grandes de Muguruza fueron también los del tenis femenino español. Tan sólo tres mujeres en la historia, Arancha Sánchez Vicario, Conchita Martínez y la propia Muguruza han sido las únicas en poner sus letras de oro en la historia del deporte español. Sara Sorribes o Paula Badosa han dado en momentos puntuales victorias significativas a nuestro tenis, pero lo cierto es que no han terminado de despuntar para llegar y mantenerse en lo más alto.

“En los últimos veinte años se han llevado a todas las niñas, por cientos”

Sobre este momento, la exjugadora, ex entrenadora y comentarista Ana Salas, reflexiona sobre este momento por el que pasa este deporte indicándonos mirar en la base. “Hay algunas como Bucsa, Párrizas, pero nos falta una top ten o una top 5. Yo creo que todo el problema se encuentra en la parte formativa del tenis, llevamos muchos años lanzando niñas a Estados Unidos a estudiar, esto es un problema, hemos dejado las canteras vacías“. Salas, continúa explicando la razón por la que el país norteamericano mira al nuestro para fichar joven talento. “En EEUU hay una ley de igualdad en la que las universidades tienen que dar las mismas becas, los mismos recursos a hombres que a mujeres, entonces lo que hacen es un barrido por el tenis español. Aquí tenemos los mejores entrenadores, los mejores centros. España es marca de excelencia en el tenis y se han llevado durante los últimos 20 años a todas las niñas, por cientos” “Incluso hay federaciones que contribuyen a esta marcha”. “Haces allí tenis pero ya no eres profesional”. Nosotros teníamos una niña buenísima, le hicieron una oferta buenísima, les dan dinero, les dan todo, pierdes el tren de seguir siendo profesional porque esos 3 o 4 años que son fundamentales.

Una vez que las jóvenes completan sus estudios su momento deportivo es difícil de retomar. “Cuando vuelven ya no son tenistas. Allí hay miles de universidades que necesitan dar estas becas pero las que te permitan seguir con el tenis son poquísimas, es un poco el engaño, cuando vuelves te dedicas a buscar un trabajo” pero tu momento deportivo ya no sigue. Explica Salas quien ha creado una fundación Be Pro para intentar retener el talento español. Todo ese esfuerzo esperan que tenga recompensa en el medio plazo “Cogeremos los frutos de este trabajo dentro de 10 años, es que apenas hay jugadoras profesionales en los torneos”, concluye Ana Salas.

 

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