Todo empezó con una broma en las redes sociales, #JeChieDansLaSeineLe23Juin. En francés sin tapujos: el hashtag instaba a los ciudadanos a defecar en el emblemático río Sena el 23 de junio, fecha en la que la alcaldesa de París Anne Hidalgo había prometido bañarse, dando ejemplo de que los nadadores olímpicos podrán hacer lo mismo. El acto provocador de las redes era una protesta en contra los exorbitantes 1.400 millones de euros empleados por la alcaldía y el Gobierno francés para hacer del río el escaparate más célebre de las competiciones de los Juegos Olímpicos: sus aguas acogerán la ceremonia de apertura y pruebas de natación olímpica y paralímpica.
Fuera de las fronteras francesas, el tono de parodia de la campaña no se percibió y se tomó bastante en serio. Varios medios, muchos de ellos españoles, difundieron esta “fake news” como si fuese una convocatoria en firme. En la fotografía que circula en las redes, un montaje ponía decenas de waters a las orillas del Sena -algo que, en la capital de los Juegos Olímpicos, no hubiese durado ni una hora sin llamar la atención de las autoridades- y otra se basa en un montaje de miles de personas blandiendo papeles higiénicos junto al río.
“Confirmamos que se trata de una noticia falsa. Parte de una serie de cuentas que hacen parodia de la actualidad”, declararon a Artículo14 portavoces de la consejería de deportes parisina. El impulsor de la escatológica iniciativa es un joven ingeniero de la región de París que quiere mantenerse en el anonimato. Su meta era criticar “la deriva del gobierno y del ayuntamiento” por sus gastos en limpiar el río, que “podrían haberse usado para la escuela pública o los hospitales”, según reporta BFMTV, que habló con el joven.
La socialista Hidalgo, que es de origen gaditano, despierta casi tantos amores como odios en la capital. Sus detractores no pierden una oportunidad para protestar contra lo que consideran una dispendiosa gestión y las innumerables obras en curso en la ciudad -ya sea para revisar la red de distribución de gas o para aumentar las ciclovías y las áreas verdes, como parte de plan de adaptación de París al cambio climático-.
Cambio de planes
La regidora, sin embargo, ya no se echará al río el 23 de junio. La disolución de la Asamblea en Francia y la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas (primer turno el 30 de junio y segundo el 7 de julio) le obligaron, según ella, a posponer su promesa. Lo hará “durante la semana del 15 de julio”, explicó esta semana. “Se trata de un compromiso firme de parte”, insistió Hidalgo, quien, con su gesto, pretende despejar las dudas sobre la calidad del agua del río. A inicios de año, el propio presidente francés, Emmanuel Macron, había prometido entrar en el Sena, sin precisar una fecha.
Pretexto o motivo justificado, el retraso en los planes contará en favor de la alcaldía. Conocido como “el río del amor”, el Sena ha sacado mala nota en materia de higiene. Según los testes del agua publicados a mediados de junio, en apenas uno de los nueve días evaluados la calidad del agua ha sido satisfactoria en lo que se refiere a la presencia de materia fecal. La concentración de las bacterias Enterococos y Escherichia coli (o E. Coli) sí ha disminuido tras el nuevo sistema de recolecta empleado por las autoridades, pero los niveles de la E. Coli sobrepasaron lo recomendado por la directiva europea y las federaciones deportivas. Cuanto a los enterococos, sus niveles tendrían que mantenerse iguales pese a los caprichos del tiempo y lluvias imprevistas durante las competiciones. Aunque ambas bacterias no sean en sí mismas dañinas, una alta concentración en el agua puede provocar gastroenteritis, conjuntivitis y riesgo de infección estafilocócica.
Las aguas del Sena se consideran impropias para el baño desde hace prácticamente un siglo (1923), cuando se publicó la primera ordenanza que prohibía a los ciudadanos darse un chapuzón en su río. Una serie de obras se dieron a conocer con la meta de que todos los parisinos y turistas puedan bañarse en 2025. La más faraónica se trata de un recolector de aguas situado cerca de la Estación de Austerlitz. Su principal función es que las aguas negras del alcantarillado no desborden hacia el Sena cuando llueve mucho, como sucedió en 2023. Entonces, se anularon dos pruebas de natación preparatorias para los Juegos.
A pesar del esfuerzo de las autoridades, las dudas persisten entre ciertos atletas. Es el caso de la brasileña Ana Marcela Cunha, oro olímpico en Tokio en 2021: “Necesitamos un plan B en el caso de que no sea posible nadar en el Sena”, afirmó en una entrevista. Sin querer enfrentarse con la organización de los Juegos, ella se explicó en un tono diplomático: “No se trata de apagar la historia del Sena (…), pero pienso que la salud de los atletas es lo primero.” Esto podría afectar a las españolas clasificadas para la prueba de aguas abiertas, María de Valdés y Ángela Martínez.
Entre los especialistas, Michel Riottot, ingeniero jubilado del prestigioso centro de investigación CNRS, alertó de que las aguas de los WC parisinos pasan por la red que recoge las aguas pluviales y, de allí, van al Sena, sin tratamiento previo.