Quien le iba a decir a Cris Gutiérrez (Burgos, 1991) hace cinco años cuando su proyecto quedaba estancado por la pandemia que un lustro después afrontaría un Dakar en equipo oficial secundando a Loeb y Al-Attiyah, dos leyendas a las que admira profundamente.
“Poder compartir equipo con dos leyendas es algo impensable para mí. Que estén en el mismo equipo me parece surrealista y que yo sea la tercer piloto es como decir despiértame porque estoy soñando. Ni en mis mejores sueños habría imaginado estar donde estoy hoy en día”, explica.
Un sueño cumplido
Su camino se lo ha labrado ella sola. Cris Gutierrez alias Tortu es una pionera en el mundo del Rally. El pasado enero consiguió deslumbrarnos a todos cuando cruzó la meta convirtiéndose en la en la segunda mujer de la historia en ganar la carrera. Lo hizo en la categoría Challenger y eso le llevó a competir este 2025 en la máxima categoría donde aspira a quedar en el ‘top 10’ con Dacia. “No todos los días te llama un equipo oficial y fue una alegría y un sueño cumplido“.
Aunque valora y mucho su esfuerzo le sobra humildad para reconocer que “no es solo prepararte y esforzarte si no que tienes que tener ese ‘plus’ de que alguien te apoye y estar en el momento y lugar adecuado”, admite la burgalesa.
A través de una entrevista con EFE, tenemos la oportunidad de conocer más de cerca a la burgalesa que hay detrás de la piloto que prepara su noveno Dakar, que ya tiene en la cuenta atrás unas dos semanas para que comience.
Donde realmente ha notado la diferencia a la hora de preparar la carrera es a la hora de la planificación de pretemporada. “En un equipo oficial ves la capacidad que tienen para organizar los entrenamientos. Durante el verano estuvimos desde junio a septiembre entrenando en Marruecos porque son las condiciones más parecidas a lo que nos vamos a encontrar y desde noviembre hemos trabajo en entrenamientos físicos en el gimnasio”.
El objetivo para este 2025 lo tiene claro. “Desde mi posición poder lograr un ‘top 10’ sería algo realista e ilusionante”, asegura. “El equipo va a ir a ganar. Lo va a hacer lo mejor posible. Ya es un proyecto ganador, pero es verdad que son humildes y saben que en el primer año saldrán cosas para mejorar“, asegura. Este año las condiciones se endurecen si cabe. “Lo que más nos ha sorprendido a los pilotos es que en la primera semana hay mucho desgaste para el coche. El segundo día tenemos una etapa de 48 horas sin asistencia y en la cuarta hay otra maratón. En la segunda semana la navegación va a ser un papel esencial porque en la mayoría de etapas son coches, motos y camiones por separado”.
Pablo Moreno, su copiloto
El copiloto. Esa figura crucial en un rally como el Dakar. Tanto así que ella le otorga la mitad del mérito “Al final el piloto es un 50% y el copiloto el otro 50%. Eso hace que el coche vaya como tiene que ir. La navegación y la comunicación tiene que ser fluida, esencial y sin pérdidas y el entrenamiento tiene que ser perfecto”, asegura la piloto.
“Es como un hermano porque cuando yo tenía 18 años y él 19 era mi jefe de mecánicos. En mi tercer Dakar el copiloto que tenía se lesionó y quedaban dos meses. Elegí a Pablo porque sabía que era un buen mecánico y muy inteligente. Es un fantástico copiloto y una buena persona”, afirma sobre Moreno.
El noveno Dakar
Cristina es toda una veterana en el rally más duro del mundo. El de 2025 será el noveno. “Quizás la paciencia que hay que tener y el salir adelante aunque hayas tenido un día malo. El Dakar es una carrera que al día siguiente te da una nueva oportunidad para seguir creciendo y lo más importante es buscar el momento”.
Como buena conocedora de la carrera y la logística, su truco, tiene que ver con el desayuno, “me llevo unos cuantos aguacates porque me encantan y es algo que no falta en mi maleta”, asegura la piloto.
Pionera española
Cuando le preguntan como se toma eso de ser pionera, no puede ocultar su orgullo. “Estoy muy contenta. Sigo siendo la misma persona que hace unos años con las mismos valores y quizás más experimentada y con ese bagaje que me da más tranquilidad porque la gente cree más en ti”, explica, consciente de que aún hay pasos por dar.
“Yo creo que vamos por el buen camino. Es una disciplina que me encanta porque no hay categorías masculinas y femeninas y competimos todos por igual. Cada vez somos más y lo importante es que las que estemos queremos estar”, asegura.
Una pandemia por medio
Como suele ocurrir en las historias de éxito, suele haber algunas piedras en el camino. Para Cris Gutiérrez esas llegaron en el momento de la pandemia. “Yo competía a nivel amateur. Cuando llegó el Covid se me fue todo al ‘garete’ y dije que dejaba de competir. A los tres meses me vino la oportunidad de un equipo oficial que me propuso un precio razonable para competir. Tuve que pedir un crédito y no fue fácil hacerlo, pero entendí que tenía que asumir ese riesgo. Apostar por mí me dio lo que tengo hoy en día”, comenta.
Un espejo donde mirarse
Sin duda Cris Gutiérrez es inspiración y espejo para las que hoy estén valorando dedicarse al mundo del motor. El mensaje para todas ellas, lo tiene muy claro: “Que busquen, investiguen y prueben cosas diferentes porque al final la vida te lleva por tus gustos. Que se rodeen bien de sus amigos y de su familia y que tengan la paciencia necesaria porque cuando lleguen momentos malos tienen que tener esa fuerza para seguir hacia adelante”.