Sin dar opción, y sin desgastarse. Carolina Marín batió a Aya Ohori en unos cuartos de final en el Porte de la Chapelle Arena que bien podría haber sido su pabellón en Huelva. Banderas de España, gritos de “Carolina, Carolina”, “a por ella” y cánticos de apoyo en las gradas auparon a que Carolina sacase su mejor versión.
No desperdició el primer punto de partido y con un grito de alegría, agradeciendo el calor de los que fueron a animarla, se llevó un partido por 2-0 (21-13 y 21-14) en una hora escasa de partido que además, no le supuso ni el cansancio físico ni la tensión de los octavos frente a Zhang.
La vimos cómoda, segura y muy sólida en su juego, desplegando el mejor bádminton de estos JJOO de París. En la primera manga Carolina Marín batió sin ninguna dificultad a la rival japonesa en menos de media hora de partido. Aya Ohori, octava cabeza de serie, quizás abrumada por la superioridad de la veterana bicampeona mundial, no opuso mucha resistencia.
El histórico entre las dos jugadoras, sobre el papel no parecía tan sencillo. En dos enfrentamientos, ambos en 2023, habían vencido uno cada una. Pero en un gran escenario y en una gran cita, Marín se crece, y así lo hizo también en el segundo set.
En el segundo parcial del segundo set, vimos algunos destellos de Ohori, intentando agarrarse al partido para forzar un tercer set, pero Marín no dio opción. La reciente ganadora del Premio Princesa de Asturias del Deporte, no iba a dejarse ir en unos Juegos a los que ha venido a llevarse el oro.
Ocho años después vuelve a hacernos creer en su lema, ese ya famoso “creo porque pienso que puedo”. Peleará por las medallas contra la ganadora del duelo chino entre la número 9 del mundo He Bing Jiao He y o Chen Yu, la número dos del mundo.