Carmen Giménez vuelve a la victoria tras un año de infierno

La atleta ganó la Maratón de Sevilla después de unos años durísimos en donde ha sido víctima de violencia sexual y de género

Carmen Giménez durante la sesión de fotos de Artículo14 Javi Cuadrado

Cruzar la meta de la Maratón de Sevilla en primer lugar reconcilió a Carmen Giménez con las mejores sensaciones de su deporte, que tenía algo olvidadas hasta ahora. Tras un año de dura batalla legal con el que fuese su entrenador, al que la atleta madrileña denunció el pasado año por agresión sexual, le había sumido en una espiral de profunda tristeza. “Esta carrera no trataba sólo de correr rápido, era de recuperar la confianza después de todo el proceso de violencia“, nos cuenta Carmen Giménez.

“Para mí es un mensaje de vida más que un mensaje deportivo”, nos asegura.

Desde finales de 2024 el cambio de entrenador le inyectó de nuevo las ganas de competir. Un cambio fundamental no sólo en su parte profesional sino también en la más emocional. “Después de haber oído de mi anterior entrenador que nadie querría entrenarme, que me iba a quedar solita como le dijeron a Jenni (Hermoso) pues ha sido un alivio ver que si me ha entrenado otra persona, y que he mejorado mi rendimiento y mi marca”, nos confiesa Carmen emocionada.

Ellos han intentado construir desde los trocitos de escombro que quedaban de mi”, nos confiesa sobre su entrenador y su liebre, a quien considera clave para este triunfo. Y es que para Carmen Giménez este episodio era el segundo que vivía como víctima de violencia machista. La primera hace quince años le dejó en silla de ruedas. Su pareja la arrojó por la ventana y la caída le provocó una lesión de por vida.

En la lucha para prevenir que otras mujeres sufran lo que ella vivió, Carmen Giménez creo una Fundación. En esta Maratón de Sevilla tiene claro, que los 42 kilómetros no los hacía sola.

No corría sólo por mi. Corría por todas, por las que no consiguen salir de ahí, las que creen que no pueden, las que no tienen la fuerza para denunciar, las que terminan por creerse eso que nos dicen. Con esa carrera he intentado decirme a mi misma y al resto de mujeres que no es real, que basta con conseguir salir de la violencia para poder reconstruirnos y volver a ser nuestra mejor versión”.

Por vivirlo en primera persona, Giménez sabe muy bien lo que conlleva el maltrato. “La violencia nos anula y dejamos de ser la esencia de lo que somos”, asegura.

La huella del trauma

Carmen Giménez había corrido la Maratón de Sevilla en tres ocasiones previas junto al que fue su entrenador. Lo recuerda con miedo, y ese trauma permaneció en los primeros compases de la carrera hispalense. “Decidimos correr de menos a más, al principio, aun arrastro algo de las secuelas del trauma. Recordaba el terror y el miedo previo. Tenía un pequeño nivel de ansiedad, pero a medida que iban pasando los kilómetros me repetía que sólo tenía que repetir lo que había entrenado”, nos cuenta en exclusiva para Artículo14.

“Para mí era muy importante correr tranquila, porque siempre había corrido con ansiedad y corrí tranquila, a ritmo, obviamente iba esforzándome pero sin la angustia de experiencias previas. Iba confiando en mi misma, iba creciendo, y terminé yendo más rápida que mi mejor marca. Fui evolucionando como atleta a lo largo de la carrera a medida de que iba ganando confianza. Fui de menos a más y no sentí la pesadez en ningún momento, no pasé un umbral de sufrimiento, sentía tal nivel de felicidad y de confianza que lo superé”.

Un final en donde se dedicó a disfrutar por todos los momentos en los que no había podido. “A dos kilómetros para la meta lo di todo y crucé la meta en primer lugar, estoy muy agradecida y muy emocionada”, nos cuenta Carmen a la que felicitamos por su esfuerzo y su victoria, no sólo en los 42km por la capital andaluza. Su medalla es inspiración para muchas.